Acudir al médico en forma oportuna, mejora la estadística de sanar sin complicaciones. Los extremos de la vida y la coexistencia de enfermedades como diabetes, asma, hipertensión, obesidad, un sistema de defensas comprometido por tratamientos para cáncer, artritis, lupus; incrementan los riesgos de complicación y muerte.

El salvar una vida, no es sólo responsabilidad del médico. Todos somos responsables de nuestra salud y de la salud de nuestra familia. Convivimos todos los días, sabemos identificar cuándo algo está mal en nosotros mismos, o en un miembro del núcleo familiar. Síntomas sutiles como, fiebre, diarrea, estornudos, tos, dolor de cabeza, dolor abdominal, no deben ser menospreciados. Pueden ser el inicio de enfermedades complejas. La persistencia, frecuencia, intensidad y síntomas agregados, deben alertar.

Acudir al médico en tiempos de la pandemia de Covid-19 puede generar preocupación. Considerar un riesgo de contagio, el recibir atención médica, es un concepto que ha documentado retraso y complicaciones en el mismo escenario del coronavirus y otras enfermedades.

El postergar la evaluación médica, si es un gran riesgo. Actualmente sabemos que un gran número de pacientes complicados, hospitalizados por neumonía o en unidades de terapia intensiva; presentaban síntomas respiratorios leves, que fueron progresando, y no recibieron ninguna evaluación por profesionales de la salud, hasta llegar en estado crítico al hospital.

Situaciones similares, para ejemplificar, han sido dolores abdominales, que evolucionaron a apendicitis o peritonitis. Dolor en el pecho en inicio, fueron infartos cardiacos. Dolores de cabeza, fueron hemorragias cerebrales.

El sistema de salud público y privado cuenta con hospitales COVID y NO COVID. En el proceso de evaluación médica, desde el primer contacto, se determinará y enviará al centro hospitalario correspondiente. La evaluación oportuna, dará información objetiva de la situación del enfermo. En caso de requerir algún tratamiento que amerite hospitalización, en forma oportuna el paciente va a referirse al hospital adecuado que esté en la capacidad de recibirlo, y atenderlo.

El compromiso conjunto, tanto del individuo, como de la Institución de salud, minimiza el riesgo de complicaciones, favoreciendo un mejor escenario para que la persona se recupere. El acudir al médico para evaluación, y la referencia oportuna, salvan vidas. Esa vida puede ser la nuestra o la de un ser querido.

Nuestra mente está enfocada en la pandemia, pero no debemos distraernos. Debemos continuar con los lineamientos de la prevención en la salud. No retrasar el esquema de vacunación, continuar con el control del niño sano, control de evolución del embarazo, no interrumpir las sesiones de quimioterapia, no espaciar las sesiones de diálisis, no suspender los tratamientos de hipertensión arterial, etc. No debemos de correr riesgos innecesarios.

Acudir al médico, proporciona información objetiva de la enfermedad. El personal de salud nos dará el tratamiento correspondiente, nos indicará las medidas de prevención y los datos de alarma. De ser necesario nos solicitará acudir a una consulta de seguimiento para verificar la buena evolución de nuestro estado de salud. Debemos continuar con las medidas de prevención de lavado de manos, uso de cubrebocas, distanciamiento social. Al visitar al médico, debemos implementar, y seguir todas las medidas recomendadas para el traslado, estancia en el consultorio, puntualidad, solo un acompañante de ser necesario, etc. Hará una consulta dinámica, segura y eficaz. Ir al médico, no significa contagiarse de Covid-19.

En base a lo anterior, me permito hacer énfasis y captar su atención.

En niños con infección por Covid-19, los síntomas son inespecíficos. Independientemente de presentar o no los síntomas respiratorios. La enfermedad puede limitarse o controlarse con medicamentos sintomáticos o antibiótico, según lo indicado por el médico de primer contacto.

Sin embargo, se ha reportado una serie de complicaciones en la población pediátrica y adolescentes, posterior a la infección por Covid-19. Aparecen 1 una a 4 semanas posterior a la infección por Covid-19, y el mayor número de casos coincide con la parte alta de la curva epidemiológica de la pandemia.

La mayoría de los niños presentan vómito, diarrea, dolor abdominal, exantema en pies y manos. Fiebre por tres o más días consecutivos, están adormilados, confundidos, con dolor de cabeza. Estos datos deben de alertar a los familiares del menor y al personal médico. El paciente está desarrollando “Síndrome Inflamatorio Multisistémico” y puede estar asociado o no a “Enfermedad de Kawasaki”.

El Síndrome Inflamatorio Multisistémico, se caracteriza por un estado crítico del niño, que le compromete la vida. Inflama el corazón, genera alteraciones en la coagulación.

En la Enfermedad de Kawasaki, el dato cardinal, es la inflamación de las arterias coronarias. Las arterias que llevan la sangre al corazón. Al inflamarse, pueden provocar un infarto en un niño.

El acudir al médico pediatra, como primer contacto, permitirá identificar los datos sugestivos del Síndrome Inflamatorio Multisistémico, desencadenado por infección por Covid-19. Hospitalizará al paciente y hará la referencia a un centro pediátrico especializado, con la infraestructura para su atención en terapia intensiva.

La referencia oportuna salvará la vida del niño.

(El autor es reumatólogo Pediatra)