Está claro que la masa social se mueve entre la expectativa y la realidad. También lo está, que la ciudadanía mantiene una postura caracterizada por seguir las noticias, dando preferencia a las locales sobre las nacionales, a las nacionales sobre las internacionales; que cada vez la gente se informa mucho menos por los medios masivos de comunicación tradicionales como la televisión, el radio y la prensa escrita; que el auge de las redes sociales ha generado cambios profundos en los hábitos de consumo y modificó sustancialmente la forma en que la gente se informa, se comunica, se relaciona socialmente, aprende y se entretiene.

Según mediciones de opinión pública actuales, 1 de cada 4 personas espontáneamente habla de política con su familia y amistades; 22 de cada 100 personas, manifiesta reclamos a las autoridades por diversas vías y canales de comunicación; aproximadamente 2 de cada 10 personas mayores de edad tratan de convencer a los demás acerca de sus ideas políticas, y solamente 14 de cada 100 ciudadanos apoyarán activamente a algún candidato en las campañas electorales previas a la elección del 1 de julio de este año.  Solamente 2 de cada 10 personas manifiestan que participaría en alguna manifestación pública.

Para la gente en proporción de 8 de cada 10, es importante que se hable de los candidatos en medios de comunicación y redes sociales, siendo estas últimas su principal fuente informativa.

Vivimos en un país en el que la gente prefiere votar por alguien que sepa resolver problemas, que sea honesto, que sea trabajador y que inspire confianza, que por una persona que tenga experiencia política, que sea conocido por la gente y que tenga buenos colaboradores en su equipo, aunque todos los anteriores atributos valen más a la hora de votar, que el talento, la inteligencia, la capacidad y el reconocimiento académico.

Como dice el refrán: "Aquí y en China, ganar continúa siendo un asunto de percepción". El "candidato" es lo que la gente dice que es y el esfuerzo de partidos y equipos de campaña es vencer la sentencia fatal de que "si soy bueno pero parezco malo, entonces soy malo”.

La gran tendencia social actual es que los líderes de opinión más influyentes, las personas más admiradas, a quien la gente quisiera parecerse, cada vez tiene menos que ver con políticos o gobernantes. Hoy, personalidades del espectáculo, del periodismo, de las artes, sobre todo de la música, del deporte y luchadores sociales, están ganando peso y relevancia y tienen credibilidad, lo que se refleja en atención, en interacción y en aceptación, a la inversa de lo que ocurre con el sector público.

El elector ha cambiado a la par de los hábitos de consumo del mexicano, fortalecido por mayor acceso a información amplia y prácticamente instantáneo acceso a noticias y mensajes. Los candidatos que deseen conquistar la victoria electoral, deberán esforzarse por permear a la opinión pública empleando modernos canales, innovadoras formas, mensajes claros, precisos, contundentes, agudos, a riesgo de caer en el sarcasmo, al límite de la descalificación y el uso de la propaganda negra

La narrativa, la prosa, el concepto creativo rector, los guiones de video de cada candidato, terminan por poseer estructuras semejantes. Invocando a Vladimir Propp, que fue un antropólogo y lingüista ruso dedicado al análisis de los componentes básicos de los cuentos populares rusos para identificar sus elementos narrativos mínimos e irreducibles, nos explica que en cualquier historia o trama podemos identificar algunos elementos esenciales, indispensables para entenderla. Aplicado a los materiales de propaganda política y a los mensajes de campaña, asumiríamos de esta forma los elementos para construir mensajes o para  realizar nuestro análisis de los mismos:

1. Señalar la AUSENCIA de algo. 2. Un HÉROE debe enfrentar un DESAFÍO para eliminar esa ausencia. 3. En su camino el héroe encontrará al menos UN AYUDANTE, UN ALIADO. 4. El héroe deberá superar varias PRUEBAS: una inicial que lo CALIFICA para recibir la ayuda y otras pruebas adicionales relacionadas con su objetivo.5.  Después de superadas las pruebas, el héroe obtiene su RECOMPENSA.  En estos 5 enunciados podemos encontrar la clave de los mensajes que lanzan los diversos candidatos y partidos políticos en campaña.

Por supuesto que otros lingüistas o científicos sociales pueden encontrar otros encuadres, como el del modelo y las teorías narrativas de Julien Greimas, donde se aplica al análisis de un relato, en donde un actante es una clase que agrupa una sola función de los diversos papeles de un mismo rol actancial: puede ser héroe, villano, ayudante u opositor; por su parte, Etienne Souriau establece tres “personajes” como él les llama: “la obra por hacer, aun virtual... la obra en el modo de presencia concreta en que se realiza; y por fin el hombre, que al cabo tiene la responsabilidad de llevar adelante mediante sus actos la misteriosa eclosión de la que se ha hecho responsable”. Todos ellos y  la mayoría de sus contemporáneos, llegan a un mismo tronco común: el análisis del discurso puede mostrar la raíz del convencimiento que viaja a través de canales persuasivos, tradicionales o innovadores.

La narrativa de campaña se ha vuelto un factor fundamental para elegir entre opciones similares, a quien deberá ocupar el mando de la esfera pública. La diferenciación entre contendientes se ha venido complicando tras la desaparición de los tonos ideológicos, el pragmatismo y superficialidad de los discursos, la supremacía del mensaje mercadológico, corto, atractivo, pegajoso y … hueco.

Uno de los déficit más graves de la política tiene su origen en la necesidad de engañar a la razón aprovechando que se le anticipa generalmente la emoción a la hora de tomar las decisiones sociales. Es preocupante ver los esfuerzos agresivos de los publicistas, mercadólogos y estrategas de campañas que prefieren conmover que convencer – claro que es mucho más fácil-. Cortinas de humo, sarcasmos, guerra sucia, distractores diversos y demás argucias, se enfocan en ganar la campaña y tomar por asalto el poder, esperanzados en que una vez obtenido, se trabaje en entender problemática, analizar opciones de respuesta, dar fondo y generar políticas públicas para procurar soluciones y correcciones.

La mentira y el engaño con que los candidatos comunican al electorado es burda y es vil. Se presentan ante nuestro nublado entendimiento usando técnicas narrativas con fórmulas efectivas. Ahora estamos expuestos a mensajes épicos, motivadores, esperanzadores, que apelan a nuestra generosidad, a nuestro desconocimiento, a nuestra aspiración de mejorar, a nuestro ideal de lograr el éxito viniendo de un camino de lucha, tras derrotar a dragones y villanos, para rescatar a la princesa y lograr un reino de paz en donde todos vivieron felices. Estamos ante la predominancia de la forma sobre el fondo, de la mentira envuelta en formas bellas y deseables, en la tentación de hacer daño en lugar de en la convicción de hacer el bien. Las narrativas de campaña son una intencional perversidad inteligente, pero la comunicación puede perder una elección si es contrarrestada por operación de tierra, contacto directo, logística electoral, movilización y otra serie de acciones que se podrán en movimiento a la par y transversalmente con la narrativa de cada candidato. Aún queda mucho por ver antes de definirse el ganador de esta elección.

 Por Carlos Anguiano 

@carlosanguianoz en Twitter