Jalisco es uno de los Estados más importantes en cuanto a número de votos se refiere. La contienda electoral en aquella entidad se desarrolla de manera muy peculiar. A diferencia del resto del país, Movimiento Ciudadano es la primera fuerza política de la entidad con su candidato Enrique Alfaro. Le sigue Morena con el candidato Carlos Lomelí, el tercer lugar está el PRI con Miguel Castro y muy en el fondo están PRD, PAN, PANAL y PVEM.
Cabe señalar que aquí no existe la alianza del Frente que a nivel nacional llevan PAN, PRD y MC. El candidato mcista Enrique Alfaro, sabe que le puede restar tener los colores de Anaya y del sol azteca en su campaña. Pero, aun así, PAN y PRD tienen candidatos comodines para el candidato Alfaro. En Jalisco uno de los poderes políticos más influyentes son Raúl Padilla y su grupo de la Universidad de Guadalajara. Grupo UdeG tiene gran influencia en partidos como el PRD y el PRI de Jalisco.
Enrique Alfaro ha construido su candidatura haciendo acuerdos con grupo UdeG, PAN ―gente cercana al ex gobernador Emilio González― e incluso el PRI jalisciense. Hoy el candidato mcista llega arropado con los grupos políticos que atacaba y cuestionaba cuando era alcalde de Tlajomulco. Antes arremetía en contra del PAN, hoy los abraza y se cobija del candidato presidencial Ricardo Anaya. Realmente el único contrincante ―quiero pensar que es así― de MC es Morena y su candidato Carlos Lomelí.
El pasado domingo se llevó a cabo el debate político con los candidatos a gobernador en Jalisco. Pues sí, hubo simulaciones, ataques y propuestas de todo tipo. Fue un debate muy parecido al del Edomex el año pasado. Cabe señalar que Alfaro no es tan malo como Del Mazo, tampoco hay un candidato independiente a la gubernatura en Jalisco. Pero los roles son similares, muchos “partiditos” para fragmentar el voto. Todos contra Morena y rasguñitos al “jefe” Alfaro.
En el debate mexiquense tanto PAN y PRD por separado ayudaron a la victoria de Alfredo del Mazo. En el caso de Jalisco, el PRI y la chiquillada ayudarán a Alfaro a posicionarse. Todos simularon atacarse entre sí. Lástima del candidato “patito” que es Lomelí, parecería que también simula competir con MC.
Volviendo al debate jalisciense, tocaron temas ambientales, de corrupción, de movilidad, inseguridad, etc. Lo mismo de siempre ―y que solo se les ocurre en campañas―, lo mismo que vemos en campañas de otros Estados y a nivel nacional. Nada nuevo. Lo más relevante fueron los supuestos contratos y escándalos que tiene el candidato de Morena y los aparentes resultados que ha generado Alfaro en sus gestiones como alcalde.
En resumen, podemos decir que el debate de Jalisco fue un teatro más. Candidatos a modo, serviles y apapachadores con el candidato mcista. No habrá competencia. La elección en Jalisco caminará fácil para Enrique Alfaro, junto con el aparto político de casi todos los partidos políticos que lo cobijan. La posible competencia estará en algunos municipios y los puestos a Diputados y el Senado, es decir, abajo.
Este debate no aportará nada al electorado de Jalisco. Difícilmente cambiará las preferencias de dicha Entidad. El candidato Carlos Lomelí es igual de malo que el resto. Solo aprovechará el fenómeno de López Obrador para posicionarse ―y seguir con sus negocios―, aunque sabe que no ganará. Lomelí carga con escándalos de contratos, nexos con el narco, etc. El PRI sigue cargando con la loza de sus escándalos a nivel nacional. El candidato priista Miguel Castro no tiene peso político, mismo caso el resto de candidatos, que son diminutos y una caricatura política.
En fin. El tener tantos partidos de relleno permitirá fragmentar el voto en caso de cualquier emergencia y hacerle fácil la contienda al candidato de MC. De ser una competencia democrática, la elección a gobernador en Jalisco pasará a ser una simulación predecible. Lo único que puede mover un poco la brújula serán los fenómenos electorales a nivel nacional. Veremos qué sucede.
Twitter: @Hugo_Canelo