¿Quién no ha oído el canto triste de un ropavejero? ¿Quién lo ha olvidado? Un sonsonete conocido por todos… una voz lejana, triste que recorría las calles, una y otra vez. A veces empujando una carretilla con algunos triques, otras, una mula jalando una carreta con cachivaches, cada día, a la misma hora: “¡Zapaaaatos y ropa vieja que vendaaa!”

A veces, el trapero, también llamado así, daba muñequitas, a cambio de algunas prendas usadas o utensilios de cocina que las amas de casa desechaban. Era un agradable intercambio, el comerciante recibía mercancía que podía vender después y el cliente se deshacía de cosas que le estorbaban recibiendo en el trueque, una hermosa bailarina de suave porcelana.

  Varias décadas después, la voz se cansó y se convirtió en grabación, el caballo en camioneta, y el ropavejero, fue el único que conservó su esencia… muchos siguieron la misma ruta, las mismas pisadas que dejaron sus padres cuando recorrían sin descanso las calles, con su ronco canto.

El diputado Xavier López Adame, es el que quiere apagar su voz, tiene la intención de que el gobierno acapare todo lo que los ciudadanos desechamos y dejar a los ropavejeros con las manos vacías, sin trabajo, cerrándoles las rutas, las puertas, el futuro…

“Preocupado” por los desechos mal manejados, el diputado del Partido Verde y presidente de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente Xavier López Adame, presentó un dictamen para reformar la ley de residuos sólidos.

Les exigirá a los ropavejeros, un distintivo oficial, que es una calcomanía que debe ponerse en un lugar visible del destartalado camión, como constancia de que están “regulados” por la Secretaría del Medio Ambiente para que puedan seguir trabajando adquiriendo colchones, televisores viejos, lavadoras, en fin todo lo que se pueda reciclar…

¿Regularlos? ¿Cómo? No los regula, en realidad les mete el pie. Muchos de ellos se verán imposibilitados para seguir trabajando bajo las nuevas condiciones y con la nueva norma y así el gobierno de la Ciudad de México podrá acaparar el mercado. Un gran negocio.

Si los comerciantes, los ropavejeros, no adquieren dicho “permiso” podrían recibir de uno a cuatro años de prisión, además de multas que varían entre 37 mil hasta 151,000 pesos.

Miles de trabajadores están en riesgo de perder su fuente de trabajo debido a que la Asamblea Legislativa haya avalado dichas sanciones…

Los ropavejeros, también conocidos como “ayateros” (porque traían costales hechos de ayate colgados a la espalda y sostenidos con la cabeza), realizan un trabajo arduo, comprando colchones, estufas, lavadoras, refrigeradores… siendo la única forma que tienen para sobrevivir. Algunos, a los que no les alcanza para adquirir una camioneta, todavía transitan en las calles y siguen a paso lento jalando la carretilla y con la voz cansada de tonos tristes siguen entonando el mismo canto de años… ¡Fieeerro viejo que vendaaa!… ¿Estos comerciantes, en dónde pegarán la calcomanía?

Se calcula que existen 4 mil baratilleros. En promedio, tienen un ingreso diario de 78 pesos, que en conjunto equivalen a 312,000 pesos diarios. Por lo tanto el sector de recolección genera 113 millones 880 mil pesos al año. Jugosa y atractiva cantidad para el diputado verde, que se preocupa tanto por el medio ambiente…

 Xavier López retirará a muchos ropavejeros de las calles, les hará difícil su labor, y a nosotros nos despoja del derecho de regalar o de vender nuestras cosas a las personas que lo necesitan.

Mancera y su equipo, se harán cargo de la recolección de desechos voluminosos, en realidad de todos los desechos, quieren desaparecer de manera “regulatoria” a los ropavejeros, gente trabajadora que como muchas en México, luchan para sobrevivir.

Es hora de que nosotros los mexicanos desechemos a estos gobernantes corruptos, ya es hora…