Sin desperdicio alguno resultaron las palabras del Secretario de Hacienda durante la inauguración de la Semana Nacional de Educación Financiera 2015. Se trata de un evento anual organizado por la CONDUSEF, en donde se busca concientizar a la ciudadanía sobre los mejores hábitos de finanzas personales y de información financiera, a efecto de incidir positivamente en la salud financiera de las personas.

El tema de la educación financiera aún tiene muy poca penetración en nuestra sociedad. Las políticas públicas al respecto no tienen mucho tiempo de haber sido implementadas y parece que nuestras costumbres colectivas ayudan muy poco a maximizar el alcance. Los mexicanos no solemos gozar de buena salud financiera, sobre todo cuando vemos incrementados nuestros ingresos, pues entre más ganamos, peor administramos nuestras finanzas . Y no se diga entre profesionistas y empresarios pymes, lo que es tan paradójico como preocupante.

De entrada, el doctor Videgaray mencionó que la educación financiera ayuda a prevenir riesgos de pérdida de patrimonio para las familias mexicanas, pues coadyuva para tener el conocimiento sobre cuáles son las mejores decisiones de operación, financiamiento e inversión que una persona puede tomar. Es algo totalmente apegado a la realidad, pues no es extraño observar familias que por ejemplo, adquieren su vestimenta con créditos en tiendas departamentales a plazos de cuatro o cinco años y con tasas de interés altísimas, lo que es muy poco sensato, pues la naturaleza de todo crédito debe de ser acorde con el ciclo de vida útil del bien adquirido.

Imagine que una familia de clase media intentara adquirir una vivienda a seis meses sin intereses. Luce tan inviable como comprar un par de zapatos a 60 meses. Es la analogía.

Otro ejemplo es el de ciudadanas y ciudadanos que teniendo adeudos en tarjetas de crédito, con costos anuales que oscilan entre 35 % y 40 %, a la par se esfuerzan por fondear alguna cuenta de ahorros donde no obtienen ni el 1 % anual de rendimiento. Es un caso típico donde conocer conceptos básicos, como el de costo de oportunidad, puede ayudar a que una persona incurra en menores gastos financieros y acorte la vida de sus adeudos.

El titular de la SHCP, también se refirió a la importancia de que la población cuente con los conocimientos básicos que le permitan distinguir entra las diversas instituciones financieras que existen en el país y los servicios que ellas ofrecen, esto con la finalidad de que conozca qué preguntas formular y bajo qué términos deben ofrecerle los productos de crédito e inversión, principalmente. El secretario agregó que ello puede ser la diferencia para la conformación del patrimonio o el ahorro de una persona.

Sin duda que resulta fundamental dicho conocimiento, pues nadie somos ajenos a los escandalosos casos de quebrantos, donde mucha gente ha resultado estafada por aparentes instituciones financieras que no se encontraban debidamente reguladas, y que perdieron sus ahorros al haber invertido de buena fe, pero desconociendo el alcance de sus decisiones. Un ejemplo es donde las personas destinaron dinero a inversiones que ofrecían rendimientos muy elevados en comparación con el mercado. Al respecto, una educación financiera básica brindaría la visión de que ello es imposible, de que nadie es más inteligente que todos los demás juntos, o de que tal y como señalan los axiomas de las finanzas: ?no hay pastel gratis?.

Por último, el responsable de las finanzas públicas compartió que la educación financiera igual tiene un impacto positivo en las pymes, dado que las ayuda a volverse más eficientes y productivas, lo que es cierto y conveniente, pues son entidades económicas cuyas decisiones de negocios son tomadas por personas que requieren cierta preparación de negocios. Y bueno, recordemos que la información financiera es el lenguaje de los negocios, y que como tal, todos los días realizamos acciones que afectan nuestras finanzas.

Sería conveniente que este tipo de eventos no se realicen solo una vez al año, y que además se regionalicen y busquen expandirse a toda la nación. Es importantísimo elevar los niveles de cultura financiera en nuestro país, de alto valor agregado para las economías familiar y nacional.

Se lo he compartido en otros textos y hoy lo reitero: la educación financiera necesita convertirse en una política pública de alta prioridad e intensidad, pues un país con hábitos financieros sanos, es un país más próspero.

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

 

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