Debutó como futbolista profesional en 1978, con el equipo Unión de Curtidores, de León, Guanajuato.
A partir de ese año, y por poco más de dos décadas, su nombre fue una constante en la primera división mexicana, en su paso por clubes como el Atlas de Guadalajara, el América, Toluca, Necaxa, Pachuca y Selección Nacional; parte de la columna vertebral del equipo de la década del los 90s, aquel multicampeón Necaxa de Manuel Lapuente. No jugó en un mundial en parte porque las lesiones se le atravesaron en el camino, algunas de gravedad que amenazaron con dejarlo fuera de por vida de las canchas... se sobrepuso a todas; no jugó el de Italia 90 por el tristemente famoso castigo a México por parte de la FIFA, pero decenas de mexicanos que sí han participado, tal vez pasen al olvido o lo hayan hecho ya, mas no Herrera.
Que incluso en el draft de 1997 no encontró acomodo en la primera división, solo en la división de ascenso, con el Pachuca, jugó ahí y en el primer año salió campeón y fue parte del cuadro que consiguió el ascenso, jugando y retirándose en primera, con Javier Aguirre como su último timonel. Más cosas se pueden decir de él, muchas, como el legendario marcaje a Julio Zamora, en la final de la temporada 94- 95 contra Cruz Azul, que les valió el campeonato de liga, repitiendo la hazaña el año siguiente, con el mismo número 10 en los dorsales, en aquella final contra el histórico Celaya aquel de Emilio Butragueño y compañía., en el estadio Azteca.
Pero el objeto de este artículo no es repetir lo que la mayoría de la afición ya sabe, sino subrayar una marca muy sui generis y poco conocida, que es el hecho de ser el único deportista en haber jugado los dos clásicos nacionales por excelencia, ya que al haber sido antes de futbolista profesional jugó futbol americano por tres años, uno en liga intermedia y dos más en liga mayor, con los Cheyennes del ECIME, del Instituto Politécnico Nacional, siendo seleccionado por dicha institución, antes de dedicarse de manera profesional e íntegra al futbol.
Mismo deporte en el que participó como seleccionado nacional en eliminatorias mundialistas, Copa de Oro, juegos centroamericanos, panamericanos, eliminatorias olímpicas, juegos amistosos, entre otros.
Existe la creencia y /o leyenda falsa de tenerlo como un defensa que metía la pierna fuerte en exceso, pero esto lo hacía por la simple naturaleza de su posición, eso sí, nunca de forma desleal, como muchos insinúan. Tan es así, que en su partido de despedida, los árbitros profesionales mexicanos le regalaron una casaca de árbitro internacional, un gafete de FIFA, y un reconocimiento al FAIR PLAY durante toda su carrera: tan solo 11 expulsiones en 558 partidos.
Después, ya en el retiro, se ha dedicado a las visorias, a detectar nuevos talentos, como comentarista de televisión, a jugar partidos amistosos, a ser parte de algunos cuerpos técnicos, e inclusive fue D.T. de los Xolos de Tijuana, un año antes del ascenso definitivo del equipo de la frontera.