Desde que salió a la luz pública la contaminación del río Sonora con sulfato de cobre por parte de Grupo México esta empresa ha entrado en el ojo del huracán por la gran cantidad de irregularidades con las ahora se sabe que opera, pero sobre todo con su pésimo margen de maniobra tras un desastre ecológico como el que provocó desde el mes de agosto. Y ya no digamos de los problemas diplomáticos que puede provocar su contaminación, y sí, son problemas diplomáticos puesto que esta empresa realiza descargas de químicos sobre una vertiente del río San Pedro que transita hacia Estados Unidos, según reporta Excélsior.

 

Algunas curiosidades que uno puede detectar al entrar al portal de Grupo México es la existencia de banners que dejan en claro dos cosas; la primera es que son productores de cobre con costos menores a nivel mundial, esta premisa se cumple siempre y cuando no se hable de costos ecológicos lo que nos lleva a nuestra segunda premisa; y es el hecho de que GM (Grupo México) afirma que tiene un especial cuidado con el medio ambiente, sus empleados y las comunidades aledañas.

 

El derrame de sulfato de cobre y demás minerales GM afirmó que se debió a una serie de filtraciones debido a las lluvias, sin embargo pronto quedó demostrado que el derrame de tóxicos se ha hecho de manera indiscriminada e intencional; de ahí que e Gobierno de Sonora anunció la ruptura de relaciones con esta empresa, advirtiendo que clausurará las instalaciones de la mina Buenavista del Cobre así tenga que recurrir a la fuerza pública.

 

La gravedad de este asunto se incrementa cuando GM ha hecho muy poco y de mala forma por tratar de remediar el desastre ecológico, tan poco o nada le ha importado el asunto que ahora la Unidad Estatal de Protección Civil de Sonora detectó un nuevo derrame tóxico proveniente de la misma mina. ¿Cuántos miles de millones de pesos más tendrá que pagar Grupo México para resarcir el daño ecológico? ¿Son suficientes las medidas tomadas por el gobierno de Sonora? Lo que sí tenemos claro es que el desastre ecológico es irreversible en el corto y mediano plazo y el impacto económico de la zona difícilmente mejorará en los próximos meses.