El Banco de México informó que el país recibió 29 mil 964 millones de dólares en remesas de trabajadores mexicanos en el exterior entre enero y septiembre de 2020, lo que representó un aumento de 10 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado; esto pese al cierre de casi todas las actividades sociales y productivas en todos los rincones del planeta debido a la pandemia de la covid-19.

Más del 95 por ciento de las remesas que llegan a México son enviadas desde los Estados Unidos, con lo que queda patente que los trabajadores de origen mexicano contribuyen al desarrollo económico de los dos países y su labor es esencial para salir de la crisis económica que sufre el mundo ante la pandemia de coronavirus.

Las medidas de confinamiento y de aislamiento social que se tomaron en la Unión Americana durante el segundo y tercer trimestre de este año para frenar la expansión de la epidemia de coronavirus, provocaron fuertes contracciones en su actividad económica y nivel de empleo; sin embargo, los envíos de divisas desde esa nación por parte los trabajadores migrantes no solo no pararon, sino que aumentó la cantidad.

Según datos de la US Burean of Labor Statistics, durante el pasado mes de abril la caída del empleo en el país de las barras y las estrellas fue 14.9 por ciento, en tanto la de la población hispana se contrajo en 17.5 por ciento, mientras que la tasa de desempleo abierto se ubicó en un 14.7 por ciento. La recuperación del empleo fue lenta en mayo y junio a pesar de la gran inyección de recursos a la economía norteamericana.

Los migrantes mexicanos satisfacen la creciente demanda del mercado laboral de Estados Unidos. El año antepasado 8.1 millones de personas emigrantes de México formaron parte de la Población Económicamente Activa (PEA) de los Estados Unidos, de esta el 60 por ciento se empleó en actividades terciarias.

En la actualidad hay casi 57 millones de latinos que residen en Estados Unidos, más del 63 por ciento es de origen mexicano; es decir, más de 36 millones de personas y de estos un 60 por ciento tiene un estatus legal.

Los factores que han hecho que aumenten las remesas que reciben muchas familias mexicanas por parte de sus parientes que trabajan en Estados Unidos, son variados y en algunos casos se deben a las medidas que ha tomado el gobierno de Donald Trump para aminorar los efectos económicos y de empleo negativo por la enfermedad trasmitida por el virus del SARS-CoV-2.

En Estados Unidos los apoyos económicos para mitigar los efectos nocivos al empleo por la pandemia han sido los más importantes en su historia y en la del mundo. La inyección económica, a la fecha, suma 3 billones de dólares, incluyendo, entre otros conceptos: 250 mil millones para efectuar pagos con cheques directos de 1,200 dólares a ciudadanos con un ingreso menor a 75 mil dólares al año, añadiendo 500 por cada menor de 17 años; 350 mil millones a préstamos para pequeñas empresas; 250 mil millones para ampliar los beneficios por seguro de desempleo; 150 mil millones para apoyar a las autoridades locales y estatales; 130 mil millones para reforzar el sistema sanitario; 500 mil millones para empresas de sectores estratégicos como aerolíneas o el sector turístico. En un segundo paquete, se asignaron 484 mil millones de dólares más para préstamos a pequeñas empresas, agricultores y fondos de hospitales.

Un gran número de trabajadores de origen mexicano que laboran en el vecino país del norte y regularmente envían remesas a sus familiares, se han visto beneficiados por los estímulos que ha entregado el gobierno norteamericano para paliar la crisis económica por el covid-19. Los inmigrantes mexicanos que prestan sus servicios en empresas, sobre todo del sector de servicios y que tienen un estatus legal en la Unión Americana, están recibiendo más ingresos ahora que están confinados en sus hogares que cuando laboraban normalmente, por lo que pueden enviar más dinero a sus familiares en México.

Los estímulos que otorgó el gobierno de Donald Trump a la construcción para reactivar la economía fueron aprovechados por los trabajadores mexicanos ya que el porcentaje de personas originarias del país azteca que laboran en esa rama de la actividad económica es del 19.5 por ciento del total.

Los migrantes de origen mexicano que laboran como jornaleros agrícolas en los campos estadounidenses no han parado sus labores, por ser considerada esta actividad como prioritaria, y es por eso que estos siguen recibiendo ingresos en dólares, aunque en este sector se encuentre un gran número de personas con una situación de migración ilegal.

Más del 30 por ciento de todos los trabajadores de la industria agrícola son mexicanos o de origen mexicano, según reflejan datos de la organización Partnership for a New American Economy recogidos a partir de cifras oficiales de 2016.

Otro factor que ha contribuido a que haya aumentado el envío de remesas a México, es el hecho de que muchos trabajadores mexicanos que laboran en la Unión Americana cruzaban la frontera regularmente y entregaban las divisas personalmente, pero las medidas para disminuir la movilidad y el cierre de fronteras han hecho que estas personas hayan tenido que recurrir al sistema financiero para enviar las remesas y que estas sean contabilizadas por el Banco de México.

Pese a los grandes sacrificios fiscales y presupuestales, la economía norteamericana decreció en su Producto Interno Bruto (PIB) en un 32.9 por ciento en el segundo trimestre del año. Pero estos estímulos parece que sí beneficiaron el incremento de las remesas a México.

Los estímulos para la economía estadounidense fructificaron en el tercer trimestre de este año ya que el PIB de ese país aumentó en ese periodo un 7.4 por ciento equivalente a un ritmo anualizado del 33.1 por ciento, según datos de hace unos días del Departamento de Comercio.

Los trabajadores de origen mexicano en Estados Unidos contribuyen a la prosperidad económica de ese país, pero también aportan para que muchas familias en México se vean beneficiadas por las remesas que se envían desde aquella nación, y bien hace el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en llamar a estos migrantes como héroes vivientes.

Las familias receptoras en México de remesas, invierten estos recursos en educación, salud, mejoramiento de vivienda y también sirven para que las familias receptoras financien la creación de micronegocios que complementan el ingreso de la familia, y en muchos casos generan empleo en sus comunidades.

La contribución de los migrantes mexicanos al Producto Interno Bruto de Estados Unidos se duplicó en 14 años hasta alcanzar en 2006 un total de 485 mil millones de dólares, un monto que representa el 3.7 por ciento del PIB estadounidense y, en contraste, el 57.7 por ciento del PIB mexicano.

Los hispanos son la minoría más grande en los Estados Unidos y tienen un poder adquisitivo estimado en 5 billones de dólares en 2018, lo que constituye el 10.4 por ciento del poder adquisitivo total en Estados Unidos, según el reporte anual de Economía Multicultural elaborado por el Centro Selig, de la Universidad de Georgia.

En resumen, podemos afirmar que el trabajo de los emigrantes mexicanos en los Estados Unidos, contribuye a la economía de los dos países y su trabajo es esencial para salir de la crisis provocada por la pandemia de covid-19.