La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), advirtió el pasado jueves 15 de octubre que México debe implementar reformas a su sistema de pensiones para garantizar su funcionalidad en el largo plazo ante el envejecimiento de la población.  

El organismo internacional, que preside, el economista mexicano, José ángel Gurría, propone para revertir la actual situación de las pensiones en el país, el aumentar gradualmente la tasa de contribución obligatoria, ya que los montos que recibirán los trabajadores que se retiren con el esquema actual, serán bajos.

La OCDE señaló que para garantizar un nivel de ingreso de más del 50 por ciento del último salario de los trabajadores, se requiere de una contribución obligatoria de entre 13 por ciento a 18 por ciento frente al 6 por ciento actual.

En un estudio realizado, por la OCDE, señala que en México la contribución obligatoria de los trabajadores del sector privado es la más baja de los países miembros del organismo internacional. Corea tiene el 8 por ciento, mientras que Hungría 35 por ciento, aunque lo de los trabajadores del ISSSTE es de 13 por ciento.    

La propuesta de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, también es eliminar el régimen de pensiones definidas, es decir que aquellos trabajadores que hoy tienen una pensión garantizada bajo el esquema de beneficios definidos serán llevados a un sistema mixto en el que una parte de su retiro deberá ser financiado por ellos mismos.

El diagnostico, que tiene el organismo que dirige José Ángel Gurria, sobre el régimen de pensiones de México, se desprende de un estudio, hecho por la misma institución, en donde se analiza el proceso transitorio del sistema ?antiguo? de antes de julio de 1997 al ?nuevo? y el proceso transitorio que establece que todos los individuos que en el momento de la reforma estaban o habían trabajado y contribuido, tienen derecho cuando se retiren a elegir si el monto de su pensión se establece con base en la fórmula del sistema antiguo o con base en el valor de los activos acumulados para financiar su retiro en su cuenta individual del nuevo sistema (AFORE).  

Según el estudio del organismo internacional el antiguo sistema de retiro en México, proporciona al trabajador un monto de pensión que no sólo no está relacionado directamente con las contribuciones del individuo, sino que es bastante mayor que el monto que los ahorros acumulados permiten cubrir; por lo que una persona que haya trabajado y contribuido un mes antes de la introducción del nuevo sistema recibirá un monto de pensión bastante mayor que una persona que entró un mes después, habiendo contribuido lo mismo y con la misma experiencia laboral.  

Si prospera la propuesta de la OCDE de reducir las pensiones de los trabajadores de la generación en transición que tendría como propósito de disminuir el costo fiscal, el cual se estima en 120 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) afectaría a 26 millones de trabajadores mexicanos que comenzaron a cotizar antes del primero de julio de 1997, e implicaría una reducción de entre 30 y 70 por ciento en el monto de su retiro.

Las personas que empezaron a laborar antes del primero de julio de 1997 tienen actualmente la opción para elegir pensionarse bajo el sistema de reparto de 1973, que contempla pensiones de hasta 100 por ciento, o con el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), para el que se proyecta una pensión equivalente al 26 por ciento del último salario.    

Las pensiones y jubilaciones para los trabajadores que empezaron a laborar y cotizar al  Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) antes del 1 de julio de 1997, están regidas por la Ley del Seguro Social de 1973, este sistema de pensiones se financia con las aportaciones de los trabajadores, el patrón y el gobierno federal, en lo que se conoce como régimen tripartito, y se basa en el salario promedio de cada trabajador los últimos 5 años y el número de semanas cotizadas en las que el trabajador haya realizado sus aportaciones. 

En 1992, como iniciativa en el Congreso, se reformó el Sistema de Pensiones en México, y nació el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) actualmente identificado como SAR 92, dicho sistema dio origen a las pensiones basadas en la Contribución Definida o cuenta individual. Este fue un complemento  a la forma de establecer las pensiones dadas por el IMSS a través de la Ley del Seguro Social de 1973, dicha adición consistía en que, de las aportaciones realizadas al IMSS, 2 por ciento del Salario Base de la Cotización se acumulaba en una cuenta bancaria de ahorro para el trabajador.  

Las aportaciones de esa contribución eran administradas por Instituciones Bancarias autorizadas, generalmente privadas. Para administrar estas cuentas, llamadas ICEFA, el rendimiento real otorgado por éstas  fue del 2 por ciento anual y garantizado por el Gobierno Federal; esto fue lo que podríamos llamar la génesis de la privatización de las pensiones y jubilaciones.

El primero de julio de 1997 entró en vigor la reforma estructural de la Ley del Seguro Social, que modificó el funcionamiento del Sistema de Pensiones en México, llevándolo de un sistema de beneficios definido, a uno de contribución definida, es decir, de una sola cuenta comunal administrada por la misma institución a una de cuenta individual para cada trabajador,  y administrado por instituciones financieras privadas, conocida como Administradoras de Fondo para el Retiro (AFORE).  Su función, según se dijo en ese momento, era la de asegurar la sustentabilidad del Sistema de Pensiones en el mediano y largo plazo. 

El régimen de cuentas individuales que se instituyó en México en el año de 1997 fue una respuesta al antiguo régimen de pensiones que ya experimentaba un severo agotamiento y amenazaba,  a decir de los tecnócratas,  con provocar una crisis que acarrearía dejar sin pensión de retiro a futuras generaciones. Pero mucha de esta crisis en el antiguo régimen de pensiones se debió a que los gobiernos sobre todo el de Miguel de la Madrid y el de Carlos Salinas de Gortari, gastaron los recursos de las pensiones, en construir clínicas y hospitales y estos recursos nunca se resarcieron., dejando un déficit muy grande en dichos fondos.      

La cuenta de AFORE se forma también de recursos provenientes de una contribución tripartita, una cantidad que aporta el descuento que se le hace al trabajador de su salario que junto con otra cantidad que aporta su patrón y otra cantidad más que aporta el Gobierno, forma un fondo de ahorro (que es su cuenta individual), el cual lo ponen a trabajar (invertir) desde el primer día a través de  empresas privadas facultadas para esto, que se conocen como Sociedades de Inversión Especializada en Fondos de Ahorro para el Retiro (SIEFORE) y le generan un rendimiento al trabajador, pero estas instituciones privadas invierten, disponen y deciden el uso de los ahorros del trabajador sin consultar a éste, y ni siquiera informan en qué instrumentos financieros se hacen las inversiones.

Son cinco las AFORES que dominan el mercado, una de ellas pertenecientes a bancos extranjeros, como es el caso de Afore Banamex (de la estadounidense Citigroup), y las otras tres son: Inbursa, de Carlos Slim; Banorte, fundada por Roberto González  Barrera,  dueño de GRUMMA, el monopolio de la harina de maíz que también recientemente compró la AFORE de la española BBVA Bancomer; Grupo Pro Futuro, de Alberto Bailleres, y la colombiana SURA.

Las comisiones que cobran actualmente las AFORE en México, son elevadas en comparación con las que se cobran en otros países según se desprende de un informe reciente de la OCDE. En México, en promedio las administradoras de pensiones, cobran por concepto de comisiones 1.1 por ciento del saldo en la cuenta de los trabajadores, pero hay afores como la regiomontana Intercap, Azteca de Ricardo Salinas Pliego y la sinaloense Coppel que tienen los rangos más altos, 1.20, 1.19 y 1.18 por ciento respectivamente.

Para la OCDE ?el nuevo sistema, introducido en 1997 (trabajadores sectores privados) y 2007 (trabajadores sector público), de cuentas individuales de contribución definida (CD), ha sido un éxito al aumentar la capacidad de la economía mexicana para financiar las pensiones. ? (1).

En mi opinión, el nuevo sistema de pensiones es un éxito si se le ve desde el punto de vista, de las finanzas públicas, pero desde la prospectiva del trabajador esto es un fracaso, ya que solo garantiza, el 26 por ciento del último salario, del empleado público o privado, lo que disminuiría sensiblemente las de por sí bajas jubilaciones de muchos mexicanos.

Es curioso que la propuesta de disminución de las pensiones, la haga una institución que dirige un mexicano, quién por cierto percibe una pensión desde que tenía 43 años de edad, cercana a los 500 mil pesos, por parte de Nacional Financiera, luego de haber trabajado en esa institución poco más de un año.  

El aumento a la contribución obligatoria a los fondos de pensiones, propuesto por la OCDE, será pretexto para una disminución real del salario de los trabajadores mexicanos y contribuirá en poco al aumento del porcentaje de pensión del último salario.  

La disminución de las pensiones para los trabajadores, hará que las personas de la tercera edad no cuenten con recursos suficientes para su vejez, ni aspirar a una vida digna. Porque no mejor quitar las pensiones a los ex presidentes, disminuir las pensiones de los altos funcionarios, no pagar gastos médicos mayores a la alta burocracia y disminuir todo el gasto en publicidad tanto del gobierno federal y el de los estados, con esto habría un ahorro sustancial, que disminuiría la presión de las finanzas públicas.

El actual sistema de pensiones de México no garantiza un bienestar para la mayoría de los trabajadores en su retiro, aparte de que es muy caro por las altas comisiones que cobran, las administradoras privadas.