“Nadie sugiere suspender o cancelar las conferencias del presidente López Obrador”, dijo Lorenzo Córdova, principal consejero del Instituto Nacional Electoral.

Según Córdova, “la ley establece que se debe suspender su transmisión íntegra (de las mañaneras) durante las campañas electorales”.

Para entendernos debemos preguntarnos qué dice exactamente la ley.

Lo que apunta la legislación es que durante cualquier proceso electoral la difusión de propaganda gubernamental debe ser suspendida.

Hay excepciones a tal norma. El gobierno sí puede realizar propaganda sobre las actividades del propio INE y, también, sobre servicios educativos, de salud y de protección civil.

¿Las mañaneras son propaganda? Hay un debate acerca de esto, es decir, algunas personas dicen que las conferencias de prensa de AMLO sí son propaganda, pero otras afirman que no lo son.

¿Qué dice el presidente del INE acerca de las mañaneras? Evidentemente, que no son propaganda. Si lo fueran, sugeriría suspenderlas o cancelarlas durante las campañas electorales. Como no lo son, Lorenzo Córdova ha aclarado que jamás ha pedido al presidente de México no dar conferencias de prensa durante el desarrollo de los procesos comiciales.

Pero, contradiciendo lo anterior, Córdova dice que la ley establece que la “transmisión íntegra” de las mañaneras debe suspenderse durante el periodo de campañas electorales.

¿Suspenderse la transmisión íntegra por qué canales de difusión? No lo aclara el señor Córdova, pero debería referirse solo a los medios de comunicación del gobierno, que son los únicos que transmiten completas las mañaneras.

De hecho, “la ley” que prohibe la transmisión íntegra de las mañaneras surge de una decisión del tribunal electoral relacionada con los medios públicos.

No tiene lógica esa posición, ya que si las mañaneras fueran propaganda, debería el INE prohibirlas completamente, pero como hemos visto el señor Córdova no llega a tanto; y no puede llegar a tanto ya que él mismo da a entender con absoluta claridad que no son propaganda.

Entonces, si no lo son, debería permitirse su transmisión íntegra en los medios públicos, ya que al no ser propaganda lo mismo da que se transmitan íntegramente o solo fragmentos de las mañaneras.

Pero, está bien, esa prohibición la estableció el tribunal electoral en anteriores procesos comiciales, aunque naturalmente podría cambiar su criterio por uno más lógico.

Es decir, los magistrados electorales deberían empezar por definir si las mañaneras son propaganda o no. Si ellos no piensan lo mismo que Córdova, esto es, si consideran que sí son propaganda, entonces que abiertamente las prohiban. Pero si coinciden con el presidente del INE en que las conferencias de prensa de AMLO no son propaganda, entonces por elemental coherencia lógica no deberían prohibir que se transmitieran íntegramente en los medios públicos.

Lo que personalmente me alarma de lo expresado por Córdova es que no diga nada acerca de la transmisión íntegra de las mañaneras en Facebook, Twitter y YouTube, que es donde la gente más escucha a AMLO en vivo o en repeticiones a la hora que cada quien desee hacerlo. He visto a sobrecargos en vuelos largos de los aviones comerciales dedicar sus horas de descanso a ver repeticiones de las mañaneras en internet.

Pienso que la verdadera intención de Lorenzo Córdova es exigir con argumentos legaloides a Facebook, Twitter y YouTube que no transmitan íntegramente las mañaneras.

Eso sería terrible, ya que si no se transmitieran completas en tales empresas de internet, entonces no se transmitirían de ninguna manera, es decir, tendrían Facebook, Twitter y YouTube que esperar a que otras personas o medios subieran a tales plataformas fragmentos de las conferencias de prensa, lo que les haría perder consistencia informativa.

Además de que carece de lógica lo dicho por Lorenzo Córdova —si las mañaneras no son propaganda, como él mismo afirma, ¿por qué impedir su transmisión completa—, eso es algo que también evidentemente carece de ética.

Espero que Facebook, Twitter y YouTube no se dejen sorprender por el señor Córdova, quien evidentemente no es un árbitro imparcial, ya que mucho de lo que hace —contra su limpia actuación en 2018— parece encaminado a perjudicar a una de las dos opciones que ya se enfrentan en el proceso electoral de 2021: la del presidente AMLO; la otra es la de aquellos personajes de la política que, con alianzas partidistas o sin ellas, van a hacer campaña con un solo argumento: derrotar a Andrés Manuel López Obrador, a quien quieren callar, a pesar de que no estará en las boletas de votaciones.

El Universal otra vez contra los hijos de AMLO

La columna Bajo Reserva de este miércoles 13 de enero trata sobre “el inconforme cliente de los hijos de AMLO”. Se refieren a Ramón Orraca, propietario de la cadena de restaurantes Grupo Bonito, que según he visto en internet opera los siguientes establecimientos: Mexsi Bocu, Zoku, Fonda Fina, Parián y Pasillo de Humo.

No conozco ninguno de tales restaurantes —creo que estoy excesivamente concentrado en visitar el Arturo’s y el Dante Brasa y Fuego; deberé ampliar este año, cuando la pandemia lo permita, mis opciones de alimentación fuera de casa—, pero los negocios del señor Orraca deben ser muy buenos ya que, según leí, “han ganado más de 20 reconocimientos a nivel nacional e internacional como el de los diarios The New York Times The Guardian, que los incluyeron en su listado The Best Mexican Restaurant List”.

¿Qué tiene que ver el señor Orraca con los hijos de Andrés Manuel? Según El Universal, el empresario compra chocolates a la empresa que con mucho trabajo están tratando de consolidar José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán.

Lo anterior no es ilegal y ni siquiera irregular. Comprar y vender en un mercado competido es una actividad perfectamente lícita. Yo mismo, hace poco más de un año, adquirí algunos chocolates de la marca Rocío. Los compartí con amigos de España que quedaron encantados con el producto.

¿Por qué la columna Bajo Reserva de El Universal presenta como algo noticioso —por el tono, algo indebido— la relación comercial, que debe ser pequeña en términos monetarios, entre los hijos de AMLO y el propietario de Grupo Bonito?

Porque el señor Orraca es uno de los restauranteros de la Ciudad de México inconformes con el cierre decretado a raíz del semáforo rojo por el aumento en las hospitalizaciones por covid.

¿Y qué con eso? Simple: con mala lógica, para los editores al servicio de Juan Francisco Ealy Ortiz, si el cliente de los hijos de AMLO participó en el movimiento #AbrirOMorir, entonces José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo tienen que apoyar tal protesta.

No tendría nada de malo que los hijos de AMLO apoyaran a los restauranteros —ojalá ya se les permita abrir con mayores medidas sanitarias que en el pasado—, pero lo cierto es que El Universal no presenta una sola evidencia de que estén a favor de ese movimiento.

Entonces, el diario de Ealy Ortiz los señala —insisto, por el tono como si se trata de una ilegalidad— ante la sola posibilidad de que quizá estén de acuerdo con una protesta, que por lo demás mucho tiene de positivo, ya que podría servir para una buena negociación entre el gobierno de la CDMX y los restauranteros que deben abrir, sin duda, pero con fuertes restricciones de mayor sana distancia que en meses anteriores, higienización y uso de cubrebocas en sus establecimientos.

En mi opinión representa una perversidad mayor meter sin ninguna razón lógica a los hijos del presidente de AMLO en un enfrentamiento que espero no se salga de control entre empresarios capitalinos y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.