John Carlin, británico, es un periodista famoso que ha trabajado en Argentina y México y escribe ahora en La Vanguardia, de Barcelona. Hace años publicaba sus artículos en El País, de Madrid, pero lo despidieron por un escrito suyo en The Times contrario a la línea editorial sobre Cataluña del principal periódico de España. Carlin sobre todo es célebre porque la película Invictus se basó en un libro suyo sobre Nelson Mandela.
Pienso que Carlin es el colaborador más interesante de La Vanguardia. Tristemente, ya no puedo leerlo. Y, por lo visto, ya no lo leeré. No estoy dispuesto a registrarme, es decir, a entregar mis datos personales a esa empresa catalana. Se ha puesto de moda no el cobro inmediato por leer a algunos articulistas, sino exigir a quienes quieran hacerlo que se registren. Supongo que la idea de las compañías periodísticas es la de armar listas de suscriptores suficientemente grandes para después cobrarles por tener acceso a sus contenidos. Espero que al señor Carlin, para compensarlo por quitarle lectores, le paguen en La Vaguardia un dinero extra —es decir, algo más que sus honorarios normales.
La verdad de las cosas, es improbable que todas o la mayoría de las personas que leían sus artículos se hayan registrado para seguir haciéndolo. Hasta donde conozco este asunto, es poca la gente que entrega sus datos para leer diarios en internet. En fin, qué pena ya no poder disfrutar lo escrito por el señor Carlin.
Un truco para leer gratis a Carlin
Me informa un amigo que si no puedo leer a CarlIn en La Vanguardia, pues que vaya a la web del Clarín, de Buenos Aires, y ahí está: completamente gratis y sin necesidad de molestos trámites de registro. Santo remedio