El modelo económico que instauró en Chile Augusto Pinochet desde hace más de cuarenta años y que fue ejecutado por un grupo de graduados de la Universidad de Chicago, que luego sería bautizados como los Chicago boys, ha tenido un aparente éxito que ha sido ejemplo para otros países de América Latina, pero en los últimos meses la fórmula neoliberal parece resquebrajarse, ante una realidad de desigualdad que viven los ciudadanos de la nación andina.

La política económica seguida por el país sudamericano que está basada en la apertura del mercado, una menor intervención del Estado en la economía, la privatización de servicios básicos como la luz y la distribución de agua potable, el aumento de la participación privada en la educación y los servicios de salud; han dado como resultado un crecimiento económico en los últimos años de los más altos entre los países latinoamericanos, también, ha habido una baja inflación, estabilidad macroeconómica y una disminución de la pobreza, pero por otra parte, se ha presenciado un aumento en la desigualdad.

El aparente éxito de en materia económica de la nación andina contrastan con otros parámetros. De acuerdo a los indicadores Gini del Banco Mundial, Chile es uno de los 10 países más desiguales del planeta.

La revuelta social que vive actualmente en la nación sudamericana ha dejado en evidencia las carencias del sistema político-económico chileno, afectando de golpe la imagen del país en el extranjero.

El experimento económico chileno fue pionero en lanzar un nuevo modelo de pensiones que es un sistema de capitalización individual a través de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) que responde a un doble fundamento de corte neoliberal. Primero, una exaltación del individualismo que relega las soluciones colectivas privando los cauces para la articulación de la solidaridad. Y, segundo, la firme creencia en las virtudes mágicas de la reducción del papel del Estado y de la paralela expansión del mercado desde el convencimiento de que la participación de la iniciativa privada es la fórmula más eficiente de funcionamiento del sistema en su conjunto.

El sistema privatizado de pensiones chileno, (que ha sido copiado por varios países incluyendo México), los trabajadores deben destinar el 10 por ciento de sus ingresos a cuentas individuales administradas por empresas privadas conocidas como Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Las administradoras invierten el dinero y les cobran a los trabajadores una comisión por las transacciones y otras cuotas. Los patrones y el gobierno no contribuyen a las cuentas de los trabajadores.

Los fondos invertidos por las administradoras contribuyeron al desarrollo de los mercados de capitales en el país andino, lo cual estimuló el crecimiento económico del país y ha tenido retornos razonables. Hoy seis AFP, la mitad de las cuales son propiedad de empresas extranjeras y controlan 171 mil millones de dólares en fondos de pensiones, el equivalente a cerca del 71 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile, de acuerdo con la superintendencia de las AFP.

El Sistema de Pensiones se ha transformado en uno de los principales problemas para el sistema político chileno, debido al descontento de los trabajadores ante las reducidas pensiones que otorgan las AFP que contrasta con las grandes ganancias que obtienen las empresas que administran sus fondos. Para muchos analistas el modelo pensionario chileno se desmorona.

El problema material y humanitario es evidente, ya que los resultados que ha entregado el sistema de AFP luego de casi cuatro décadas son desastrosos. A diciembre de 2018, el 50 por ciento de los 684 mil jubilados que recibieron una pensión de vejez por edad (la modalidad más grande) obtuvieron menos de 151 mil pesos chilenos (204 dólares). Incluso, en el tramo de aquellas personas que cotizaron entre 30 y 35 años, el 50 por ciento recibió una pensión menor a 296,332 pesos (valor inferior al Salario Mínimo Chileno que es 301,000 pesos, equivalente a 414 dólares).

En la próxima década, los trabajadores mexicanos enfrentarán un panorama más desfavorable al que viven actualmente sus contrapartes chilenos en materia de pensiones, debido a que todos los parámetros que determinan el monto que recibirán al jubilarse son menores a los del país sudamericano, concluyó un análisis de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, consideró el pasado miércoles 9 de octubre necesario aumentar la edad para el retiro en México, así como promover el ahorro voluntario para que los mexicanos accedan a una pensión digna.

En la conferencia mañanera del pasado 10 de octubre el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el aumento de la edad de retiro no sucederá mientras sea el jefe del ejecutivo.

El titular de hacienda del gobierno mexicano tiene una estrategia para fortalecer el fondo de pensión para los trabajadores que incluye varias acciones, entre ellas la disminución de las comisiones y que los fondos de retiro sean mejor invertidos.

Tras participar en la Convención Nacional de Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), en el Centro Banamex, el funcionario hacendario ratificó que ya se trabajan medidas para lograr el objetivo de mejorar las pensiones de retiro.

 

"Lo que estamos haciendo con el tema de las pensiones son dos cosas: una disminución de las comisiones, lo cual va a incrementar a lo largo del tiempo en 100,000 millones de pesos más para los trabajadores. Segundo, estamos trabajando para que los fondos de pensiones tengan un sistema de inversión más adecuado, pero nos van a quedar en el tintero un par de medidas adicionales: que se ahorre más y que hubiera un aumento en la edad del retiro”.

Arturo Herrera

Arturo Herrera explicó en la conferencia mañanera del pasado 28 de agosto que las comisiones de las Afores en 2018 eran de 1.89 por ciento, pero que durante las primeras semanas de la nueva administración encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y tras un acuerdo con las administradoras de las Afores, se negoció disminuirlas por debajo del 1 por ciento.

Actualmente los trabajadores mexicanos pagan por concepto de comisiones cuotas por arriba de los estándares internacionales, por lo que muchas veces se ven afectados sus rendimientos, mismos que están por debajo de lo que pagan por la administración de sus fondos y constituyen una “pérdida”.

Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México (Banxico), usó su red social de Twitter para contradecir al presidente al advertir que debido a la situación económica, fiscal y demográfica por la que atraviesa el país "será prácticamente inevitable aumentar la edad de retiro en el país".

El economista planteó que de no aumentar la edad de retiro "iría en detrimento del monto de las pensiones que recibirían los trabajadores en el futuro".

De acuerdo con el funcionario de Banxico, de no tomarse la medida de aumentar la edad de retiro se afectaría principalmente a las mujeres "debido a que ellas cotizan durante menos semanas, tienen menores ingresos y una mayor esperanza de vida. Por lo tanto, sus ingresos acumulados suelen ser menores y deberán ser utilizados durante periodos más largos".

Además Esquivel, señaló que el no generar recursos suficientes para obtener una pensión mínima también aumentaría la carga fiscal para el gobierno.

El panorama es muy desalentador un porcentaje de los primeros trabajadores de la generación Afore que alcanzarán la edad de retiro a partir del año 2022 tendrán una jubilación de apenas 4 mil 475 pesos, de acuerdo con cálculos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). Esto no es una pensión digna.

Según el presidente del organismo, Abraham Vela, en las actuales condiciones de retiro que prevalecen en el sistema mexicano, una pequeña parte de la generación Afore, calculada en 80 mil personas no cumplirá con el requisito de mil 250 semanas de cotización, con lo que el gobierno deberá aportar recursos fiscales para otorgarles la pensión mínima garantizada.

Datos de la Consar un porcentaje muy pequeño, prácticamente insignificante, mínimo, va a poder cumplir con las mil 250 semanas, pero no van a poder aspirar a una pensión mínima garantizada y ahí el gobierno va a tener que invertir recursos fiscales para que se puedan ir con su pensión mínima garantizada, de alrededor de 3 mil 200 pesos.

Para Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el problema de las bajas pensiones que recibirán los trabajadores con el sistema de Afores sólo puede resolverse incrementando las aportaciones que se hacen actualmente.

El economista mexicano abundó:  

“El tema es aritmético. Si sólo contribuimos con 6.5 por ciento la pensión va a cubrir 25 por ciento del último salario, aun suponiendo que se hicieron aportaciones completas (...) Mínimo habría que duplicarlas y lo ideal sería triplicarlas”.

Es decir, si las aportaciones son de 6.5 por ciento, la OCDE sugiere que suban a 13 por ciento o hasta 19.5 por ciento del salario que perciben los trabajadores.

Durante más de treinta años México importó y aplico el modelo neoliberal que como vemos fracaso en Chile. Es por ello el afán del presidente Andrés Manuel López Obrador por desmantelar estas políticas que solo han generado pobreza, desigualdad, violencia entre otros problemas, pero esto no es fácil de resolver, el reto es grande para la Cuarta Transformación.