Bien dice quien observa que Juan Gabriel nos ha acompañado durante toda nuestra vida. Somos muchos sus contemporáneos desde la cuna y somos los que lo hemos escuchado desde sus primeras canciones, consciente o inconscientemente, atentos o descuidados, en el Palenque, en un estadio, en la tele o en el coche, en todos lados y todo el tiempo, a cualquier hora y por medio mundo y, eso, cuando todos éramos muy jóvenes, sencillos como él, ilusionados y, sobre todo, enamorados.
¿Juan Gabriel fue un músico talentoso? Por supuesto que sí, cuántas personas pueden exhibir un palmarés de más de 1,800 canciones según datos registrados por la Dirección General de Derechos de Autor, más de 250 millones de discos vendidos, sus melodías traducidas a muchos idiomas y unas enormes facultades vocales y, seguramente, el tiempo lo atestiguará, unos de los tres o cuatro compositores de música más grandes de México. No hay duda ni obstáculos a la vista: Juan Gabriel va directo a la Rotonda de las Personas Ilustres, previa escala en el Palacio de Bellas Artes para recibir el cariño y sentido homenaje del pueblo de México.
¿La música de Juan Gabriel se puede considerar un arte? Bueno, por descontado que sí, a pesar del rigor musical con que algunos expertos o personas de gusto refinado, la califican de elemental, tonadillas con palabras repetitivas que solo son "pegajosas". Desde luego que existen definiciones rigurosas para calificar una actividad como arte, pero creo que una que no se puede obviar, si es que no está incluida dentro de dichas definiciones, es el gusto del pueblo cuya aceptación generalizada eleva la música de Juan Gabriel a la categoría de arte, poesía musicalizada con palabras sencillas que expresan los sentimientos más naturales del ser humano: amor y desamor, lealtad y traiciones, alegría y dolor. Si, sentimientos comunes y populares en extremo pero no por ello menos importantes. Y, vamos, cómo no será importante, si hasta uno de los Presidentes de México más duros como Gustavo Díaz Ordaz, tenía gravado en el cerebro frases tan sentidas y significativas como "Por eso estoy aquí, en la misma ciudad y con la misma gente". Carlos Monsiváis cita a GDO en la famosa entrevista de cuando fue nombrado Embajador en España, en un pasaje de su libro Escenas de Pudor y Humanidad.
Querida, La Diferencia No vale la Pena. Pero qué Necesidad: No tengo Dinero, No me Vuelvo a Enamorar ... Pero no me dejes nunca, nunca, nunca, ¡Te lo pido por favor! Se me Olvidó otra Vez, ... Hasta que te conocí, vi la vida con dolor, no te miento fui feliz, pero con muy poco amor, ... Órale, se pone la piel "chinita", ¡riata no te revientes! Estimado y amable Lector amigo, aquí entrelazo casi una decena de canciones de Juan Gabriel que, seguramente, de inmediato, usted ha reconocido y empezado a tararear, proyectando Siempre en su Mente, la figura de Juan Gabriel, con sus desenfadados y amanerados movimientos que provocaban el alborozo e incansable diversión y, por qué no, estrecha complicidad entre público y artista. Se fue prematuramente uno de los más grandes y fecundos artistas de la música Mexicana. Los que seguimos en la brega cotidiana, no lo dejaremos en mucho tiempo, descansar en paz, como a Pedro Infante o Javier Solís y algunos más. Juanga, ¡te queremos!
RENDIJAS
Yo aún no lo creo, prefiero pensar que Juan Gabriel sigue vivo, que solo tuvo un desvanecimiento pero que ya se recuperó. Que seguirá componiendo canciones para él y para nosotros. Que él seguirá cantando y nosotros coreando y aplaudiendo sus canciones, fundidos, pueblo y artista, ¡en un Amor Eterno!
Querétaro, 28 de Agosto del 2016