La detención de Javier Duarte de Ochoa es únicamente triunfo de miles de mexicanos que mediante una coacción ya les solapamos muy poco, ni Peña Nieto, ni AMLO, ni Yunes, así como ninguna de las organizaciones y personajes que se apropiaron de la “Sociedad Civil”, no, la detención del ex gobernador de Veracruz es gracias a la presión social que ha logrado un avance democrático del país y  ha permitido de una u otra forma modificar el andamiaje institucional.  

La corrupción de siempre y de todos 

 Los casos como el de Duarte y otros muchos más no son expresiones exclusivas de la presente administración, tristemente los escándalos de corrupción suceden desde tiempos inmemoriales y parecían ser parte de la "normalidad democrática", la impunidad era parte imprescindible del sistema político mexicano. El viejo partido de Estado, las propias instituciones y el régimen estaban orientados siempre a un uso faccioso y discrecional de la justicia.  

 Cuando se detenía y se encarcelaba a un funcionario público o un gobernador era solamente para fortalecer la imagen pública del presidente en turno o por venganza política y se tenía el cuidado de que no se hiciera en épocas electorales que pudieran lastimar el interés de la elección. 

 Años de intentos 

 Sin embargo, esta práctica ya era insostenible, y como parte de la dinámica de transición democrática que experimenta el país desde los planteamientos de Luis Donaldo Colosio y de las reformas emprendidas por Ernesto Zedillo, la apertura y la posibilidad de una mayor participación social, han obligado a que cada día se sepan más las acciones criminales de los gobernantes y una exigencia de que se cambie y se castigue.  

En el 2012, las reformas propuestas por el entonces presidente electo Enrique Peña Nieto fueron el reconocimiento de esta demanda social a la que se tenía que hacer frente, inclusive, a pesar de la oposición de su partido y de sus propias complicidades. 

 La lucha actual contra la corrupción  

 Siendo presidente electo, Peña Nieto anunció la desaparición de la Secretaría de la Función Pública y envió una iniciativa para crear un órgano anticorrupción autónomo. A pesar de que fue la primera iniciativa de Reforma que lanzó el presidente, el proyecto de reforma se encuentra aún en la Cámara de senadores; en un principio fue rechazada tanto por el PAN como por el PRD y una buena parte del PRI, quien en su momento el Coordinador de los diputados tricolores, Manlio Fabio Beltrones acordó con el PAN de Ricardo Anaya, no desaparecer la dicha secretaria porque no había condiciones por el proceso electoral que se tenía enfrente. Así, la propuesta para crear la Comisión Nacional Anticorrupción está paralizado por la disputa de quién y cómo se nombra al titular.   

A pesar de ello, otras instituciones sufrieron importantes reformas, tanto en la procuración de justicia, como en la parte fiscal y hasta en el Código Penal, lo que de alguna manera ha venido dando mayores elementos para evitar fuga de los indiciados y que estos sean sometidos a proceso y recluidos en los penales. Ya no se le puede ocultar a la sociedad tanta bajeza, tanta corrupción y ahora vemos que las instituciones ya no sirven de tapadera, porque ya existe un mayor compromiso con la sociedad.  

 La batalla fiscal desde el SAT 

 Como bien lo comentó uno de los principales funcionarios que atendieron con espléndida pulcritud la demanda social y le dieron a las instituciones ese carácter que hoy permite la detención de Javier Duarte de Ochoa, el ex responsable del SAT, Aristóteles Núñez quien atinadamente comenta en las páginas de SDPNoticias que México ha cambiado y ya no tenemos un gobierno paternalista que delegamos como sociedad todo al gobernante y este se erige como un dios al que le debemos todo y me permito reproducir la cita que mencionó en su interesante artículo para describir esta situación atribuible a Manuel Espinosa Yglesias: “Cada uno de nuestros gobernantes sigue creyendo que salvar al país depende sólo de su voluntad y de que todo mundo lo obedezca''.  

 Entre los cambios que se generaron a la Ley, hay que decirlo, hoy existe un procedimiento para regresar el dinero robado por estos sátrapas a las arcas y con ello, evitar el manejo discrecional de los recursos públicos que normalmente se usan en los procesos electorales, situación que pone los pelos de punta a todos los partidos políticos, sin excepción.   

 La sociedad demandó, las instituciones acataron 

 Como bien se ha comentado en diversos espacios periodísticos, la detención de Duarte fue por el cruce de información entre la Secretaría de Hacienda, el SAT, la Auditoría Superior de la Federación y la PGR que permitieron, primero, dar a conocer, no como rumor, sino como investigación de hechos delictuosos las anomalías cometidas por el entonces gobernador de Veracruz y después fincar responsabilidad que llevaron su detención.  

 Van varios y seguirán otros 

 Los procesados y encarcelados: la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo; el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, el ex Gobernador de Michoacán, Jesús Reyna, el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, el ex gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso, el ex gobernador interino de Veracruz, Flavio Ríos; el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrignton; el fiscal de Nayarit, Édgar Veytia; y ahora, el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.  

 Los que se encuentran en proceso, pero que aún no se determina su detención: El ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge; el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte; el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval. 

 Los que sienten pasos en la azotea y prefieren vivir fuera del país: el ex jefe de Gobierno de la CDMX, Marcelo Ebrard, quien se fue a refugiar a París y luego a Estados Unidos en tanto no se aclaran una serie de irregularidades durante su administración como el de la Línea Dorada; el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera quien prometió regresar a México para enfrentar al gobernador Yunes, quien lo acusó de presuntos desvíos de recursos en el  sector salud cuando fue gobernador  y que motivó su cese como Cónsul en Barcelona.  

 Daños colaterales de la detención de Duarte 

1.   Tiene que ver con el destino de los recursos robados. De todos los detenidos y en proceso, los recursos quedan fiscalizados y se evita con ello que sean utilizados en los procesos electorales. 

2.   Afecta al clan Salinas. De acuerdo con publicaciones de Proceso, del 15 de agosto de 2012, se documenta la vinculación de Raúl Salinas con los entonces gobernadores de Veracruz, Javier Duarte y de Quintana Roo, Roberto Borge, ahí se dice que “tiene como asesor político y de relaciones públicas con la clase empresarial a Raúl Salinas de Gortari”. En ese mismo número se da cuenta de la amistad que existe entre el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, los citados de Quintana Roo y Veracruz con Raúl Salinas de Gortari, citando diversas reuniones que tenían, como la que llevaron a cabo en la presentación de un libro en Tlacotalpan.  

3.   Quedará al descubierto la red de complicidades de empresarios como Carlos Peralta, quien prestó 50 millones de dólares a Raúl Salinas que invirtió en un fondo en Suiza con un pasaporte falso que le entregó Fidel Herrera y otros muchos más que han ayudado a la escapatoria de Duarte.  

4.    Alianzas políticas que se dieron para evitar que llegaran gobernadores incomodos para el clan Salinas, como el de Quintana Roo, donde prácticamente le cerraron el paso a Carlos Joaquín, quien al final gano en una alianza con el PRD y el PAN y en Veracruz evitar que llegara un candidato del PRI afín al presidente Peña, imponiendo a Héctor Yunes quien, por cierto, ha descalificado en toda la detención del ex Gobernador Duarte.  

En este daño, quedará a la vista si AMLO realmente pactó o no con Duarte, más allá de una victimización del tabasqueño, afloraran esas grabaciones de Monreal con José Murat.  

5.   El tema de corrupción en Pemex con el caso Oderbrecht que involucra a personajes como Emilio Lozoya, Jordy Herrera y diversos funcionarios de la paraestatal.  

La historia continuará. La sociedad desde sus trincheras ya no permite más, que nadie diga que es electoral o que son chivos expiatorios, ahí vamos y nadie le quitará a los mexicanos estos avances.