Los profesionales del antipeñismo no se cansan de “opinar” que José Antonio Meade debe deslindarse del presidente Enrique Peña Nieto por los negativos que la gestión del mandatario le acarrea a su campaña.
También ese grupo de profesionales de la protesta antigubernamental, completan sus dichos sobre los negativos que carga gratuitamente Meade Kuribreña, considerando que el candidato presidencial del Frente por México debe prescindir del actual líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza.
Meade ha respondido a esos cuestionamientos diciendo que ni romperá con el presidente Peña Nieto ni tiene, por el momento, contemplado pedir un relevo en la dirigencia nacional del tricolor.
Completa su argumentación afirmando que él es el que manda en su campaña (Directamente ha realizado seis importantes nombramientos en su equipo con figuras tan importantes como Manlio Fabio Beltrones o Miguel Ángel Osorio Chong) y que ni Peña Nieto ni Enrique Ochoa estarán en la boleta presidencial que definirá el próximo 1 de julio al nuevo presidente de nuestro país.
Una primera observación sobre los verdaderos negativos que carga José Antonio Meade es sobre la actuación de sus compañeros de partido que gobiernan muy diferentes entidades federativas a lo largo del país.
Para medirle el agua a los camotes, SDPnoticias, a través de México Opina, realizó a principios del mes de febrero una encuesta para evaluar el trabajo de los gobernadores, entre personas mayores de 18 años, residentes en la entidad federativa correspondiente, y con acceso a Facebook.
Y obtuvo la respuesta de 19,644 mexicanos con un nivel de confianza de un 95 por ciento…
Y así quedaron los resultados:
Nada más para empezar, la calificación media de los 31 gobernadores y el jefe de gobierno fue de 29.9, lo que significa que todos están reprobados.
Los gobernadores panistas han resultado ser el punto clave para que Ricardo Anaya medio se salve de los embates que una semana sí y otra también, recibe a causa de los oscuros manejos nmobiliarios que ahora lo tienen, a él y a su familia política, en tesitura de ser calificados como lavadores de dinero y de cometer el gravísimo delito de delincuencia organizada.
Pero en Guanajuato se apoya en un mandatario muy bien calificado como Miguel Márquez. En su natal Querétaro Anaya tiene un alfil muy bien posicionado como Domínguez. En Aguascalientes Martín Orozco le cubre aceptablemente el espacio político.
Anaya tiene gobernadores que le cargan, igual que a Meade, negativos de peso.
El impresentable Kiko Vega en Baja California o su homólogo de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis.
Pero pese a ello, los gobernadores del PAN son los que han logrado que Anaya siga siendo un duro competidor de la contienda presidencial 2018.
Meade en cambio, salvo casos aislados como Claudia Pavlovich en Sonora, quien está calificada como una de las mejores mandatarias del país, sufre la carga negativa de mandatarios (¿) como el colimense José Ignacio Peralta.
A este señor le tuvieron que repetir la elección porque su primera “victoria” sobre Jorge Luis Preciado del PAN resultó más increíble que la de Felipe Calderón en el 2006 con su 0,4% sobre López Obrador.
SDPnoticias, a través de México Opina, elaboró una encuesta calificadora del desempeño de los gobernadores mexicanos, incluido el Jefe de Gobierno de la CDMX.
En esa encuesta el señor José Ignacio Peralta es el único priísta que ocupa la deshonrosa posición de estar entre los CINCO PEORES MANDATARIOS DE LA NACIÓN.
Peralta ha sumido en una espiral de violencia a su entidad que está en condiciones muy parecidas a las que se vive en países como Siria, Irak, Honduras o Venezuela.
Es un mandatario oscuro que se niega a dar a conocer las empresas colimenses ligadas al narcotráfico porque “ese no es asunto de su competencia”.
Peralta es un inepto y un cínico.
Jorge Luis Preciado le reclama explicaciones claras sobre las 1700 muertes violentas ocurridas en su trágico mandato.
“Nacho” Peralta se hace el loco e insiste en que ello “no es de su competencia”.
Y sigue escalando la violencia en la entidad al grado que Tecomán ya es considerado el municipio más violento del país.
Más peligrosa que Acapulco, Chilpancingo, o Altamirano en Guerrero.
O la zona metropolitana del estado de México en municipios como Neza, Chalco y varios más del oriente de esa entidad.
Y más violenta que Tijuana, Guadalajara o León.
Peralta es un gobernador que no tiene remedio.
El Congreso del Estado de Colima debe ya de tomar cartas en el asunto.
Y desde el punto de vista electoral, José Antonio Meade debe enfocar la mira a la búsqueda de una solución para los efectos negativos que causan a su campaña personajes impresentables como José Ignacio Peralta.