En Twitter le dije al presidente AMLO que, si no se aplican medidas extremas —que en mi opinión debimos haber tomado desde hace varios días—, la pandemia del Coronavirus nos va a golpear  fuertemente. A Andrés Manuel le supliqué que vea a México en los espejos de Italia y España, países con extraordinariamente eficaces sistemas de salud que no están pudiendo controlar la pandemia.

El abogado laboralista Ricardo Landero, que ha publicado en SDP Noticias artículos realmente interesantes sobre las implicaciones legales de que la gente abandone sus oficinas para realizar trabajo en casa, rápidamente refutó mi mensaje por WhatsApp. Me dijo que en los gobiernos de naciones como México, Estados Unidos e Inglaterra han analizado y comparado el daño económico contra la tasa de mortalidad del Covid-19. Según Ricardo, el daño económico es mucho más devastador que el daño a la salud, por lo tanto estos países no han llegado al extremo de tomar medidas como las de China, donde se aisló ciudades completas. Algo que en las democracias sería jurídica y políticamente muy complicado.

A juicio del abogado Landero, los estados democráticos como México, han asumido que habrá contagios masivos, sí, con una tasa de mortalidad de alrededor del 5% de los infectados. Esto representa millones de personas, pero es preferible a paralizar la economía mundial. Por esa razón, dice Ricardo, si bien en EEUU se han prohibido los vuelos desde Europa, no se han suspendido los domésticos ni la mayoría de las otras actividades económicas.

Él me ha comentado que esa es la tónica que se ha decidido seguir en México: proteger la economía, tratando de minimizar, sin paralizar a México, los daños a la salud. En su opinión no debemos vernos en el espejo de Italia ni en el de España, porque estos países lo han hecho todo mal. Crearon pánico, colapsaron la economía, no detuvieron los contagios, en resumidas cuentas, están en la peor situación posible.

Para Landero el gobierno de López Obrador está actuando correctamente al no generar pánico, inclusive con el ejemplo del presidente de no cancelar reuniones multitudinarias. Las expresiones de AMLO de que “no nos hacen nada las pandemias” es lo mejor que se puede decir dadas las circunstancias. Y es que, en efecto, en México habrá muchísimos contagiados y seguramente conoceremos numerosos casos de mexicanos que fallezcan por el coronavirus, pero como no hay manera de evitarlo, ya que la ciencia médica no ofrece una solución, lo más razonable que podemos hacer es no llegar a los extremos de las ya mencionadas naciones europeas, países económicamente derrotados y paralizadas. Hasta ahí lo que opina el abogado Ricardo Landero, a quien respeto y aprecio. Yo solo le diría, para refutarlo, que no solo España e Italia han tomado medidas extremas que tienen el efecto de parar sus economías. También está ocurriendo en Alemania, la locomotora de Europa que ha cerrado sus fronteras; en Francia, otra potencia que ha empezado a restringir la movilidad de sus ciudadanos; en Suiza, el pequeño Estado que es paradigma de progreso y que tiene bloqueadas sus carreteras hacia sus propias regiones vecinas con Italia; y aun me atrevería a mencionar que todo lo anunciado por Donald Trump claramente tendrá efectos económicos recesivos, ya que no es cualquier cosa impedir los flujos de personas entre Estados Unidos y Europa, las dos regiones más pujantes del capitalismo global.

Si el mundo en su lucha contra el Coronavirus ha decidido parar la economía para que los contagios sean más lentos y los sistemas de salud tengan capacidad de atender a los enfermos, me parece de elemental sentido común que México haga lo mismo, ya que el capitalismo en crisis, nos guste o no, nos va a golpear muy fuertemente en lo económico. El voluntarismo no va a impedir que la economía de México se detenga si se detienen las grandes economías del mundo.

Y si simplemente por mandar mensajes optimistas no hacemos lo razonable en términos de la salud —mínimamente evitar los eventos masivos—, entonces tendremos al mismo tiempo una economía en crisis y una pandemia causando estragos entre la población.

¿Que solo va a morir el 5% de los infectados? Le dije al abogado Landero que ojalá no estemos en ese grupo él y yo y nuestras familias. El abogado de inmediato me replicó: “no lo creo”. Pero no es un asunto de creer o no creer: es una obligación protegernos como lo está haciendo el resto de la humanidad.

Por cierto, no entiendo por qué la 4T argumentó motivos económicos para no cancelar el Vive Latino. Carajo, si es apenas un pequeño negocio, al menos comparado con la cancelación del Aeropuerto en Texcoco, mega súper negociote cuya muerte anticipada aplaudí más que nadie. Andrés Manuel hizo bien en Texcoco: había razones más razones para hacerlo que las meramente económicas esgrimidas en favor de que continuara ese monumento a la corrupción y al derroche. Si aquello valió la pena, mucho más importante era impedir un simple concierto de OCESA que quizá ya multiplicó los contagios.