Y las dudas al fin quedaron disipadas; atrás quedan ya las infundadas opiniones de:

1.- El asesino serial que ha matado a 4 en la misma sala, posicionándose al inicio de cada película para atacar a los inocentes

2.- La supuesta responsabilidad de Cinepolis por permitir entrar a sus salas gente armada.

3.- La supuesta irresponsabilidad del personal de Cinepolis por no atender al niño Hendrik

4.- Las infundadas suposiciones de Jairo y Ricardo Alemán respecto de Alejandro Ramírez.

5.- La mentira dicha ayer por la misma autoridad de la PGJDF quien afirmaba que el disparo se había realizado a un metro de distancia con un calibre 9 milímetros y que la bala en un cráneo de un niño de 10 años, se quedó alojada sin orificio de salida.

 Una desgracia familiar, desafortunadamente magnificada por la mayoría de las redes sociales, los medios de comunicación le dieron amplia cobertura el casi todo el día de ayer, y que muchos periodistas sin verificar primeramente la información, comenzaron a dar por válida todos las historias inventadas alrededor del suceso, incluso hasta Carmen Aristegui en su cuenta de Twister daba conocimiento de que ya se habían asesinado a 4 personas más en ese mismo cine, tomando como válido solo un dicho.

 Si bien es cierto el manifestar suposiciones a falta de información por parte de la autoridad es permitido; éticamente no es válido que los medios de comunicación y los periodistas magnifiquen un hecho basado en suposiciones, mismo que, puede conducir a crear una paranoia, o incluso hasta un linchamiento público como el que suelen darse en este tipo de situaciones. Tanto varios medios, columnistas, noticiarios y los mismos navegantes de las redes, llegaron a conclusiones falsas y sin ningún sustento tales como:

a)      Cinepolis es responsable por haber permitido que alguien hiriera de bala a alguien en una de sus salas. Mentira, cuando alguien acredite que en las salas de cine existen detectores de metales, luego entonces, que intente hacer válido dicho supuesto.

b)      Cinepolis es responsable por no haber suspendido la función, cerrar salas para detener al asesino. Mentira, los empleados de Cinepolis no son paramédicos para determinar que si alguien sangra por una herida, esta fue provocada por una bala; incluso en declaraciones se refiere que alguien de los asistentes en la sala prestó auxilio al papa de Hendrik porque era paramédico y ni él detectó que se trataba de una herida provocada por una bala. El personal solicitó la presencia de una ambulancia, la cual, al no llegar, optaron por personalmente llevar al menor a un hospital; algo que cualquiera haría al no tener respuesta de la ambulancia llamada.

c)      Cinepolis es responsable y debe de indemnizar a la familia. Mentira, ningún comercio es responsable de las desgracias que sean causadas en sus establecimientos, al menos que esta tenga que ver por las condiciones del lugar, negligencia del personal o causadas por la estructura o elementos del negocio; así lo establece la ley correspondiente en el capítulo correspondiente a la responsabilidad en todas sus vertientes (subsidiaria, solidaria, etc.). Pero, en este caso ya Cinepolis emitió un comunicado que sí se hará cargo.

d)     Que la irresponsabilidad de Cinepolis deviene porque en la historia de la familia ya hubo un asesinato motivado por una herencia. Mentira, Ricardo Alemán ha de habrá tomado un par de copas más cuando en su columna aseveró esto, ya que su historia nada tiene que ver con la tragedia ocurrida hace varios días con el niño Hendrik.

 El desconocimiento de hechos, desafortunadamente de pie para la invención de historias completamente fuera de la realidad por parte de los lectores; pero, por parte de los medios? Cuando noticias como estas son casi el pan de cada día y tienen amplio criterio para determinar situaciones? No se necesita ser experto en criminalística para determinar que:

 Resulta imposible realizar un disparo en una sala de cine sin que nadie se de cuenta, aun así estuvieran viendo la película de Transformers en plena batalla de autobots contra decepticons;

Resulta imposible que alguien pueda disparar con silenciador en la pistola, de frente a alguien en un cine a una persona cuando se encuentra rodeado de gente a los costados y por atrás; el silenciador duplica el tamaño del arma, haciendo casi imposible pasar por desapercibido o confundirlo con una caja de palomitas o un popote de refresco.

Es imposible que una bala calibre 9 milímetros penetre el cráneo frágil de un niño de 10 años sin que tenga orificio de salida.

Resulta irresponsable culpar al personal de una sala de cine, que solo se dedican a limpiar, recoger boletos, vender golosinas y boletos, a que sean unos expertos paramédicos listos para atender cualquier incidencia médica y reconocer si ven una herida que fue lo que la provocó; hasta balística quieren que sepan.

Resulta inadmisible que califiquen de “jalada” la hipótesis de la bala perdida; la cual, es la más viable puesto el calibre de la bala combinado a que no hubo orificio de salida; se necesita ser realmente ignorante para desconocer los efectos de una herida de bala provocada por un calibre 9 milímetros.

Resulta inadmisible intentar desacreditar la determinación a la que llegó la autoridad, cuando quien lo hace, ni es médico forense, ni ha visto la herida en la cabeza del menor, ni es perito certificado.

El que un medio de comunicación, un periodista, den información basada en supuestos, en dichos, sin haberlos confirmado, es una reverenda irresponsabilidad; no es válido argumentar, que, en aras de la libertad de expresión, se dan a conocer los hechos que hasta el momento se tienen, a efecto de que sea el público el que forme sus propias opiniones, (como cierta periodista ya tomó ese lema como caballo de batalla) para luego decir, “pues fíjense que siempre no, los hechos no fueron así, son así”; y mientras, todos los lectores, radioescuchas, etc., se formaron, imaginaron, crearon situaciones inexistentes, que lo lógico será entonces, que cuando le cambian la historia, aseguren entonces que se miente, se oculta o tergirversan la información.

En esta desafortunada y trágica historia que costó la vida de un inocente menor de edad, la única explicación lógica y real que existe para que, de manera forense, se pueda explicar como una bala de calibre 9 milímetros se incrustó en el cráneo de un menor de 10 años sin orificio de salida, es, que el disparo, fue realizado a distancia, teniendo elementos que disminuyeran la velocidad del proyectil, tal y como lo es un techo de plafón como el que tiene el cine y no la cantidad de infundios difundidos ayer. 

@ejlodena

Einer M Juarez