De pronto, llegó a mi WhatsApp un video de Ciro Gómez Leyva. O eso decía quien me lo envió. Durísimas las palabras del periodista líder de la radio y conductor de uno de los noticieros de TV de mayor rating

Conozco a Ciro, bastante bien. Sí, era la voz del titular del informativo más importante de Radio Fórmula. Pero, ¿eran realmente sus ideas?

Que el colaborador de Imagen TV es crítico, sí, lo es; que Ciro exagera no pocas veces, es verdad: exactamente como todos los periodistas del mundo; que cuestiona Gómez Leyva a Andrés Manuel con excesiva frecuencia y no siempre con razón, no tengo la menor duda: lo he escrito aquí; que a Ciro Gómez le cae bien Felipe Calderón, es un hecho y quizá hasta son amigos, pero…

Ciro Gómez Leyva no es un vulgar golpeador. No calumnia. No miente. Puede equivocarse y, si se le demuestra que dio un dato erróneo, lo aclara y hasta se disculpa. No batalla para hacerlo porque posee la virtud de la humildad. Es muy buen ser humano y detesta hacer daño, me consta.

En el video habla la voz de Ciro, sí, y el estilo es el de sus comentarios editoriales en Imagen TV, pero ahí no estaban expresadas las ideas del señor Gómez Leyva. 

Para salir de dudas, le pregunté: "Increíble, Federico, es mi voz, pero no soy yo. Lo que tengo que decir lo digo en radio y televisión, no en videos de internet".

Criminal canallada editar la voz de Ciro Gómez Leyva en estos momentos de crisis sanitaria y económica.

Alguien se tomó demasiada molestia, demasiado trabajo y quizá invirtió demasiados recursos en hacer un video imitando la voz del periodista de Imagen TV y Radio Fórmula con el único propósito de sembrar más división en la ya muy dividida sociedad mexicana.

Un video terrible, lleno de ofensas, de muchas mentiras y de calificativos escandalosos no para cuestionar, sino para tratar de destruir al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Un acto golpista valerse de la popularidad de un periodista para seguir generando odio contra el gobierno de México.

Nos estamos pasando, todos. La división en nada nos ayuda. Necesitamos unirnos, de otra manera no vamos a salir del espantoso problema en el que estamos.

Unirnos, sí, en torno al gobierno de López Obrador: él es el presidente de México que elegimos en una jornada ejemplarmente democrática.

Si pensamos que Andrés Manuel se equivoca —personalmente creo que le está faltando análisis sereno para entender la necesidad de contraer deuda y así contar con recursos y apoyar en serio a las pequeñas y medianas empresas—, si nos sentimos obligados a expresar nuestro desacuerdo, hágamoslo pero con civilidad, no con acciones que tienen como fin último la desestabilización violenta de un gobierno; con argumentos, no con mentiras; con ganas de ayudar a nuestra sociedad, no de destruirla.

Se nos olvida que tenemos un tema común: México, nuestro país en riesgo de quebrarse por la recesión y la pandemia que vienen de lejos.

El presidente de la nación es Andrés Manuel. Apoyarlo es lo correcto. Si pensamos que no ha diseñado el mejor plan de reactivación económica, insistamos en convencerlo para que cambie de opinión. Pero nada más. No se vale caer en extremos casi fascistas, que es a donde muchos que defienden poderosos intereses pretenden llevarnos.

Vamos serenándonos todos, incluidos quienes participan en el gobierno. Es la única salida.