El término hegemonía viene de la etimología "Hegemón", que significa comandar, guiar y/o gobernar, que si bien en su origen posee cierta connotación militar, esto tiene una vertiente más que positiva, por ejemplo, en el Siglo 3 A.C., Filipo de Macedonia y Padre de Alejandro Magno venció a los atenienses y tebanos (año 338 a.c.), y desdeñó asumir el título de Rey de Grecia, prefiriendo proclamarse precisamente como Hegemón, o sea, un gobernante que intentó cohesionar los territorios conquistados, antes que solo imponer por la fuerza sus propios criterios políticos; una decisión mucho más práctica por donde se le viera y que fue ejemplo en adelante para el joven Alejandro, entonces con solo 18 años.
Así pues, el término en cuestión aplica muy bien a Andrés Manuel, pero no en su concepción torcida y negativa, se requieren acciones hegemónicas en varios temas de interés nacional, y solo mencionaré aquí tres ejemplos:
- La pacificación del país: es imperativo cambiar de políticas públicas para lograr un proceso de repacificación gradual, el enfoque de las mismas debe reorientarse vía la política social y educativa, principalmente, atendiendo de manera primordial a los jóvenes , y si, de entrada atender los penales, y dejar en libertad a hombres que purgan condenas absurdas por, por ejemplo, posesión de pequeñas dosis y consumo de mariguana, ya en la presente administración esta medida se iba a tomar, dando inexplicablemente marcha atrás; son casi 3 mil personas que caerían en este supuesto, por solo referirnos a lo que se debió haber hecho desde hace casi tres años y no se llevó a cabo. Y si, la frase "becarios sí, sicarios no", no solo es atinada, sino el no aplicarla resulta en una omisión criminal.
- El federalismo: México se ha convertido más que en una federación, en una suerte de confederación de estados independientes, dado el inmenso caudal de recursos que administran las entidades federativas, donde el común denominador es la opacidad y la corrupción sin límites; muchos critican la cuestión de la supresión de los actuales delegados federales por los nuevos y mal llamados "superdelegados", pero a nadie veo defendiendo el actual esquema, de señores feudales con toda la discrecionalidad a la hora de manejar recursos que ellos, en su mayoría, no recaudan. Buena fórmula de federalismo, atrofiado y pervertido. Es urgente corregir el rumbo, extirpar los incentivos perversos y las complicidades y enredos burocráticos entre los todavía delegados de cada dependencia federal y los gobernadores, y aun los mismos Alcaldes, a la hora de aplicar e instrumentar los recursos y programas transferidos desde la federación. La vuelta a un centralismo en ese sentido cobra fuerza no solo en México, sino que es tendencia a nivel internacional.
- Convertir los dos Méxicos (el rico y el pobre) en UN solo país: contrario a cualquier tipo de hegemonía, está la vergonzosa realidad de la convivencia de dos países en uno, el del centro-norte, desarrollado y con la inversión pública y privada orientada hacia él, y el otro, el del sur-sureste, subdesarrollado hasta niveles de desarrollo humano ignominiosos; los anuncios de obras de infraestructura de gran calado como el tren Maya, más la pretendida descentralización de la administración pública federal a varios de estos estados, son medidas hacia una hegemonía más que deseable, urgente.
Siendo así, bienvenido sea el gobierno hegemónico de Andrés Manuel López Obrador.