Lamentablemente no vamos hablar de la aclamada cinta dirigida por el coreanos Bong Joon-ho, parásitos; aunque a decir verdad si usted vio tremendo peliculón, no podrá menos que hacer equiparaciones entre la historia truculenta y nuestra política mexicana; existen muchas similitudes…

La Cámara de diputados se integra por 500 diputados propietarios y sus respectivos suplentes; 300 de ellos electos por el principio de mayoría relativa en distritos uninominales, los 200 restantes son electos por principio de representación proporcional mediante un sistema de listas regionales, votadas por circunscripciones plurinominales… (En teoría)

Esta reforma al Congreso fue introducida apenas en el año 1977, 

—estando José López Portillo en la silla presidencial— buscando resolver un problema de “legitimidad”, creando para ello la Ley Federal de Organizaciones Políticas y procesos Electorales. (Yo creo que ahí se comenzaba a fraguar el chanchullo). 

De esta manera introdujeron la llamada representación proporcional en cada una de las Cámaras, que no es otra que el dedazo a entes que responden al beneplácito del introductor… al menos en eso la fueron transformando.

En la Reforma Electoral de 1996 —casi ayer— ¿recuerdan quién estaba en el poder? Sí, Ernesto Cedillo Ponce de León, que algunos avezados en el tema refieren, ya traía encomiendas muy claras y precisas. La Cámara de senadores incrementa de 64 a 128 senadores; las curules son repartidas de la siguiente manera:

64 Mayoría relativa

La mayoría relativa consiste en que el candidato o asunto sometido a votación, obtiene el triunfo o aprobación con el mayor número de votos, no con relación al total de éstos, sino al número que obtiene cada uno de sus oponentes o cuestiones que se votan a la vez.

32 Principio de primera mayoría

La regla de la mayoría es la que establece que para tomar una decisión en un grupo debe adoptarse la opción que cuente con el apoyo de una mayoría de los miembros. Se utiliza tanto en organizaciones y estados democráticos como no democráticos.

32 principio de representación proporcional

Principio de elección basado en la asignación de cargos de representación popular tomando como base el porcentaje de votos obtenidos por un partido político en una región geográfica. El objetivo de este principio es proteger la expresión electoral cuantitativa de las minorías políticas y garantizar su participación en la integración del órgano legislativo, según su representatividad. En México este método se utiliza para asignar 32 senadores en una lista nacional; y 200 diputados en 5 listas regionales, votadas en cinco circunscripciones plurinominales.

¿Buscar una ideología plural y pluripartidista? ¡Aja; atole con el dedo señores!

La realidad es que sirve de trampolín político y doble finalidad utilizar puesto público sirviendo a intereses de unos cuantos y con cargo al erario, basta revisar un poco la historia para saber los nombres de los plurinominales y a quienes servían, como secuestran las Cámaras y son cancerberos de los intereses de unos pocos.

Muy inquietante resulta en un año electoral como es el 2021, la pandemia mundial nos ha llevado a una crisis global que no tiene un fin y se advierte cero benevolencia para los que al final terminan pagando los cuantiosos sueldos de estos “servidores públicos”, o sea nosotros los contribuyentes, quienes tendremos que soportar la carga financiera respecto a los nada baratos sueldos de diputados y senadores.

Nos sale muy cara la dichosa “pluralidad ideológica de los señores al servicio de iniciativa privada” ¿Cuál es el desempeño real de los plurinominales? Estamos en época de escepticismo en relación a la política actual y más suspicacia despierta ver esas alianzas entre partidos políticos o esas postulaciones de personajes adictos a la succión del dinero público, que hoy más que nunca cuesta ganar.

Buscar la acción política con sentido renovador, hoy el debate se debería centrar en el tamaño del Estado, ¿Más legisladores hacen mejores leyes? Hemos visto que no… Tampoco creemos que artistas, deportistas y payasos abonen al bien del país, perdón, pero; zapatero a tus zapatos.

Paradójicamente la creciente complejidad social de nuestro país requiere quizá no que se legisle más, sino mejor, para ello se necesita preparación y no improvisación; Las crecientes demandas de la sociedad civil obligarían al sistema político a dar una respuesta adecuada y pronta, una regulación puertas adentro que satisfaga las necesidades de la población y no llene el bolsillo de unos cuantos. Un sistema político rezagado sólo es una nómina que engulle gran parte del presupuesto nacional.

El derecho político de los electores, sufragio, debería cumplir su cometido democrático, un senador o diputado no debería saltar de partido en partido cuando fue electo para la representación específica de un partido y un distrito… Si una de las características constitucionales del sufragio es que debe ser personal e intransferible, nadie puede ir a votar por ti

¿Por qué el votado sí puede cambiar de chaqueta cuando le da su gana?

En el supuesto de facilitar la expresión de voluntad ciudadana nacen lo que hoy llamamos "partidos políticos", no nos adentraremos en la evolución, que dicho sea de paso no ha sido otra cosa que crear satélites, rémoras, para seguir contando con mayoría en las cámaras, otra forma de manipulación que se da con la mayor naturalidad en la política mexicana.

“Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las formas específicas de su intervención en el proceso electoral” Reforma Política 1977, segundo párrafo artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. “interés público”, sí, en esas dos palabras radica la importancia e implica que el Estado debe asegurarles las condiciones necesarias para su desarrollo. En pocas palabras, dinero, marmaja…

Ese pluralismo ficticio en el que nos han sometidos a lo largo de tantos años, y obligado a solventar los tremendos gastos, sumando los gastos en cada contienda electoral son una garrafal mentada de madre en la tremenda tribulación que el país sufre en estos momentos, sin embargo carentes de toda empatía social vemos a diferentes actores políticos añejos y recientes pelear, arrastrarse literalmente por lograr seguir o recobrar la curul anhelada.

¿Realmente se ha evitado el monopartidismo y la policracia, o solo nos ha llevado a la meritocracia y herencia de curules a parásitos vendidos al mejor postor?