Todo comenzó el 22 de Abril del 2010 cuando se hundió la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México por una explosión inexplicable desde un punto de vista de seguridad protocolaria, haciendo que empresarios estadounidenses perdieran una gran cantidad de dinero, además de haber sido el desastre ecológico petrolero más grave de la Historia.
Pareciera que su consigna, después de ese desastre inimaginable, fue que también quebrara la industria petroquímica en México, incluyendo obviamente a Pemex, como una manera de compensación, incluso psicológica, por el gran fracaso que representó la desaparición de Deepwater Horizon; primero, apocalípticamente, quisieron quitarle el México, al Golfo de México, una propuesta históricamente fuera de todo contexto racional, después, comenzaron los problemas en Pemex.
En un inicio, explotó, de una manera muy controversial, el complejo B2 del edificio enigmático de Pemex de la colonia Anzures en la Ciudad de México, el 31 de Enero del 2013; después, comenzaron a no prosperar empresas relacionadas con la industria petroquímica, como si fueran plantitas que no quisieron regar, incluyendo a Oceanografía, Etileno XXI, y AgroNitrogenados, y lo peor de todo, es que le pidieron agua para regarlas a Odebrecht de Brasil, mientras que su Presidente, Lula Da Silva, se curaba milagrosamente de cáncer, en lugar de pedírsela a Estados Unidos, como debió haber sucedido.
También, muy controversialmente, en esa época, se enriqueció el Estado petrolero de Veracruz de una manera muy sorprendente, como si alguien hubiera querido comprarlo.
Y ahora, finalmente, se une a ésta, al parecer, interminable lista de empresas que están queriendo que no prosperen, como plantitas que no riegan, repito, Oro Negro, que en su mismo nombre lleva el sello de la envidia que genera que México todavía podría ser potencia económica mundial con su petróleo (leer artículo sobre huachicoleo en SDP Noticias: Enero18, 2019), haciendo que su director, Gonzalo Gil White, pareciera el prófugo de la Justicia más buscado del Mundo, según el último número de la revista Proceso, aunque desde un punto de vista de análisis jurídico lo único que haya hecho Gonzalo era conseguir agua para regar su plantita, y que Oro Negro no se marchitara, como estaba pasando con Oceanografía, AgroNitrogenados y Etileno XXI, como sería el sueño imperialista de los que perdieron su fortuna al perforar el Golfo de México hace más de 20 años, y el que no va a cambiar su nombre, y menos, por Golfo de América.
También esperamos, la Justicia y muchos de nosotros, que el problema que tenga que resolver Gonzalo Gil White no tenga nada que ver con ninguna circunstancia en la que hayan involucrado a su padre, Francisco Gil Díaz, cuando fue Secretario de Hacienda, ya que nunca jamás la culpa de los padres puede recaer en los hijos, y eso si es una ley.
Nota agregada: Para reflexionar más sobre el petróleo mexicano, Pemex, y la posibilidad de ser potencia mundial al respecto, recomiendo la columna que escribí intitulada: ¿Qué fue de la Tercera transformación?” publicada en ésta página de SDP Noticias, el 3 de Abril del 2020.