Para la reforma energética no es bueno que nuevamente queden en evidencia las fallas de este cambio constitucional y se retrase la licitación para que los particulares, principalmente extranjeros, puedan rentarle a PEMEX la infraestructura disponible en la franja fronteriza para importar, transportar y comercializar los combustibles que más tarde consumirán los mexicanos.
Sucede que en esta semana de Pascua se debería llevar a cabo la licitación de lo que se llama Temporada abierta de Ductos, que debería operar en unos días más en el territorio de los estados de Sonora y Baja California, pero la paraestatal informó que esto no será sino hasta el día 25 debido a “diversos errores” encontrados en el proceso de licitación.
Más de 5 empresas extranjeras manifestaron su interés, pero también lamentaron la falta de profesionalismo de las autoridades mexicanas. La británica BP, Shell, Trafigura, Glencore y Chevron, se habían apuntado a participar en la oportunidad para que entidades diferentes al monopolio mexicano operen los combustibles que se consumen en el país.
Ya hace algunos años, el gobierno mexicano había mostrado su incapacidad para garantizar la extracción, producción, transporte y comercialización de energéticos, por lo que se volcó a la importación de gasolinas primero, para luego modificar la Constitución a fin de que fuera cualquier capital el que supliera la ineficiencia.
En la última década Estados Unidos y Canadá, se desarrollaron como potencias productoras de hidrocarburos y de todo tipo de energéticos, hasta desplazar a los países latinoamericanos en estos rubros y, de manera muy destacada a México, su socio en el Tratado de Libre Comercio que ahora se pretende modificar.
Datos de la Agencia Internacional de Energía indican que no hace mucho Estados Unidos se volcó por la extracción de crudo por la vía del “fracking”, que consiste en romper el subsuelo mediante presión de agua aun cuando signifique contaminación y riesgos. A esta tarea se sumó Canadá y ahora, ambos; controlan dos quintas parte de la producción mundial.
Comparativamente, de 2005 a la fecha, la exportación mexicana se ha desplomado en más de 60 por ciento, con todos los efectos económicos y sociales que eso conlleva, aunque la causa se puede atribuir a la ausencia de inversiones y, también, a la caída en el precio internacional de los hidrocarburos que hirieron a las finanzas nacionales y al concepto de soberanía sobre los recursos naturales y ha sido el soporte para la reforma energética.
Estas son las razones por las que la economía mexicana se ha despetrolizado. Si hace tres años los ingresos petroleros representaban alrededor de 40 centavos de cada peso disponible en el país, actualmente son apenas 15 centavos.
Hoy importamos buen parte de los combustibles, prácticamente se ha elevado la compra en 200 por ciento en una tendencia creciente, y no hay recursos para ser autosuficientes, además es la explicación de por qué se tiene que echar mano de experiencia y recursos que en el país no existen.
Pero lo grave es que, si el país que hace unos años era el octavo productor petrolero del mundo, ahora tiene que concursar para que sean extranjeros los que importen, transporten y comercialicen los hidrocarburos que necesitamos para subsistir.
En estas, habrá que ver si en Pemex hay capacidad suficiente para lograr que las promesas establecidas en la Reforma Energética, no solo sean eficaces sino que promuevan el crecimiento que necesita el país.
@lusacevedop