Existen muchos momentos gratos en nuestras hermosas vidas, los cuales queremos que se queden para siempre en nuestra memoria y tal vez en la de los demás. Gracias a la tecnología de la que gozamos día con día, gracias al cada vez más fácil compartimiento de fotos en Facebook; como los teléfonos celulares, cámaras digitales, ipads, tabletas, y toda la nueva chuchería de moda que existe en el mercado; es muy bonito abrir diariamente tu Facebook, echar un vistazo y enterarte de las “buenas nuevas” de tus familiares y conocidos.
No es que uno sea criticón, pero hay cada foto que de plano no deben subirse, es más ni siquiera debió haber sido tomada. Hay gente que sube una foto sintiéndose lo máximo y en realidad la foto está muy pinche o muy equis, o simplemente la foto no es favorecedora para el orgulloso feisbukero (a).
Por ejemplo cuando vemos las fotos de nuestros conocidos y decimos “o sea, no mames, esta persona ni siquiera es así” claramente podemos ver su imagen ya súper fotoshopeada porque le agregó 40 kilos de contraste y 300 mega pixeles de 56.789999 kilowatts.
O como las chavitas de 15 o menos que suben sus fotos enseñando el corpiño y agachándose poquito para que se les vea algo de su nulo desarrollo de bubis.
O como la noticia de la chica que subió 12 millones de fotos de sus vacaciones a Facebook y tuvo sólo tres miserables, ruines y desgraciados “me gusta”.
En fin una serie de imágenes que me he encontrado en Facebook, algunas no tienen perdón de Dios, ni de nadie. Es la prueba de muchas personas que seguramente no recibieron amor de sus padres y lo buscan en las redes sociales. Esto es realmente alarmante, ya que se supone que Facebook censura imágenes subidas de tono, ofensivas y que alteren la tranquilidad de los cibernautas, y sí, pero también hay unas que ¿por qué no? también nos pitorreamos y hasta las compartimos para que los demás se rechiflen.