Son gente normal, sin enfermedades, su único defecto es tener el pie grande. Si eres una mujer patona comprenderás lo siguiente:

1. No puedes pedir zapatos prestados a tus amigas, ni compartirlos con tus hermanas, ya que ellas son del 3 o 4.

 

2. No es fácil encontrar zapatos. Odias ciertas marcas, ya que sus modelos sólo llegan al número 5.  (las patonas también tienen derechos).

3. Cuando te preguntan ¿de cuál calzas? –“pues del 6 y medio, casi 7”–

(Los que escuchan te observan como si fueras una mutante).

4. Tolerar preguntas como: ¿Y por ser patona, llegas rápido a todos lados?

5. Las mujeres patonas son tan dichosas, todos los zapatos en oferta les quedan.

6. A veces son más patonas o calzan igual que sus parejas.

7. “Tienes pies de hobbit”, “Ahí viene la Pie Grande”, “Te pareces a las hermanastras de Cenicienta”, “estás deforme”, “qué onda mi patotas”.  Son las frases que sueles escuchar.

8. Las mujeres patonas son mucho más sexys,

9. No tienes pies de pigmeo.

10. Bailas y pisas a todo el mundo.

¿Qué vas a hacer? ¿amputártelos? No hay nada de malo tener el pie grande, con que los tengas bien cuidados, sin hongos, cayos juanetes ni ojos de pescado, no hay bronca. Nunca te avergüences de tener pies enormes.

A todas las mujeres patonas del mundo, les comparto: ¡No estamos solas!