“Los Oscar son acerca de la señorita right now, en lugar de la señorita right” dijo Sasha Stone en algún momento de su vida para poner un claro ejemplo de cómo en los últimos años, pareciera que The Academy se ha inclinado por premiar las tendencias y pareciera que ha dejado de ser objetiva para darle el gusto al público, que, de ser así, ¿hasta qué punto estaría en condición de ceder a lo que demandara la audiencia?
No es una novedad que cinéfilos, críticos y expertos en el séptimo arte, se encuentren en un estado de pérdida de credibilidad con los premios más aclamados de Hollywood, y como todo es causa-efecto, se inclinen mucho más al continente europeo, en donde pareciera que el León de Oro del Festival de Venecia o el Oso de Oro de Berlín, están haciendo la justicia necesaria tanto en nominados como en ganadores, justicia que parece, se vuelto invisible para el magno evento de los Óscar.
En este año las nominaciones han sorprendido. Nos han abierto la boca a todos para cuestionarnos si de verdad Bohemian Rhapsody podría ganar el premio a la mejor película o Lady Gaga – quien toda la vida se ha dedicado a la industria musical – a mejor actriz por A Star Is Born; o desde cuándo y por qué, una actriz emergente como Yalitza Aparicio puede ponerse a la altura de Glenn Close, ambas con la posibilidad de ganar, proviniendo de una formación totalmente paralela.
Por otro lado, si te ilusionaste porque Get Out se llevó la estatuilla a mejor guión en 2018 y pensaste que este año sería el afortunado para Hereditary en alguna de las 12 categorías, parece ser que el dicho de “Entre menos expectativas mejor” se tiene que empezar a tomar en cuenta, porque la academia sigue sin inclinarse por el género de terror y un ejemplo de ello es que ni siquiera la soberbia y brillantísima Toni Collete se posicionó entre las actrices favoritas a levantar la estatuilla , algo que, sin duda, parece increíble porque su actuación fue impecable.
De igual manera, todo hacía pensar que Burning, la magistral cinta de Lee Chang-dong, ganadora del FIPRESCI en Cannes, sería por fin el primer largometraje surcoreano en lograr una nominación a mejor película de habla no inglesa, algo que tampoco sucedió, sin embargo Black Panther, una película de Marvel, si pudo colarse entre las ocho nominadas a mejor película del año.
Una de las tantas razones por la que los jueces se basan para considerar a una película como “La Mejor” consiste en que el personaje principal, deber dar un giro de 360 grados con un final casi inesperado y la narrativa debe ser impecable y muchas veces, no antes vista, o sea tica del corte de Spotlight pel estoy diciendo que sean malas pero si que nadan en una alberca muy grande –
y la narrativa dúnica. Si nos ponemos exigentes, no creo que una bioepic como Bohemian Rhapsody o un cómic como Black Panther – ojo, no estoy diciendo que sean malas, pero sí que nadan en una alberca muy grande por el discurso que comunican – le puedan arrebatar el premio a Vice, una film del corte de Spotlight o Argo, ambas ganadoras ceremonias pasadas, o a The Favourite de Yorgos Lanthimos la cual recibió un premio especial del jurado en Venecia, e incluso, me atrevería a decir, que a la aplaudida Roma de Alfonso Cuarón, que aunque es complicado que una película de lengua extranjera se lleve el Óscar a la mejor, ha venido arrasando en renombrados festivales de cine.
Da la impresión, que las nominaciones se están regalando, tal vez no a cualquiera pero sí a las más taquilleras. Por otro lado, no todo tiene que ser negativo y hay que recordar que la academia se encuentra en un proceso de inclusión – que por cierto, debió haberse manifestado desde el 16 de mayo de 1929, cuando sucedió la primera ceremonia de premios y no hace apenas unos años – y está centrando la atención en el empoderamiento femenino, la diversidad, la reivindicación de razas – porque hay que recordar que por alguna razón solo premiaban a blancos – entre otras razones, pero como parece ser que la acción siempre ha hablado más que la palabra y las nominaciones son un ejemplo claro de ello, me atrevería a especular que también se está centrando en la preferencia del público y desde un postura objetiva, no considero que sea lo correcto, ni lo justo, y tampoco lo más profesional.
*Mexicana. 22 años de edad. Licenciada en Comunicación con pre-especialidad en Gestión y Dirección de Medios Audiovisuales por la Universidad Anáhuac.