Wikipedia: “La crisis económica de México de 1994 fue una crisis iniciada en México de repercusiones mundiales. Fue provocada por la falta de reservas internacionales, causando la devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo. A unas semanas del inicio del proceso de devaluación de la moneda mexicana, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó al Congreso de su país la autorización de una línea de crédito por $20 mil millones de dólares para el gobierno mexicano, a efectos que le permitieran garantizar a sus acreedores el cumplimiento cabal de sus compromisos financieros denominados en dólares.

“En el contexto internacional, las consecuencias económicas de esta crisis se denominaron ‘Efecto Tequila’. En México, se le conoce como el ‘Error de diciembre’, una frase acuñada por el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari para atribuir la crisis a las presuntas malas decisiones de la administración entrante de Ernesto Zedillo Ponce de León y no a la política económica de su sexenio”.

¿El error o el horror de octubre de los profetas del desastre?

La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México fue comparado, con alevosía y peligrosamente, con el “error de diciembre”. Nada más alejado de la verdad y de la realidad. Los mercados nos castigarían y la cotización del peso sufriría. ¿Qué pasó? Los arúspices de nuestras entrañas económicas se equivocaron. ¿Caída de la Bolsa de Valores? ¿Aumento del riesgo país? ¡Bah! ¿Quién califica a las calificadoras y sus intereses trasnacionales?

Leímos hace días en La Jornada: “El Grupo Financiero Citibanamex consideró que el impacto económico y financiero de la cancelación del actual proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco sería significativo tanto en el corto como en el largo plazos, lo que llevaría a hacer una revisión negativa del escenario macroeconómico.

“En un reporte titulado Nuevo aeropuerto. ¿En vísperas del error de octubre, advirtió que la próxima administración de Andrés Manuel López Obrador va a enfrentar su primera prueba incluso antes de entrar oficialmente en funciones: confrontará la credibilidad del Estado mexicano ante inversionistas privados contra la voluntad de su base electoral en relación con el NAIM”.

Después de que en la columna de “Templo Mayor” de Reforma se bautizó así la cancelación de Texcoco, la mayoría de los coluministas financieros y políticos siguieron con la lína del “error de octubre” de Citibanamex.

Y, sin embargo, pasan los días y no se ve el error. ¿Dónde la falta de reservas? ¿Dónde la gran devaluación del peso? ¿Dónde una línea de crédito pedida por Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump? ¿Cuándo otro Efecto Tequila?

Prudente, el actual secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, fue contra la corriente. Reseñó Notimex: “El titular de la Secretaría de Economía (SE), Ildefonso Guajardo Villarreal, sostuvo que es ‘exagerado’ pronosticar una crisis económica por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.

“Calificó de necesario y fundamental tener una solución integral y de largo plazo al tema de transporte de pasajeros y mercancías para la eficiencia de la economía de México, ‘Pero de que este puede ser un elemento que tenga consecuencias de una crisis, yo creo que es una lectura un tanto exagerada’, comentó después de inaugurar la Cumbre Empresarial Américas, organizada por la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE)”.

Así que, señores del desastre, sigan a Kalimán: Serenidad y paciencia.