No cabe duda que la generación del siglo XXI será recordada como la “Generación de la Información”. Los años más recientes se han caracterizado por el “boom” de las redes sociales, cuando pocos años atrás solamente eran etiquetadas como “medios alternativos de comunicación”.  Han sido las redes sociales (particularmente Twitter) ocasión de que los medios de comunicación convencionales (escritos y electrónicos) se vean rebasados por la velocidad con la que una noticia puede darse a conocer a través de 140 caracteres.  No obstante, también sostengo que Twitter se ha convertido para algunos en la evolución de los recados que se acostumbraban (o se acostumbran) dejar de forma anónima en los baños públicos a la persona que nos resultara antipática.

                  He vivido en carme propia la intolerancia de aquellas personas que utilizan las redes sociales para agredir, de forma anónima, con cuentas falsas y nombres de usuario irreales; a aquellas personas que no simpatizan con su ideología política o con sus posturas personales, la gran mayoría adeptos al Partido Acción Nacional.

                  Pero de igual manera, he visto cómo muchos creadores de opinión prácticamente sudan la gota gorda con tal de hacerle creer al populacho que lee sus columnas y que los toma como referencia, que no hay manera de anular la elección y peor aun; desdeñando al enorme movimiento social que ha decidido tomar las calles para poner de manifiesto su inconformidad con unas elecciones que desde distintos puntos de vista no fueron equitativas.

Y es para ellos, los comunicadores, opinólgos, periodistas o como quieran hacerse llamar; a quienes va dedicada esta columna. Particularmente, a Federico Arreola.

Don Fede (como folklóricamente lo conocen sus seguidores en Twitter) asegura que con el fallo que emita el TEPJF declarando la validez de la elección de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República, se le dará legitimidad al proceso electoral (aun habiendo estado plagado de irregularidades) y que en virtud de eso los movimientos sociales que de manera reiterada se han manifestado en su contra deben acallarse para bienestar del país.

Y he ahí el desconocimiento del derecho y la apología a la ignorancia. Don Fede olvida (o desconoce) la Teoría del Pacto Social, dentro de la cual las personas ceden parte de sus derechos para la creación de un ente jurídico (el Estado) el cual estará  dotado de  un Poder Público que habrá de ejercerse para alcanzar ciertos fines a los cuales aspira la sociedad. Pero ese mismo Poder que dimana del pueblo, (el cual es la soberanía) puede ser reclamado en el momento en que el Estado deje de cumplir con dichos fines o afecte al destinatario del Poder o beneficie a unos cuantos en vez de hacerlo en pro de la colectividad.

Es por ello que el fallo que emita el Tribunal no le va a dar legitimidad a la eventual victoria de Peña Nieto. Porque para ostentar el Poder deben concurrir dos factores: Liderazgo y Legitimidad. Y eso solo lo da el pueblo, la Nación; no lo dan ni los actos jurídicos celebrados, ni las sentencias de tribunales ni los hacedores de opinión en los medios de comunicación.

Es por ello que no concuerdo en desdeñar a la protesta social que ha tomado las calles para manifestarse en contra de lo que llaman “la imposición de un presidente” por parte de los poderes fácticos, así como tampoco estoy de acuerdo en las personas que se dedican a insultar a través de Twitter a quienes no concuerdan con su forma de pensar; sean periodistas o tuiteros de a pie.

De igual forma no me interesa si Federico Arreola recibe línea de Fidel Velázquez, ni sé si es un vendido o si se robó el concepto del Sendero del Peje. A lo que sí apelaría, es que reconozca que existen factores reales de poder (para tal efecto le recomiendo la lectura de “¿Qué es la Constitución? De Ferdinand Lasalle) los cuales confluyen al mismo tiempo dentro de la política, situación por la cual hay expresiones de rechazo así como de simpatía por el proyecto de Enrique Peña Nieto.