Fui de esos niños que creció sin saber qué significaba que Santa Claus, no me trajera lo que le había escrito en la carta navideña. Ese fue durante toda mi bendita, amorosa y divertida infancia el hecho más extraño y curioso de mi existencia.

¿Cómo era posible que Santa, siendo Santa con súper poderes para viajar por todas las casas y países del mundo, no era capaz de comprarme lo que le pedía en la carta? Sin duda alguien me estaba mintiendo, sin querer, claro, alguien me veía la carita cachetona y redondita de manera tan común que no tenia nada de malo en el funcionamiento familiar. Así hemos crecido en todos los hogares de México.

Entonces un día para otro solté ese misterio; aunque usted no lo crea crecí, me ocupe de otras cosas, fui a la secundaria, cursé una una carrera profesional, me enamoré de la maestra y me convertí en la clase trabajadora del país, bueno que le digo soy tan dichoso que me pagan por hacer lo que me gusta. El chiste es que desde niño nada me había generado tanta curiosidad como Santa Claus, que el comportamiento del Covid-19 en los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de Norteamérica.­

Utilicemos un poco la imaginación, y es que entre el territorio gringo y el mexicano, un pedazo de fierro –sin albur- es lo que separa a los representados por la poderosa águila devorando una serpiente sobre el nopal con la población del país de las barras y las estrellas; pero en Tamaulipas el primer estado norteño pegado al Golfo de México, que colinda con Texas, Estados Unidos, únicamente lo separa el río Bravo, y después no más de 200 metros mantiene alejados físicamente a tamaulipecos de texanos. Si bien es cierto que el Gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, es uno de los mejor evaluados a nivel nacional durante la contingencia del Covid-19 por su insistencia de proteger a los pobladores, no hay una explicación lógica como para entender que en Tamaulipas se han reportado 10 casos confirmados al 31 de marzo, mientras que en el ex territorio mexicano de la estrella solitaria, cuentan con 2 mil 877, casi 3 mil personas infectadas. Así con ese disparate de números, vivimos en todas las entidades del norte de México, lo peor es que desgraciadamente no todos los mandatarios alcanzan la calificación de Cabeza de Vaca ¡aunque usted no lo crea!

Está bien complicado, en tiempos modernos la gente quiere información, realidades, veracidad y los doctores menos información maquillada del colega Dr. Hugo López- Gattel Ramírez, pues en realidad en los hospitales del país no tienen nada, todo lo consiguen con sus propios recursos los trabajadores de la salud, lo peor es que apenas se activan protocolos médicos para ver cómo se van organizar operativamente y el pasado fin de semana se les pidió filtros de sanidad.

Le hablaré de Tamaulipas amigo lector, donde les prohibían usar cubrebocas en los centros hospitalarios, y muy particularmente en el Hospital Regional de Pemex en Reynosa, convalece grave el Dr. Perez Parra, a quien le enviamos toda la buena vibra para que se recupere de la neumonía atípica que lo tiene gravísimo, Dios lo saque adelante o de lo contrario será una estadística más de esta enfermedad atípica tan expansiva en México como el coronavirus.