México estas olimpiadas lleva 4 medallas: 3 de plata y una de bronce.
La primera fue de plata en la disciplina de clavados sincronizados desde la plataforma de 10 metros. México nunca había sido figura desde la plataforma de 10 metros. La pareja conformada por Iván García y Germán Sánchez quedó atrás de los chinos.
Luego llegó la segunda medalla, plata también, en clavados sincronizados femeniles desde la misma plataforma de 10 metros. Paola Espinosa y Alejandra Orozco quedaron segundas, atrás de las chinas.
El bronce llegó por cortesía de Mariana Avitia en tiro con arco, después de no poder llegar a la final trás perder contra la otra mexicana Aída Román, que ganó la tercera medalla de plata.
En los medios tradicionales, así como en las redes sociales, estas han sido las grandes notas de las olimpiadas. Los políticos se han aprovechado de las medallas y las han felicitado llamándolas o publicando las congratulaciones desde sus cuentas de Twitter.
A este júblio nacional no han faltado los que dicen “nunca he visto a un subcampeón celebrar nada”…”solo se celebran los oros”…”con esta mentalidad solo demostramos que somos conformistas y no triunfadores”.
He pensado sobre el tema: ¿Se deben de celebrar las medallas que no sean las de oro?
Creo que en el momento, si es que llega, en que México gane una presea dorada la celebración será mayúscula y todos recibiremos a ese o esos atletas como héroes en los aeropuertos. Hasta que ese momento llegue no le veo nada de malo felicitar a los buenos atletas de este país que han hecho su mejor esfuerzo y este les alcanzó para quedar segundos o terceros.
Creo que en estas competencias la diferencia entre el primer y segundo lugar es tan ínfima, que cualquiera podría haber ganado la de oro: es cuestión de suerte, mentalidad, presión y factores exógenos; pero el talento es el mismo, el talento entre el primero segundo y tercero es tan comparable que de 10 finales las medallas se repartirían casi a partes iguales.
Celebrar estas medallas es algo bueno, porque motiva a los niños a querer entrar a un deporte olímpico y soñar con llegar a unas olimpiadas y competir para poder ganar una medalla…y por qué no, pensar en la de oro.
Veremos a muchos niños aspirando a ser los mejores clavadistas del mundo o los mejores arqueros, y no solo la trillada profesión de futbolista. Esto gracias a que celebramos estas medallas y gracias a estos atletas que han invertido muchos años de su vida para poder llegar hasta donde están.
En lo personal creo que para celebrar las de oro, primero deben de haber generaciones ganadoras de los bronces y platas para motivar a un país, motivar a los niños y sobre todo motivar a los políticos a que apoyen al deporte.
Ojalá tengamos alguna medalla de oro en estas olimpiadas, porque creo que en Rio 2016 ya tenemos algunas aseguradas en el tiro con arco, el nuevo deporte de moda en México gracias a “el Abuelo”, Mariana Avitia y Aída Román.