El liberal Justin Trudeau encabezó el liderazgo que ganó los comicios del pasado domingo en Canadá. Trudeau goza de la confianza de los ciudadanos para cambiar la política de los últimos años y sobre todo de un carisma exacerbado que heredó de su padre, apenas un día después de la elección se le vio agradeciendo a los votantes su preferencia en una estación del metro de Montreal. La disputa por la nación históricamente se ha dado entre el partido liberal y el conservador por lo que vale la pena conocer un poco de lo que le espera a este país y al mundo con la llegada de los liberales al poder.

Canadá es una Monarquía parlamentaria y a pesar de que las funciones de Jefe de Gobierno recaen en el Primer Ministro, dado su sistema parlamentario, el método de elección es a partir de quien ocupa la cartera de líder del partido ganador en las elecciones generales. En términos generales, en Canadá existen, dentro de la contienda política, dos partidos fuertes y uno minoritario que en muchas ocasiones se convierte en fiel de la balanza cuando se presentan gobiernos con un débil apoyo de la Cámara.

En términos de agenda política para el partido conservador es importante impulsar un Estado fuerte que sea capaz de restringir algunas libertades colectivas en los casos en los que el bienestar social lo requiera, sin embargo, esta visión del conservadurismo canadiense ha sido modificada a partir de la aparición en escena de la nueva derecha dentro de este partido, que en los últimos años, a través de la figura del Primer Ministro Stephen Harper, se ha pronunciado por la disminución del tamaño del Estado y sobre todo por la desaparición de las políticas de bienestar social, una especie de neoliberalismo moderado.

Hay que señalar, para sorpresa de muchos, que Canadá es un país con un Estado social exitoso que se ha resistido en varios sentidos a la seducción neoliberal, lo que le ha permitido a su población contar con niveles de bienestar altos. Incluso, es posible afirmar que desde hace muchos años ha sido el partido liberal, paradójicamente, el que mayormente ha promovido las políticas sociales como el seguro universal de salud, de desempleo y de compensación económica con la inconformidad del partido conservador, que en este sentido ha sido distante de las tradicionales políticas británicas. A decir de algunos especialistas, es posible ver que en el caso canadiense en muchas ocasiones el partido liberal ha actuado más como un partido conservador, y a la inversa, el partido conservador ha sido un poco más liberal.

Un suceso que hay que tener presente para comprender los cambios en los últimos años del partido conservador es que en 1993 sufrió una de las mayores derrotas de la historia, una de las explicaciones es el haber puesto en marcha reformas como el impuesto GST y su estrecha relación con Estados Unidos. En 1998, Jean Charest como líder conservador, impulsó un cambio en la ideología del partido, postulando una nueva derecha en la cual se contempló la paulatina disminución del aparato estatal y la desaparición de impuestos para dejar al mercado la rectoría en la producción y distribución de bienes y servicios.

Así, en 2003, apareció en escena el actual partido conservador liderado por Harper. Este hecho es quizá la pieza clave para entender el cambio político en Canadá, con la llegada de la nueva derecha al partido conservador se imprime una nueva ideología de un bloque por mucho conservador, pero que en el sentido económico, y en especial durante el gobierno encabezado por Harper, como el portavoz de las escuelas de economía neoclásica de los Estados Unidos y defensor de los grandes capitales mundiales, a través de los mecanismos que ofrece la economía de libre mercado. Situación que no tiene satisfechos a la mayoría de los canadienses. Del nuevo gobierno liberal hay que esperar una política menos radical y más abierta, con una mayor sensibilidad, protector del mercado interno y promotor de las políticas sociales, asimismo, es posible que entable una relación de mayor comunicación con México y el mundo, con un protagonismo más humanitario y solidario en el contexto internacional.

Justin Trudeau, representa la esperanza del regreso al Canadá de la Pierre Elliott Trudeau, su padre, quien fue electo entre 1968 y 1979 y de 1980 a 1984. Trudeau padre fue reconocido mundialmente por su política multicultural y por la apertura hacia el bilingüismo, gozó de una gran popularidad y aceptación como ningún otro gobernante. A él se le atribuye la promulgación de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades que establece las bases de una sociedad más igualitaria.

A Justin Trudeau le sobrevive el fantasma de su padre, será su sombra, pero le da la gran oportunidad de construir un liderazgo con un amplio respaldo de la sociedad, de detener los fracasos de los gobiernos de Harper en política social y de regresar a los canadienses una nueva confianza en su Primer Ministro.

@YizusRC

Jesús Rivero Casas

Consultor y Analista Político