Este 14 de febrero ha sido de los días festivos más indiferentes que he visto. Tal vez por la visita del Papa Francisco, tal vez porque el día cayó en domingo, tal vez porque al paso del tiempo y al ritmo en que vamos envejeciendo, estos días se vuelven más insípidos y ordinarios o tal vez porque ya no queremos algo intenso, queremos simplemente, pasar.
Cualquier jovenzuelo “Che Guevara” de biblioteca podría estar orgulloso de la ligera insignificancia que tuvo a nivel nacional el famoso Día de San Valentín: Enrique Peña Nieto no publicó las rosas de las que tuvo que haber llenado a la Gaviota, ni cuanto es que la ama; Angélica Rivera pasó el día visitando niños enfermos a un lado del Papa Bergoglio, con un semblante de hartazgo y las lágrimas de una mujer que hace lo que debe hacer; Manuel Velasco también se olvidó de la simulación amorosa y en vez de realizar algo lindo para su señora esposa Anahí, concentró la atención en que pronto llegará Su Santidad a visitar Chiapas.
Los políticos mexicanos atendieron el deber de la fe y olvidaron que gran parte del poder de la comunicación radica justamente en las emociones de amar y ser amado. No hubo serenatas, ni juramentos de amor, ni poemas, ni nada . Cosa que inconscientemente agradecieron todos los que se quejan de los gobiernos actuales.
Los que saben manejar perfecto la sensibilidad humana hicieron magia de nuevo. Barack Obama pasó otro Día de San Valentín separado de su esposa, y el último como Presidente, pero durante la grabación del programa "The Ellen DeGeneres Show'', recitó un poema de amor que planeaba entregarle en persona: "Alguien llame a la Sala de Crisis porque las cosas están por calentarse'', dijo el Presidente de Estados Unidos. "Michelle, este Día de San Valentín te trataré bien. Te haré un pan de calabacín. Luego pondré unos vegetales en un plato justo cómo te gusta (…) Michelle, he tomado muchas excelentes decisiones como presidente. La mejor decisión de mi vida es haberte escogido. Gracias por soportarme. Te amo''. Genios de la comunicación social y estrellita doble porque pareció ser sincero.
Entre los mortales, hubo más efervescencia para los solteros que recalcaron, en tradicionales memes, el valor de la <
Aquel concepto de los amores imposibles, idílicos y trágicos va pasando poco a poco con una peculiar enseñanza de individualismo, algunas parejas publicaron cuánto se han amado y siguieron vibrando en la indiferencia perfecta entre ellos, cumpliendo con un extraño deber de simulación con el que ya ni nuestros políticos más falsos han pretendido cumplir. Si es que queremos amor, lo queremos descafeinado y abierto a la buena pinta que da el tener una compañía.
Algunos tal vez fueron genuinos, y otros amores no necesitaron un día para demostrarse lo que encerrados en las paredes de su propia complicidad se han demostrado constantemente.
Seguramente este sólo ha sido uno de esos días que disfrutan los más jóvenes en la frescura del frenesí; mientras que los que no somos preparatorianos y estamos adentrados en la lógica productiva, y no consumista, del capitalismo emocional simplemente pedimos un poco de sexo deslactosado, por aquello de que podríamos engordar.