Es evidente que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara no es “antipeje”. No voy a polemizar sobre un evento de carácter cultural, que tiene que ver con libros, no con política, pues caería en el truco barato de confrontar a la 4T con un quehacer digno y noble, que es la publicación y venta de libros (aunque, en mi opinión, la FIL se ha vuelto una feria de vanidades, donde la presunción, egolatría y el “reventón”, están por encima de la lectura).
Es tonto pensar que un acontecimiento literario anual se hizo para golpear a un gobierno, entrar a esa controversia apoya la falsedad de que López Obrador atenta contra la libertad de expresión (cantaleta que se trae Héctor Aguilar Camín y otros escritores “fifís”, cuyas publicaciones se quedaron sin “chayo”, y el mismo presidente de la Feria, Raúl Padilla López, quien, sin que venga al caso, llamó a “defender la libertad de expresión e imprenta, amenazada por gobiernos populistas”; sujetos que, irónicamente, usan su libertad de expresión para quejarse de censura).
Don Quijote de la Mancha no es “antipeje”, pero el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y el presidente de la FIL, Raúl Padilla López, sí lo son, y usan la Feria para hacer propaganda contra el presidente; y no por defensa de la cultura, como pretenden hacernos creer, sino por la “feria” (dinero).
Los literatos, intelectuales, científicos, filósofos y pensadores, crean obras para la humanidad, y salvo contados casos, sin fines ideológicos. Montarse en ellos para hacer propaganda política es otra de las viles estrategias de la derecha en el exilio, quienes se trepan en fenómenos políticamente correctos para golpear a la 4T (ya lo han hecho con el feminismo y los niños con cáncer, y aún les falta explotar el ambientalismo, para generar la idea de que el “Peje” es un peligro para la humanidad).
Donde éstos sátrapas podrían atacar al presidente (y no lo hicieron), es con los recortes al sector cultural (cosa que, aunque desagradable, tiene una buena intención, pues había mucho vividor que se enriquecía sin trabajar, como en el INE y CONAPRED), pero como la cultura es lo que menos les importa, mejor usaron su discurso para exigir el dinero que la Federación restringió a Jalisco, y que el gobernador dispendió sin pudor y sin recato. Son vampiros que sin disimulo se van directamente al cuello.
El colmo de los colmos sería imaginar a Enrique Alfaro, clon de Mussolini, con el rostro eternamente abotagado por sabrá Dios qué substancias, sospechoso de colaborar con el narco, contratador de Aguilar Camín como propagandista; a quien no le importa meter multitudes en un Estadio de futbol en plena pandemia y quien cerró la Plaza de la Liberación para que Loret de Mola y Brozo grabaran su programa (derechoso, mentiroso y penoso), recomendando los mejores libros del año 2020, cual Felipe “Borolas” Calderón citando a San Agustín de Hipona.