Presidente AMLO:
Conoces a Lilly Téllez. Seguramente te entrevistó alguna vez en TV Azteca. Pero sobre todo la trataste cuando, en 2018, ella fue candidata de Morena en el estado de Sonora.
Tuvo la acreditada periodista ese privilegió gracias a una invitación que le hiciste. Lilly no ha sido ni será una mujer de izquierda, pero la convocaste a participar en tu proyecto por su popularidad. Ganó las elecciones —en equipo con Alfonso Durazo— gracias a tu arrastre entre en todos los sectores sociales, sin duda, pero también debido a que ella es muy apreciada en aquella entidad del noroeste.
Ayudaste a Lilly Téllez a ganar el cargo de senadora y ella te ayudó a ganar la presidencia de México. Obviamente no se iban a entender la periodista y tus seguidores más apasionados y convencidos de las bondades de las políticas de izquierda. Pronto eso quedó claro y Lilly dejó Morena para integrarse al grupo panista en el Senado. No me gustó lo que hizo, pero era su derecho.
Recordarás, Andrés Manuel, que en octubre del año pasado el doctor Hugo López-Gatell tuvo un encuentro/debate con senadores y senadoras. Ahí, la señora Téllez hizo pedazos, dialécticamente hablando, al jefe de la estrategia del gobierno mexicano contra la pandemia.
Sin exagerar, Lilly ridiculizó a Gatell. Este tuvo que ser rescatado por senadores y senadoras de Morena que suspendieron la comparecencia del subsecretario para que la periodista no siguiera aporreándolo. Pobrecito, lo hicieron sufrir.
En el Senado, frente a una buena periodista, López-Gatell exhibió todas sus limitaciones para el debate. Y es que no es lo mismo echar rollo y más rollo —y más y más y más rollo— en conferencias de prensa controladas por el el aparato del Estado mexicano que enfrentarse a alguien en igualdad de condiciones.
Esta mañana, presidente López Obrador, sugeriste un debate de Enrique Krauze y Ciro Gómez Leyva con Hugo López-Gatell. ¿En serio quieres que noqueen a tu colaborador? Si no pudo con Lilly —ella es una eficaz periodista profesional, pero con poca experiencia en los encuentros dialécticos—, menos aún podrá con dos hombres más cultos que Gatell, con mejor trayectoria en sus respectivas especialidades profesionales y evidentemente más que calificados para debatir.
En la mañanera de este miércoles diste a conocer el currículo de Gatell. Es bueno, sin duda —bastante mejor que su desempeño al frente de la pandemia—, pero no me quedó claro si incluiste un dato relevante de su biografía: mientras tú y muchas otras personas resistían toda clase presiones en el sexenio de Calderón, el rockstar de la epidemiología colaboraba en ese gobierno espurio. Dejó de hacerlo no por sus convicciones democráticas, sino porque lo corrieron. Sí, lo echaron porque hizo mal trabajo. Y es que el sentido común y la sensatez que natura no da, la Universidad Johns Hopkins no proporciona.
Por cierto, querido y admirado —y siempre respetado Andrés Manuel—, creo que deberías admitir con franqueza, por más que te moleste, que Gatell dio un pésimo ejemplo al irse de vacaciones en la pandemia. El cartón de Hernández de este seis enero en La Jornada no deja lugar a dudas. Imposible decir que José Hernández ya se pasó al grupo de periodistas enemigos de la 4T. Se notan tanto las metidas de pata del subsecretario que ya no hay manera de ocultarlas.
Me despido, Andrés Manuel, deseándote los mayores triunfos este 2021, que estoy seguro será excelente para México y para tu gobierno, a pesar de algunos funcionarios maletones; como el rockstar, en mi opinión; en mi muy personal punto de vista que es el de alguien realmente convencido de que eres el mejor presidente para la peor época.