Llevo muchos años leyendo columnas de diversos medios, algunas excelentes, otras malísimas al grado que no deberían catalogarse como columnas. Yo escribo artículos de investigación original, que, aún cuando difieren completamente en estructura, extensión y redacción de las columnas periodísticas, me ha servido para tener alguna experiencia en esta hermosa y loable actividad que es la divulgación del conocimiento, la información y la crítica constructiva. Lo anterior, claro, no me exime que pueda tener errores en mis escritos. Aquí lo único que pretendo es estimular la escritura de más personas y dar algunas recomendaciones (tips) para escribir de una manera más adecuada y transmitir de manera clara lo que uno quiera decir.
1) Lo primero, tener claro el tema que queremos tratar y cómo lo manejaremos. Aún cuando ya tengamos cierta experiencia, preparar una columna requiere de atención y tiempo. No se trata de escribir por escribir, los mejores columnistas no son necesariamente los más prolíficos, sino los que tratan los temas de manera profunda, se expresan claramente y fundamentan sus opiniones y/o críticas.
2) Con base en los contenidos de nuestra columna, debemos elegir el medio más adecuado para someter nuestra columna. Leamos primero algunas columnas de distintos medios, veamos qué temas tratan, quizá ciertas formas, quizá cierta estructura, quizá si son medios que aceptan la crítica sin cortapisas, o bien si son medios únicamente de difusión de la información, o si mantienen algunas restricciones en la libertad de expresión ¡Todos los medios son loables, pero depende de nosotros elegir el más adecuado para transmitir nuestra información e ideas!
3) Documentemos lo mejor posible el tema sobre el que escribimos. En algunos casos, nuestra opinión no es lo más importante, en ocasiones lo es más la difusión de información fidedigna y entendible; nuestra opinión será una más, pero tengamos presente que una opinión más fundamentada es mejor que una sin fundamentos.
4) Demos una estructura adecuada a nuestra columna, con la debida sintaxis y presentación para hacer una lectura fluida y agradable. Ordenemos nuestras ideas, de lo general a lo particular. He leído varias columnas muy buenas, sin embargo, por falta de dividirla en párrafos, por ejemplo, su lectura se vuelve tediosa. Los signos de puntuación, el dividir una idea de otra distinta, la concatenación de ideas relacionadas, y no en último lugar la ortografía, son puntos que no debemos descuidar, eso hará que se tenga una buena opinión de nosotros, pero también que se nos lea más…nuestra columna podría ser ejemplo para otros.
5) Manejemos una redacción fluida, evitando rebuscamientos, con palabras fáciles de entender, pero utilizando la enorme diversidad de nuestro lenguaje. Pensemos en nuestros lectores, hacia dónde van dirigidas nuestras ideas, no compliquemos la lectura de nuestra columna; la sencillez y la manera directa de decir las cosas hará que nuestros lectores se interesen más en lo que escribimos, y se les hará más fácil de formarse una opinión por ellos mismos, o bien compartir la nuestra.
6) No todas las columnas se necesitan referenciar, i. e. (es decir), incluir citas bibliográfica, añadir vínculos (links) a otras páginas y/o columnas, o mencionar de dónde proviene la información a la que nos referimos; pero es necesario incluir referencias cuando nosotros escribimos sobre otras opiniones; en este caso hay que ser muy claros en diferenciar nuestra opinión de la que opinan otros, sobre todo cuando tratamos asuntos polémicos y “espinosos”.
7) Evitar siempre palabras soeces, quizá en los comentarios que escribimos debajo de las columnas nos expresamos algunas veces de manera visceral (yo le he hecho), pero una cosa son los comentarios y otra son las columnas. Nosotros podemos escribir cosas “duras” sin decir grosería alguna. Los escritos más punzantes y que han tenido mayor influencia han sido de los escritores que han sabido utilizar en tiempo y forma las palabras en cada oración. Tengamos en cuenta el valor del sarcasmo y la crítica aguda, que sustituyen y rebasan a la palabrería vulgar.
8) No nos autocensuremos, no tengamos miedo a decir lo que pensamos, e. g. (por ejemplo), a las cosas y personas hay que llamarlas por su nombre; pero tampoco caigamos en el libertinaje, i. e. creer que podemos decir “lo que se nos pegue la gana”. El escribir conlleva una responsabilidad, pensemos que quizá lo que escribimos puede influenciar a otros, tanto de manera positiva como negativa. Nuestra columna puede sacar de dudas a otros, puede crear más confusión, o bien generar atención y reflexión.
9) No enviemos nuestra columna a los editores sin antes leerla y vuelto a leer, con cada re-lectura autocrítica nuestro escrito mejorará y nos sentiremos más satisfechos.
10) Sepamos reconocer nuestros errores, quizá lo que escribimos en un momento dado lo pongamos en duda en un futuro, leer los comentarios de quienes tienen la consideración de leernos nos puede ayudar a escribir mejor. Así como tendremos aplausos tendremos críticas, ambos nos ayudarán en ser mejores columnistas, siempre y cuando se trate de críticas constructivas.
11) Respetemos y atendamos las opiniones y sugerencias del editor en jefe como las de los editores asociados, ellos llevan más tiempo de estar “en este ajo”. No pensemos que si nos rechazan nuestra columna es por acallarnos, es posible que nosotros hayamos cometido errores graves en la estructuración y redacción de nuestra columna.
12) Si es nuestro caso de querer “hacer carrera” o al menos dedicar parte de nuestro tiempo a escribir columnas, desarrollemos un estilo propio, un estilo personal. No tengamos miedo a “violar” ciertas reglas en la escritura y redacción, a condición de que sepamos transmitir de manera clara lo que sabemos y pensamos. Nuestro estilo será único, nadie podrá escribir como nosotros, nuestras líneas serán sólo de nosotros, reflejarán parte de nuestro carácter, personalidad, formación y visión.
Agradezco su lectura, y si es el caso, también sus críticas constructivas que eso es lo que nos hace ser mejores.