La creación de la riqueza tiene un principio y este principio fue religioso, después se convirtió en un principio socio/cultural.  Alemania y los países bajos no son así nada más porque les tocó ser así, se forjaron para ser como son, a pesar de las ideas socialistas de las que hoy son víctimas, y que un gran sector de su población rechaza rotundamente ante la crisis europea. Nosotros somos vecinos del mayor creador de ricos en el mundo y, todavía, al día de hoy, pasa por desapercibida su cultura productiva.

¿Dónde comienza todo? Cuando Martín Lutero rompe con el poder de Roma (El Vaticano) y en esa gran escisión le hace un favor a su gente.  La reforma protestante influyó fuertemente en el trabajo y en la creación de la riqueza pues el amor al trabajo, la honradez, el ahorro y una inclinación consensuada a lo material les permitió ser sociedades productivas y con nuevas libertades pues su religión no se institucionalizó ni se erigió bajo representantes ostentosos de la verdad divina.

A los católicos, por el contrario, se les sometió al poder de Roma, se les obligó a castigar al hereje y a ser indulgente con el pecador pues en el Vaticano se erigía una estructura de poder,  y al ser indultado el pecador callejero, nadie podía señalar a los pecadores de la alta jerarquía romana (origen de la corrupción), y claro, su enriquecimiento ilícito; razón principal de la escisión de Martín Lutero y Francisco de Asís. Muchos no saben que el Vaticano no tiene jurisdicción para con la congregación franciscana.

Mientras que para los católicos la confesión era la vía para la expiación de los pecados, los protestantes practicaban el llamado puritanismo: no alcohol, no fiestas, pureza de espíritu, sí a la familia, sí al ahorro y la exaltación al trabajo; esto es, sobre la práctica se demostraba la certeza de la creencia. Mientras en el católico, la confesión borraba de un brochazo la mala conducta, manifestando por hecho que el reincidir no tenía nada de malo.

 Max Weber da a entender en su filosofía protestante que el católico es conformista (perezoso) y prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el peligro y  la exaltación minuciosa de la reglamentación religiosa de la vida. Esta probidad y esta consideración dieron paso a una burguesía exitosa proveniente de la rigurosidad y vigilancia de los preceptos inculcados por el protestantismo. La buena conducta comunitaria te lleva a la riqueza. Ejemplos: Alemania, Austria, Países Bajos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y USA.

Por el contrario, la falta más absoluta de escrúpulos cuando se trata de imponer el interés propio, es una característica peculiar de aquellos países cuyo desenvolvimiento burgués fue de origen católico: la mafiosa Italia.

Los países de la ética protestante tuvieron a la Biblia como lectura obligada, la cual impidió que sus sociedades padecieran de analfabetismo, y, tristemente, en México, como en el resto de la América Latina, sucedió todo lo contrario, al no ser un libro de lectura obligada, la población no aprendió a leer. Ni con ese, ni con ninguno otro libro.

El servicio a la comunidad como trabajo voluntario, y/o las sanciones para pagar con horas de servicio por delitos menores, son reglas cristianas trasladadas al orden de lo civil. Y nosotros, al día de hoy, aún no obligamos a nadie a pagar con horas de servicio comunitario por faltas menores a la autoridad, ni lo inducimos tampoco entre la población como trabajo voluntario para hacerse acreedores de apoyos económicos, o como requisito obligatorio en las universidades públicas para la titulación.

¿Cómo iniciar con un mínimo de orden social y moral si no forma parte de nuestra cultura? En un país donde no se respetan ni los señalamientos viales, ¿por dónde comenzamos a explicarle a la ciudadanía que primero son las obligaciones ciudadanas antes que los exigidos derechos?  ¿Cómo le hacemos para hacerlos entender que primero es la productividad antes que la demanda de prestaciones? La ausencia de un orden nos ha permitido ser la actual sociedad sin valores ni principios que somos.

Siguiendo con la lógica, una vez que los EEUU se independizó de Inglaterra nunca se impusieron impuestos elevados a los ricos, más allá del impuesto al consumo pues siempre ha sido más importante la generación de empleo y buenos sueldos, pero tampoco hubo ideas sancionadoras, porque ser rico en una sociedad trabajadora, es algo normal. Desde siempre se entendió que la riqueza es generosidad, el trabajo y la buena disposición como ciudadano deja cosas muy buenas, es parte de un círculo virtuoso, y  aunado a una serie de leyes que permitieron que cualquier persona pudiera forjar su propia riqueza, las leyes fueron encaminadas a hacia la misma lógica: a no obstaculizar la productividad y sí a protegerla. Una de estas disposiciones de ley fue el sueldo mínimo por hora, calculado para comprar una casa y un seguro médico. Un avance enorme en materia laboral de entonces. 

En México, las disposiciones de ley dentro de la estructura económica son obstaculizadoras, ya que existe la mentalidad sancionadora hacia los ricos,  porque los observan como  ricos generados por el sistema del amiguismo y la corrupción, ¿pero qué pasa con la iniciativa privada sana?, pues son sometidos y castigados a la barbarie del sistema, un sistema que no crea riqueza desde la empresa pequeña y mediana porque estas tratan más bien…de sobrevivir.

El modelo marxista se ajusta perfectamente bien a esta mentalidad pues es usado como fuga, la utopía encaja muy bien en este orden de hacer las cosas pues tiene la particularidad de atacar al que tiene, al burgués,  o al que produce, ya que el proletario es la víctima de todos estos malvados. Para la mentalidad trabajadora y libre del ciudadano protestante, el marxismo sencillamente no encaja con él, nada de lo que dice Marx puede ser aplicable al sistema económico protestante y mucho menos a su mentalidad.

Empero,  los economistas de la economía “no-protestante” se apoyan en el marxismo para intentar encontrar salidas que siempre son falsas (Venezuela recientemente), se quiebran la cabeza pretendiendo resolver la dialéctica de la pobreza producida por los ricos, y claro, por el “capital” que es el causante de toda la desigualdad y todos los males. Fue la constante inmolación mental en vida del Che Guevara.

La salida que buscan conlleva de manera implícita una queja, un sufrimiento, una consternación, ya que en el fondo, no saben qué hacer para dejar de ser pobres.

Tere Quezada es maestra de inglés como segunda lengua con una sub especialidad en Fonética y un minor en Historia Asiática Comparada e Historia Constitucional de los Estados Unidos de Norteamérica por la Universidad del Estado de California.