El presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció en la conferencia mañanera del pasado 11 de noviembre que presentaría una iniciativa de ley para “poner orden” en el esquema de subcontratación de trabajadores en el país, mecanismo que consideró “se echó a perder”, puesto que no respeta los derechos laborales, además de que se usa también para la defraudación fiscal.

El esquema de terciarización para la contratación de empleados ha sido usado por muchas empresas y en ciertos sectores de la actividad económica, como en el sector bancario y de servicios financieros, y se ha abusado de esta figura en detrimento del bienestar laboral de los trabajadores.

La subcontratación de empleados, conocida outsourcing, se incluyó en la Ley Federal del Trabajo en el 2012. Se trata de un mecanismo que permite la tercerización de servicios con el reclutamiento de personal a través de una empresa ajena a la compañía donde se va a laborar.

Ahora que el congreso federal analizará la iniciativa presidencial referente al outsourcing y que el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) está decidido a “poner orden” en esta materia, bien vale que la autoridad revise qué está pasando en el sistema financiero de México, porque se dan casos en que los mayores bancos que operan en el país (nacionales y extranjeros) solo cuentan, oficialmente, con un solo empleado: el director general; el resto es subcontratado.

Datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que preside Juan Pablo Graf revela que, al cierre de septiembre de este año, 49 por ciento de los empleados de la banca privada laboran por outsourcing, y se trata de un sector que año tras año obtiene grandes utilidades, a las que sin duda contribuye la cancelación de los derechos de sus trabajadores.

Las cifras de la CNBV señalan que, en el noveno mes de este año, los 51 bancos que operaban en el país registraron un total de 255 mil 984 empleados, de los cuales 125 mil 437 laboraban bajo el esquema de tercerización y en un año el número de empleados bancarios contratados por outsourcing creció 18.7 por ciento.

La subcontratación ha crecido en el sector bancario de una forma espectacular, en 2005 el informe anual de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores reportaba que en el caso de Bancomer (ahora BBVA) el 58 por ciento de su personal era de confianza y 42 por ciento estaba sindicalizado (todos en la nómina de la firma financiera), pero 15 años después prácticamente 100 por ciento (salvo el director general) labora vía outsourcing.

Otras instituciones financieras como son Inbursa de Carlos Slim, Scotiabank de origen canadiense, Banco Azteca de Ricardo Salinas Pliego, la totalidad de los empleados se encuentra contratados por terciarización.

Entre Banco Azteca y el banco de origen español BBVA concentran el 62 por ciento del total de los empleados contratados por outsourcing.

Muchas veces los trabajadores reclutados en las instituciones financieras por terciarización firman contratos por once meses con una empresa diferente al banco donde laboran, al vencerse el plazo y les hacen signar otro acuerdo laboral, pero con otra compañía diferente esto con el fin que los empleados no se les liquide y no creen antigüedad.

La banca de desarrollo, es decir, las instituciones financieras del Estado mexicano, que está conformada por el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Nacional Financiera (Nafin), Banco Nacional del Ejército (Banjército), Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Sociedad Hipotecaria Federal, Fuerza Aérea y Armada, Banco del Bienestar y Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal, y Pesquero (FND) no se salvan de tener empleados reclutados bajo el esquema de subcontratación.

El Banco del Bienestar ha erogado en contratos con empresas de outsourcing, un total de 463 millones de pesos en lo que va del 2020, un incremento de 55 millones con respecto a lo ejercido en este renglón en el 2019.

La justificación que maneja el gobierno de la 4T para contratar empleados por terciarización en el banco que dirige Diana Álvarez es que la mayoría de estos trabajadores son los servidores de la nación que entregan recursos directo a los beneficiarios, pero si fueran reclutados este personal por la institución financiera tendría un alto costo para el banco de desarrollo.

El gobierno federal ha asignado al menos 50 contratos a empresas de outsourcing entre 2019 y 2020.

La Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, la cual tan sólo en un contrato con vigencia de agosto del 2019 a diciembre de 2020 pagará 670 millones de pesos para la subcontratación de casi mil empleados en todo el país que promueven los programas de financiamiento agrícola del gobierno federal.

Los trabajadores reclutados en el sector bancario con el esquema de subcontratación, no tienen derecho a los beneficios que otorga la ley a los empleados contratados directamente por las instituciones financieras, como es el reparto de utilidades, créditos preferenciales, vacaciones de 20 días desde el primer año, caja de ahorros, entre otros.

El gobierno de la 4T tendrá que luchar mucho para poner “orden” en el esquema de subcontratación sobre todo en el sector bancario debido a la resistencia de los barones del dinero que se oponen a cualquier cambio al sistema de reclutamiento de las instituciones financieras extranjeras y así no otorgan reparto de utilidades a sus empleados, enviando esos recursos obtenidos en México a sus países de origen, algo que es injusto, un abuso y no debería estar permitido