“Algunos se equivocan por temor a equivocarse”

Gotthold Ephraim Lessing

 

Desatados, como si fuese la campaña formal, así anda la inmensa mayoría de los políticos en Nuevo León que a diario aparecen repartiendo cubrebocas y gel antibacterial por doquier; algunos otros van un poco más allá y reparten despensas, pero son los menos y todos, todos se equivocan, porque para la elección todavía falta y falta mucho.

En lo que tienen razón es que el gran tema de las elecciones del próximo año será el Coronavirus y sus efectos, pero sobre todo, la manera en que nuestros políticos lo afrontaron y los resultados que ofrecieron y ahí, que me disculpen, andar regalando gel y tapabocas no es la gran acción.

Aún nos falta cruzar el umbral de los momentos más difíciles de esta batalla, cuando el crecimiento de los casos de contagio empiece a multiplicarse de manera exponencial, cuando el número de víctimas alcance su mayor nivel, cuando se deban tomar decisiones aún más duras que la cuarentena.

Y no será la peor, porque luego vendrá la crisis económica, esa que ya empieza a hacer estragos en un buen número de personas que han perdido sus empleos o que no tienen manera de llevar dinero a sus hogares.

Muchos se espantan porque recuerdan que ya antes Fernando Elizondo perdió una elección para gobernador por encerrarse en cuarentena mientras su contrincante Rodrigo Medina salía a los cruceros a repartir cubrebocas, ¿será por eso que ganó Medina?

Pero aquello de Elizondo y Rodrigo sucedió a mitad de la campaña, aquí falta aún más de un año, ¿cuál es la prisa?

Sobre todo porque en materia de salud poco o nada pueden hacer ante la dimensión de la crisis y los esfuerzos que se deben hacer. Ya el Gobierno del Estado está librando esa batalla y lo está haciendo bastante bien.

Sin embargo no se escucha a ninguna voz peleando por los empleos, por las empresas, por los desprotegidos; no se aprecia aquí ni a los que lideran las encuestas ni a los que están hasta el final de la fila, en eso no se meten, ahí prefieren hacer “como que la Virgen les habla”.

Porque todo indica que no será una cuarentena, sino que seguiremos encerrados por todo mayo y puede que parte de junio y un parón así no lo soportará la mayoría de las empresas, sobre todo las pequeñas, porque pagar sueldos completos sin generar producto y venderlo, no da para tanto.

¿De qué vivirán el mesero, el chofer, la dependiente de una boutique, el vendedor de dulces y tantas otras personas más? Hasta ahora no se siente mucho, pero en unos días más empezarán los estragos y la preocupación y el miedo inundarán los hogares.

Ahí es donde hacen falta líder con capacidad, entereza, inteligencia, ideas innovadoras y energía para capitanear una cruzada para salvarlos a todos por igual, empresarios de todos los niveles y trabajadores.

Nadie recordará en junio del próximo año el gel y los cubrebocas, eso se los puedo asegurar.