¿Sabías que si no fumas, no bebes, haces ejercicio y comes sano, de todas formas te va a cargar la chingada?<br>
De cómo vivir en perfecta armonía con el universo
¿Es nota que jóvenes alborotados y relajientos griten mentadas de madre a un presidente de México en un vuelo comercial? Pienso que no.
La noticia es otra: que Andrés Manuel siga sin utilizar aviones del Estado mexicano; que después de más de dos años de gobierno prefiera viajar —lo hace cada fin de semana— como cualquier persona, dede luego sin privilegios; en los asientos de turista, jamás en las filas ejecutivas o en primera clase; pagando, ni hablar, el costo expresado en fatiga de los retrasos y del mal servicio de aerolíneas y aeropuertos; y también corriendo el riesgo de infantiles gritos de gente deseosa de un minuto de fama en las redes sociales, o inclusive de ataques bien diseñados y orquestados por parte de estrategas de oposición que le dan marcaje personal al mandatario y pueden con facilidad colar a sus activistas entre los pasajeros.
La nota es que nadie gritó en los aviones comerciales a ninguno de los presidentes anteriores a López Obrador porque ellos —Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto— ni por error renunciaron a la dicha inicua de viajar en ostentosos aviones presidenciales; algunos, con lo que se robaron, siguen recorriendo el mundo en aeronaves exclusivas para ellos.
¿Por qué, entonces, ayer domingo, dos diarios importantes e influyentes, Reforma y El Universal, difundieron los alaridos contra AMLO de parte de dos personas jóvenes; un hombre y una mujer que lanzaron contra el presidente de México algunas mentadas irrelevantes, evidentemente en tono de aniñada travesura y, muy probablemente, motivados por el mal whisky que sirven las aerolíneas?
No se trató de una protesta política, es decir, no exigieron nada. Fueron gritos solamente. ¿Qué hizo Andrés Manuel? Ignorarlos, que es la forma elegante y refinada de mandar a alguien a su rancho de Palenque. Y no hubo más.
¿Cuál era la nota? ¿Por qué Reforma y El Universal difundieron tanto dos o tres gritos infantiles?
En lo personal, la nota la veo únicamente en el incansable esfuerzo del periodismo mexicano para desprestigiarse a sí mismo cada día un poco más.