De periodismo sabe muy poco —o quizá no sepa nada— el rockstar de la epidemiología, Hugo López-Gatell.

De epidemiología sabe bastante, lo aprendió en México y en Estados Unidos, aunque a veces por jugar a la politiquería olvida sus conocimientos y finge ignorancia solo por no contradecir a su jefe, el presidente López Obrador, quien ha confiado en Gatell precisamente porque lo considera capaz de corregirle si se equivoca en un tema que el tabasqueño no conoce.

López-Gatell enfermó de covid-19 y ya se recupera. Qué bueno que así sea.

No llegó a estar grave, pero necesitó oxígeno y, probablemente, sus médicos lo trataron con medicamentos como el remdesivir, todavía no autorizados en México para el uso de la gente común y corriente; por cierto, la autorización no la ha dado Cofepris, que el doctor Gatell controla.

Como no necesitamos más muertos en nuestro país, me alegra que al menos el rockstar haya podido beneficiarse de una medicina eficaz, pero prohibida, y por lo mismo escasa y cara. Lo felicito.

Ayer, en conferencia de prensa virtual, López-Gatell dijo dos verdades:

Primera verdad: “Ya estoy completamente recuperado, no tengo síntoma alguno, me siento en buenas condiciones, con fuerza, con animo, con entusiasmo de seguir avanzando en la vacunación contra covid”.

Segunda verdad: “Esto quiere decir que tengo una carga viral suficientemente alta para ser contagioso y aunque tengo el alta médica no tengo el alta epidemiológica”.

Después dijo una mentira sobre los medios de comunicación:

La mentira: “Sigo esperanzado que en algún momento estas personas, estos grupos dueños de medios de comunicación corporativos, los jefes editores, los columnistas que viven de esta parte del morbo, de la especulación, de la intriga y tienen un nivel extraordinariamente bajo en calidad técnica, calidad periodística, no tienen fuentes, usan rumores, ojalá en algún momento suban el nivel, pero lamentablemente vemos este tipo de notas basadas en el chisme, la intriga, la especulación. Pocas personas en el país se dejan engañar”.

Se enojó Gatell porque se le exhibió paseando en la Colonia Condesa, a pesar de saberse él mismo no solo todavía contagiado, sino —usemos sus propias palabras— “con una carga viral suficientemente alta como para ser contagioso”.

Si López-Gatell entendiera un poco de periodismo, aplaudiría que los medios exhibieran a alguien tan irresponsable que sabiéndose contagiado y con capacidad para contagiar, sale a la calle.

Alguien tan irresponsable como el mismo doctor Gatell, sí. ¿Ya lo regañara el presidente Andrés Manuel López Obrador por el mal ejemplo que da el estratega contra la pandemia de coronavirus? ¿O le seguirá pasando todas las metidas de pata a un tipo que evidentemente sabe de enfermedades contagiosas, pero que enloqueció con los reflectores que AMLO le prestó?