Seguramente si hiciéramos una encuesta rápida y sencilla en cualquier estado de la república confirmaríamos que un gran porcentaje de la población identifica plenamente al Instituto Federal Electoral, IFE, como la autoridad electoral encargada de los comicios, aun y con la reciente reforma constitucional en materia político electoral, que entre otras cosas determinó que el IFE dejara de existir para darle vida al Instituto Nacional Electoral, INE, el gran colectivo tiene plena conciencia de que es el INE antes IFE y aunque para muchos fue solo un cambio de nombre, éste, el cambio de nombre, viene acompañado de una gran reingeniería institucional nacional que colateralmente atañe a todos y cada uno de los Organismos Públicos Locales Electorales, mejor conocidos ya en el ambiente estrictamente electoral como los OPLEs.
Las razones son muchas, quizá la de mayor relevancia es que hoy por hoy el principal documento de identificación oficial en todo el país es la credencial para votar con fotografía emitida por el extinto IFE, ahora por el INE; para cualquier trámite gubernamental o particular lo primero que te dicen es “trae su IFE” o en la lista de documentos o requisitos para el trámite casi siempre el primero es “copia del IFE del titular”, en este lenguaje cotidiano el cambio de IFE por INE se dará en muy poco tiempo, seguramente será imperceptible cuando ya toda la población al llegar a cualquier ventanilla de trámites diga “aquí está mi INE”; y si el documento oficial que más veces usa cualquier ciudadano en nuestro país está relacionado con el IFE, pues a fuerza de costumbre todos sabemos de la existencia de esta autoridad electoral.
Pero en el mismo sentido, la identificación e identidad a nivel local de los OPLEs en muy baja comparada con el conocimiento que se tiene del INE, aclaro que lo anterior no es una afirmación, es una percepción personal de la cual cada quien podrá o no coincidir con el que estas líneas escribe; basta preguntar a familiares, amigos y conocidos para darnos cuenta que un número muy bajo de ciudadanos saben realmente que existen dichos organismos y menos saben que estos organismos son los encargados de organizar y realizar las elecciones locales, desde Gobernador y Diputados Locales hasta los comicios de los ayuntamientos; de hecho, muchos incluso creen que los OPLEs son oficinas locales del INE.
No se trata de hacer una competencia entre marcas por así decirlo, el objetivo no debe ser que conozcan más al OPLE de cada entidad que al INE, pero sí es necesario que se construya con bases sólidas una identidad local de la propia autoridad electoral, es importante saber y recordar que la imagen de cualquier institución se constituye no sólo por el contexto real y objetivo, sino por el imaginario y sustantivo, es decir, el de las percepciones que existen como referentes de algo. Es bien conocido que las personas tienden a crear una concepción propia con base en factores no siempre directos, sino muchas veces indirectos. En este caso, el conocimiento directo que sería lo netamente electoral pasa a segundo plano y se construyen idearios con base en la opinión de terceras personas o de fuentes secundarias. Se puede decir que la construcción de la percepción es resultado de una cadena informativa alimentada por innumerables factores: noticiarios, comentarios de amigos o familiares, experiencias propias, obra editorial y hoy en día la gran herramienta para este fin pueden y deben ser las redes sociales, por mencionar algunos.
En la Psicología, el concepto de personalidad hace referencia a una organización dinámica, que designa al conjunto de características de una persona. Hay dos aspectos inherentes al concepto de personalidad: distinción (diferencia entre un individuo de otro, para el caso concreto sería la diferencia entre el INE y cada uno de los OPLEs) y persistencia (constancia, permanencia y congruencia del comportamiento, que mantiene relativamente estable la personalidad, a través del tiempo, muchos de los organismos locales ya cumplieron los 18 años de existencia, razón de más por la que ya deberían de contar con presencia y personalidad propias). Ambos aspectos resultan de vital importancia en el proceso de construcción de la identidad.
Pero qué hacer para consolidar esa imagen y no ser un “ifito” como antaño se les conocía, o bien ahora, no convertirse en “como el INE” pero del estado tal o cual; dicen que acciones más que palabras son lo que dan resultados, la capacitación electoral y educación cívica deben ser las principales armas de los OPLEs; el INE puede atraer y ejercer la capacitación electoral de cualquier entidad federativa y del Distrito Federal de acuerdo a las nuevas atribuciones que le otorga la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, pero sin duda, a pesar de su papel rector en la materia sería una de las tareas que con gusto pienso yo seguiría delegando siempre y cuando existan planes congruentes y objetivos cualitativos, medibles y con una planeación bien estructurada.
El área de capacitación tiene en las escuelas de los diferentes niveles educativos una gran ventana de oportunidad, explicar y demostrar en la práctica los diferentes ejercicios democráticos que se pueden llevar a cabo en nuestro país debe ser una gran inversión y es sin duda alguna un foro perfecto para que cada OPLE genere una identidad propia y se dé una sinergia con las características, usos y costumbres locales.
Pero atención, no se trata de ir a las escuelas a regalar pulseritas, lápices y gomas ni pretender ir a dar las grandes y pretenciosas conferencias, es un público fértil pero no por eso ignorante, se trata de ir y explicar tal cual la diferencia entre lo federal y lo local así como su ámbito de competencia, explicar los pasos de una elección o una consulta popular y la importancia de contar con estos instrumentos, pero sobre todo, lo trascendente de cumplir con esta obligación y ejercer nuestro derecho para realmente para vivir en una democracia representativa, es ahí y ahora que debemos incentivar a nuestros niños y jóvenes a convertirse en actores y no solo un público complaciente y apático, el éxito de estas experiencias puede ser seguramente, una herramienta más efectiva que cualquier campaña de publicidad a fin de acrecentar la identidad local de cada uno de los 32 OPLEs.
Como cada semana, amable lector usted tiene la mejor opinión, pero lo invito a que si usted es de los que saben la diferencia entre el OPLE de su entidad y el INE pregúntele a sus conocidos o cercanos y se dará cuenta de que muchos no saben ni siquiera que existe.
Espero sus acertados comentarios a @dgv1968
Diego García Vélez