Don José María Teclo Morelos y Pavón
En cada fiesta patria, los pueblos rinden homenaje a los héroes de la independencia. Es en estas fiestas donde se hace patente la vida y obra de quienes lucharon para buscar una mejor sociedad. En esa lucha y en esa búsqueda ha de existir la esperanza de un cambo respecto al estado de los hechos que no son halagadores para la mayoría.
Ese estado de los hechos tiene, para su existencia, causas internas pero posiblemente también causas externas. De manera que si analizáramos como problema el conflicto de intereses entre quienes ejercen el verdadero poder y quienes son afectados, tendremos que buscar no una sola causa, sino que habría que analizar la secuencia de causas hasta llegar a la causa sin la cual no hubiera existido el problema.
Nuestro pueblo tiene por nombre Monte Morelos, al menos así se establece en el acta por la cual fue elevado el Valle de San Mateo de Pilón, a la categoría de ciudad. Aunque no por mucho tiempo el nombre fue utilizado como lo dice el acta del congreso, pues ya en el año de 1826 parecen documentos en donde se le menciona como MONTEMORELOS.
Es así que como nuestro pueblo lleva el nombre de Morelos en honor a uno de los principales Héroes de la independencia, como lo fuese don JOSE MARÍA TECLO MORELOS PÉREZ Y PAVON. De él nos cuenta la historia que es originario de Valladolid, hoy Morelia, que nació el 30 de Septiembre de 1765 y que falleció fusilado el día 22 de diciembre de 1815. Su nacimiento está marcado con el signo de la religión, pues se dice que la señora Juana María de Morelos dio a luz a nuestro héroe en el pórtico del convento de San Agustín, a donde acudió a la misa el día de San Jerónimo. Fue bautizado el día 4 de octubre de ese mismo año.
De sus estudios primarios tenemos información de que fue educado por su abuelo el señor José Antonio Pavón.
Destaca en su vida de joven una ruptura familiar que pudo influir en la vida de nuestro héroe; pues fue la separación del padre de familia, lo que obligó a nuestro personaje, ante una severa crisis económica, a trabajar a la edad de 14 años en la hacienda de un tío suyo que se encontraba en Parácuaro. Sus otros trabajos fueron de arriero, vaquero, agricultor y ganadero durante 11 años. Durante ese tiempo viajó ocho ocasiones a la ciudad de México. La afición por la gramática a lo que le indujo su madre de seguro le generó una gran habilidad para leer. Con tal habilidad de seguro le fue fácil estudiar la carrera de sacerdote en el Colegio de San Nicolás y poder graduarse en el seminario de Valladolid en 1795.
De estos estudios nos hace suponer que debió de profundizar en la retórica cristiana que ya para ese entonces tenía asentada sus bases desde Fray Diego de Valdez en estas tierras. Además hay algunos actos de su vida que muestran su formación religiosa orientada por la Compañía de Jesús que estaba, en esos tiempos, desterrada de España. Se dice que sus discursos estaban muy impregnados con la filosofía jesuita y que la utilizaba para influir en su ejército y en la formación de la insurgencia en general.
La participación de Don José María Teclo Morelos y Pavón en la guerra de independencia, se inicia con la entrevista que tiene con Don Miguel Hidalgo en Michoacán, quien lo comisionó como jefe de los insurgentes en el sur de México.
La principal encomienda consistió en interrumpir las comunicaciones con los países de Asia Occidental que se hacía por el puerto de Acapulco. Si bien existieron muchas dificultades para cumplir esa misión, su enorme voluntad estuvo a la vista a pesar de las traiciones, a pesar de las peores dificultades. Sus grandes hazañas no fueron pocas gracias a sus virtudes y grandes aciertos en las decisiones. El sitio de Cuautla fue el mejor ejemplo de cómo una férrea voluntad se contagia a cientos o miles, para saber resistir y saber enfrentar lo peor de una lucha.
Pero mucho diría Napoleón de Morelos y tantos otros personajes de la historia, que lo consideraron como el gran estratega. Sin embargo es en LOS SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN, lo que refleja de Morelos y los Insurgentes es la subjetividad de la gran injusticia que las grandes mayorías estaban sufriendo, mientras los españoles disfrutaban de los grandes lujos y placeres.
Es así como se despierta la grandeza de los hombres que llevan en su conciencia el más honroso sentimiento de justicia. Y también nace el orgullo de quienes prefieren morir luchando como parte de los grandes conglomerados que ya mucho había sufrido y no tenía que perder más que la vida. Así dieron la vida miles de compatriotas con la esperanza de que su pueblo, su gente y los descendientes que sobrevivieran tuviesen una vida mejor.
De las razones de la independencia que se da al mundo, vemos exceso de obvenciones que la religión imponía al pueblo y por ello limita así a esta institución para que solamente pueda recibir diezmos y primicias. Esta decisión pareciera provenir de la influencia de la doctrina Jesuita que se restablece en la nación, después de ser expulsada de España. Se advierte como un gran problema el hecho de que los extranjeros tenían preferencia frente a los mexicanos en los empleos de manera que para resolver esa gran injusticia se establece que solo los americanos podrán obtenerlos y como excepción se permite el empleo de artesanos capaces de instruir, cuando sean libres de toda sospecha. La tiranía como un gran problema se pretende corregir formando liberales y desterrando al enemigo español. La falta de moderación en los opulentos y el exceso de indigencia buscan remediarse con la constancia y el patriotismo para aumentar el jornal a los pobres, para que mejoren sus costumbres, alejen la ignorancia, la rapiña y el hurto. La esclavitud y la distinción de castas fue otro gran foco de injusticia y para corregirlo se establece el principio de igualdad. El riesgo de las invasiones se procuró evitar permitiendo que los puertos pudieran franquear con las naciones pero sin que éstas se internasen en la nación. La injusta tributación fue eliminada al suprimir la alcabala, el estanco y el tributo, estableciendo un impuesto común del cinco por ciento.
De esta manera vemos lo que hace que JOSÉ MARÍA TECLO MORELOS Y PAVON, dejar su comodidad de párroco para arriesgar hasta la vida misma en busca de la formación de un estado que resuelva el sufrimiento de las mayorías. Este riesgo de morir y el experimentar extremos sufrimientos en esa gran lucha de independencia surgen de ver la extrema miseria de las mayorías, frente a la extrema opulencia de los poderosos y el abuso de estos sobre quienes estaban bajo su dominio como esclavos o como integrantes de castas inferiores.
Esta lucha fue según algunos estudiosos de la historia entre los criollos y los españoles, es decir, que consideran su origen en una lucha de clases o de castas. Las razones según el campo teórico podrán ser válidas si llevan la intención de mostrar el valor de los héroes. Pero lo cierto es que fue la lucha ente quienes disfrutaban del poder y quienes sufrían para que ellos, los del poder, siguieran viviendo en la gran opulencia.
Lo que también es cierto es que la causa sin la cual no hubiera existido la ruptura consiste en que los vencedores desplazaron a quienes no tuvieron la inteligencia para mejorar las condiciones de quienes se sentían oprimidos y explotados. Ellos, los desplazados, vivieron las tensiones en la que las mayorías que se sentían oprimidos buscaron remedios no violentos para eliminar tan sufrimiento; pero ellos no tuvieron la capacidad moral y cultural para asimilar esa tensión y sucumbieron por preferir luchar y exterminar a quienes solo buscaban una mayor comodidad y aminorar el sufrimiento.
Es así como los héroes reciben los honores del pueblo que tiene conciencia del bien recibido y del mal que fue desterrado por quienes prefirieron morir luchando que vivir sufriendo. Es que el valor se despierta entre miles cuando el sufrimiento es permanente y pocas las esperanzas de remediarlo. Esta es la gran lección de toda historia
@licvaldemar