A menos de un mes para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales, el pronóstico aparentemente sigue intacto. Todo parece indicar que López Obrador se llevará la contienda electoral. Además, el tabasqueño sigue creciendo en las encuestas. Lejos del factor de descontento y enojo social, los candidatos del PRI, Frente y el Bronco, se quedaron como simples prospectos.

Tocando el tema del Frente y su candidato Ricardo Anaya, me parece interesante identificar los detalles que estancaron su campaña electoral. La palabra “fracaso” es y debe ser la única constante de la conformación del Frente panista-perredista-mcista. Desde columnas pasadas, siempre expresé que esa unión nacería muerta, y así está sucediendo.

¿Pero qué factores son los detonantes del fracaso frentista?

A mi parecer, marcaría cuatro grandes fracasos, factor que marcaría el rumbo antes de Por México al Frente. Desde luego el primer fracaso es Ricardo Anaya, seguido por Alejandra Barrales, Movimiento Ciudadano y el Frente como tal.

El primer fracaso, Ricardo Anaya. Después del espejismo de los triunfos del 2016, la realidad del liderazgo de Anaya y de ese partido se hizo presente. Puede sonar repetitivo, pero al echar a los Calderón, era de esperarse que el partido por sí solo ya estaba fracasando. Tener de “líderes” morales a Fernández de Cevallos y Santiago Creel, lejos de aportar, le resta credibilidad y peso al partido.

El PAN terminó mandando militantes a Morena y otros desertores con la ex candidata Margarita Zavala. Unos pocos apoyan al PRI y José Antonio Meade. El PAN por sí solo no vale nada, la alianza frentista “maquilla” un poco la flaqueza de los blanquiazules. El liderazgo inexistente de Damián Zepeda hace ver al partido como uno más de la chiquillada y no como uno de los partidos más importantes del país. No hay un liderazgo real que haga ver al PAN como un partido importante, como en el pasado.

Para el tema del triunfo del PAN en 2016, ¿dónde están todos esos gobernadores panistas? Ese triunfo brillante de 2016 que presumió Anaya no resalta, no al menos en esos gobernadores que resultaron ganadores en dicha elección. Si acaso hemos visto pequeños destellos de Javier Corral de Chihuahua o Miguel Márquez de Guanajuato, pero no se ve a todos los gobernadores panistas dando el apoyo y respaldo suficiente a su “candidato” Anaya. Es normal la falta de apoyo de varios gobernadores panistas, la alianza nacional con PRD y MC ―en caso de ganar, desde luego― los hará perder rebanadas del pastel en sus respectivos Estados. La ocurrencia de unos, puede ser la derrota de muchos.

Siguiendo con el segundo fracaso, Alejandra Barrales. Aquí hay que darle un gran porcentaje del fracaso a Miguel Mancera por su mediocre gestión al frente del gobierno capitalino. La peor gestión de un líder nacional perredista es para Barrales. El peor Jefe de Gobierno emanado del PRD es Miguel Mancera. La derrota de las elecciones en la Ciudad de México hace tres años no les hizo actuar, o tal vez no entendieron la mala señal en ese momento. Lejos de reparar el daño en 2015, hundieron más al partido.

La Ciudad de México es en gran medida la fuerza principal del sol azteca. Hoy en día los pocos Estados que conservan, los perderán. La derrota de Graco Ramírez en Morelos en inminente. En Michoacán el gobernador Aureoles le dio la espalda a dicha coalición. En las encuestas capitalinas, Barrales ya toca el tercer puesto en las preferencias. Del PRD no queda prácticamente nada. Es el más grande fracasado de los tres partidos que conforman el Por México al Frente. El PRD no tiene bases ni estructuras en ningún lado, ¿qué es lo que vende u ofrece el sol azteca a los votantes?

El tercer fracaso es no haber logrado una alianza con MC en Jalisco. Este partido vive gracias a la presencia y fuerza que tienen en dicha entidad, en particular en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Enrique Alfaro se avergüenza de decir públicamente que es aliado del PAN y Anaya. No es tonto, sabe lo que perdería de hacer una alianza formal. Durante años Alfaro se la pasó despotricando y señalando errores de Acción Nacional. Hoy se apoyan por un acuerdo nacional, pero MC le da la espalda al Frente a nivel Jalisco. El liderazgo de Anaya no ha servido, no ha funcionado, no fue suficiente para haber consolidado la alianza completa en todo el país. Ese Frente amorfo se cae.

El cuarto fracaso es el Frente mismo. Es como reparar un automóvil con piezas de bicicleta para echarlo a andar, teniendo un jinete de caballo como conductor, ese es el Frente en realidad. Reparar una maquinaria con piezas defectuosas y oxidadas, ese es el Frente. Por eso no avanzan, no tienen fuerza, se tienen que “reparar” a cada rato. No sirve el Frente, es una chatarra andante. Y con peligro de que el PRI los rebase y se refundan en el tercer lugar.

Para agregarle más ruido al asunto, está Jorge Castañeda como uno de sus coordinadores. Una vez mencioné que el güero Castañeda lleva más fracasos que logros en la política. Fracasó en sus dos intentos como candidato independiente, fracasó en la candidatura de Ríos Piter y fracasó como canciller. ¿Qué les hizo pensar que alguien que siempre pierde, aportaría a un hipotético triunfo? Castañeda es un gran analista teórico de la política, pero un gran fracaso en la realidad de la misma, sus resultados lo avalan.

Con un pequeño ruido está Pedro Ferriz. Si bien no es parte del Frente, ni del equipo, ha expresado su apoyo a Ricardo Anaya. Si en verdad Ferriz quiere apoyar al Frente, debería hacerlo de manera sigilosa. Llenar al Frente de personajes con fracasos no ayuda, no suma, el resultado del estancamiento está ahí. Este es un ejemplo de cómo dejar pasar pequeños errores, les pueden costar.

Todos los rasgos de fracasos están a la vista, lo estuvieron, y así decidieron construir una alianza política. La responsabilidad mayor recae en el PAN, en específico en Anaya y el grupo que lo mueve. La deformidad del Frente se acrecienta ante la falta de un verdadero líder como si lo tienen Morena y el PRI. Echar a andar un Frente con piezas dañadas, no los mueve a ningún lugar.

Me parece muy tarde para intentar cambiar las piezas dañadas. Hoy Ricardo Anaya y su equipo deben plantearse qué tipo de segundo lugar quieren ser, o peor aún, esperar a que la inercia los lleve a un tercer puesto y resucitar al Revolucionario Institucional. Anaya podrá sonar ágil y hasta cierto punto convincente, pero ya tiene la mirada y semblante de un tipo cansado y desgastado.

Twitter: @Hugo_Canelo