Intelectuales orgánicos de la 4T

Una lista abreviada de los intelectuales de la Cuarta Transformación (4T) incluiría, de entrada, al presidente Andrés Manuel López Obrador, a Paco Ignacio Taibo II, Jesús Ramírez, Jenaro Villamil, , Julio Scherer Ibarra, Martí Batres, John Ackerman, Hugo López Gatell, San Juana Martínez, Beatriz Gutiérrez Müller, Pedro Miguel, Rafael Barajas, “El Fisgón”, Héctor Díaz Polanco, entre otros.

Frente a ellos, la lista de los intelectuales del llamado neoliberalismo estaría encabezada por Enrique Krauze (y su hijo, digamos), Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda Gutman y Roger Bartra, entre muchos otros satélites. También por los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vincente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña (mucho es conceder que Peña y Fox sean intelectuales, pero bueno, defienden y personifican ese sistema). Asimismo, por una serie de periodistas defensores del sistema neoliberal, entre ellos, Héctor de Mauleón, Jorge Ramos, Carlos Loret, Víctor Trujillo, “Brozo”, Denise Dresser, Carlos Alazraki, Carlos Marín, entre muchos otros.

Estamos frente a la confrontación de dos sistemas antes que de gobiernos. La 4T como sistema o régimen contra la el llamado neoliberalismo y su sistema. Porque los primeros son intelectuales orgánicos tanto del gobierno que ejercen como del sistema, la 4T, que quieren implantar en México. 

En cambio, el segundo grupo de intelectuales -excepto los presidentes que representan ambas cosas, gobierno y sistema- son sólo intelectuales del sistema neoliberal, porque en términos clásicos de la teoría gramsciana, que genera este concepto, ellos serían intelectuales “tradicionales”. Aquellos que no han trabajado en lo particular para ningún gobierno, pero que han justificado y convalidado un sistema; el neoliberalismo y su fardo de errores y abusos. Sobre todo, han succionado y vivido del presupuesto público de los gobiernos de ese sistema, de Salinas a Peña.

Para ellos no importa el gobierno en particular, sino el régimen que les permita vivir del erario. Así, si López Obrador no les hubiera recortado los ingresos, si los subvencionara, estarían aplaudiéndole como ejemplares intelectuales “tradicionales”, independientes, objetivos, críticos que no participan del gobierno. No obstante, estos suelen ser peores que los orgánicos, porque siempre quieren quedar bien con el poder en turno en nombre de las prebendas.

La crítica del presidente a este grupo encabezado por Krauze y Aguilar ha sido ambigua. No siempre señala lo que son, intelectuales orgánicos del sistema neoliberal; y hay que hacerlo, para ser conceptualmente acertados.

Los que ayer fueron oposición hoy están en el ejercicio del poder

Y es que hay que clarificar que intelectual orgánico no es una connotación negativa per se. Si atendemos la teoría y praxis clásica de Antonio Gramsci, se comprende cómo incluso es deseable que las instituciones, los organismos, el Estado, los partidos políticos, la Iglesia, los sindicatos, los diversos grupos de la sociedad tengan y aun impulsen sus propios intelectuales. Identificados orgánicamente con la colectividad y que generen un discurso, una teoría, una ideología, un programa; en fin, el perfil y el sentido del organismo de que se trate. Es decir, la 4T también tiene intelectuales orgánicos.

Durante casi 40 años, los intelectuales del neoliberalismo legitimaron este sistema. Vivieron de él y legitimaron el desmantelamiento de México, la privatización y la corrupción. Consecuentemente, tendrían que hacerse responsables del fracaso de la aplicación de ese proyecto político y económico. Y aunque en lo individual han producido algunas buenas obras, como generación activa han fracasado.

A los intelectuales de la 4T habrá que analizarlos y enjuiciarlos con el tiempo. Hoy puede naturalmente hacerse una crítica, pero será la distancia la que permitirá una perspectiva óptima para sopesar el resultado de su programa teórico y práctico. Porque los que ayer fueron oposición hoy están en el ejercicio del poder.

Sin duda, es importante disponer de claridad política y conceptual. Aquí, mi videocolumna sobre el tema, “Los intelectuales orgánicos de la 4T”: