"La noche que la mataron<br>Rosita estaba de suerte:<br>de tres tiros que le dieron<br>nomás uno era de muerte".<br>
Felipe Valdés Leal, Corrido de Rosita Alvírez
“La exigencia fue muy buena, la estrategia muy buena, las respuestas tácticas muy buenas, pero el marcador no nos acompaña”.<br>
Ronald González, director técnico de la selección de Costa Rica
“No podemos manejar un país que está decreciendo a 9%, como si estuviéramos creciendo a 9%”.<br>
Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia de México
A pesar de que la estrategia estaba tan bien planteada, el señor Ronald González se equivocó al no cambiarla, de tal modo de lograr que, al final del partido, el marcador SÍ acompañara a la Selección de Costa Rica.
¿Qué significa que el marcador “no acompañe” a un equipo? Simple y sencillamente que los goles en contra superan en número a los goles a favor. Ello al margen de lo maravillosa que sea la estrategia del director técnico.
El presidente Andrés Manuel López Obrador debe leer con cuidado el reciente discurso de su jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, un hombre que conoce de grandes triunfos y todavía mayores derrotas.
Romo habló con sabiduría estratégica durante la inauguración de la XLII Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas.
Dijo simple y sencillamente que el equipo del presidente AMLO sigue jugando como si fuera ganando el partido, cuando lo cierto es que lo va perdiendo.
Es que, a pesar de que México decrece al 9%, el gabinete presidencial sigue en el diagnóstico inicial, el que dio pie a la estrategia que no se ha cambiado: que con las políticas de la 4T nuestro país iba a crecer de inmediato como nunca en su historia.
La culpa de que el marcador “no acompañe” al gobierno de AMLO es externa, de una pandemia terrible que ha paralizado todas las economías del mundo.
Negar el problema, como parece ocurre en el gabinete federal, no lo resolverá, sino lo agravará.
¿Se puede remontar un marcador tan adverso causado por lesiones, en los primeros minutos del juego, de los mejores futbolistas? Sin duda se puede. Pero hay que cambiar la estrategia.
En el Giro de Italia el equipo británico Ineos dio una lección de lo que debe hacerse cuando la derrota se ve inevitable por causas fortuitas.
Tal equipo diseñó su estrategia pensando en el triunfo de Geraint Thomas. Desde el inicio, todos sus compañeros trabajaron para él. Pero en la cuarta de veintiún etapas, Thomas abandonó la competencia por una caída que le provocó fractura de pelvis.
En vez de insistir en una estrategia que ya no aplicaba a la nueva realidad de la competencia, los ciclistas del Ineos modificaron sus planes y, en la última etapa, consiguieron la victoria. Ganó un jovencito, Tao Geoghegan Hart, de quien poco se sabía.
Andrés Manuel planeó su gobierno para ganar desde el principio, pero muy rápidamente la pandemia de covid alteró la realidad de nuestro sistema económico.
El equipo presidencial, sin embargo, nada ha hecho para cambiar la estrategia, es decir, para atraer inversiones en todos los sectores productivos, sean o no los que la izquierda prefiera desarrollar.
Dinero sobra en México, el gobierno debe seducirlo para financie proyectos de inversión en todas las aéreas de la economía, inclusive en aquellas que la 4T, por razones ideológicas, no desee alentar, como la energética.
Eso no se ha hecho. Todo lo contrario, se actúa en el gabinete presidencial como si sobraran las inversiones en México.
Faltan muchas etapas para que termine la carrera en la que participa la 4T. Todavía se puede ganar, pero hay que realizar ajustes en la estrategia, que no puede ya seguir siendo la original, es decir, la pensada para aplicarse en un país en crecimiento y solo en algunos sectores.
¿Es tan difícil de entender? Por cierto, en el combate a la pandemia el marcador tampoco “nos acompaña”. Los más de cien mil muertos deberían convencernos de que el coronavirus va ganando —y por goleada— a nuestros epidemiólogos.
Hay que cambiar la estrategia y el discurso. Ofende a tanta gente que ha perdido familiares y amigos escuchar a López-Gatell diciendo insensateces como que, para efectos epidemiológicos, no importa que la contabilidad registre ya más de un millón de contagiados, que lo único relevante son los casos activos.
El rockstar de la epidemiología, cuando se pone en ese plan, evidentemente se refugia en la filosofía de aquella canción de Felipe Valdés Leal, en la que se consolaba a la familia de Rosita Alvírez con un argumento lógico impecable: que de tres balazos que le tiró Hipólito, nomás uno era de muerte. Suertuda la Rosita, la más bonita de aquel barrio de Saltillo.