Al leer recientes columnas, encabezados, comentarios y debates sobre el tipo de cambio, he vivido en un exabrupto constante. En recientes fechas el tipo de cambio nominal ha alcanzado registros históricos, llegando a 18.90 dólares el pasado miércoles, tema que se ha vuelto eje central entre la comunidad académica y política del país.  No obstante, el desconocimiento total existente sobre aspectos teóricos del tipo de cambio han traído aseveraciones tales como “la devaluación es negativa” o que México está “en medio de una devaluación del peso y una caída de los precios del petroleo”, tal como lo mencionara hace unos días Marko Cortés Mendoza, coordinador de la bancada panista federal.

Es así que el debate teórico gira entorno a dos aspectos teóricos fundamentales y que son de gran relevancia. El primero, aquel en donde se establecen las diferencias entre depreciación y devaluación y, el segundo, aquel donde se discute sobre los efectos negativos o positivos de una depreciación. Mucho se podrá decir que el debate sobre si estamos enfrentando una devaluación o una depreciación no importa, que lo verdaderamente importante es actuar para tener una mejor paridad cambiaria, temo decirles a todos aquellos que no hay nada más importante que la identificación de las características y la diferencia que podemos hacer de un fenómeno u otro. Esta identificación es la que nos permite tener mejores mecanismos de respuesta al ya haber conocido y detallado un fenómeno y su problema existente. Este texto aborda de manera breve y con base histórica, la primera de estas dos confrontaciones teóricas fundamentales.

Es importante señalar que una depreciación es aquella pérdida de valor que tiene la moneda nacional con respecto a una moneda externa por causa de las transacciones del libre mercado de divisas. Y que una devaluación es entendida como aquel mecanismo de política cambiaria ejercido por el banco central con la finalidad de reducir la cotización de la moneda nacional con respecto a otra, teniendo así que pagar más unidades nacionales por unidad de divisa extranjera. A lo largo de la historia de México y principalmente en la época en que la intevención estatal era el agente clave en el fomento del crecimiento y el desarrollo económico, se dieron ejemplos claros en la implementación de este mecanismo.

Podemos observar que las primeras devaluaciones y de gran relevancia en el desarrollo económico del país son aquellas que  estuvieron registradas en los periodos del modelo del desarrollo estabilizador o aquel en donde se tenía topes y mecanismos de control para las principales variables macroeconómicas. Autores como Carlos Tello señalan que el periodo del modelo del desarrollo estabilizador se desarrolla de 1954  a 1970, siendo en 1954 el año donde se determinó establecer un tipo de cambio fijo de 12.50 pesos por dólar, medida que se implementó como respuesta a los cambios internos y extrenos del país dados los saldos poco favorables en la balanza comercial y en la balanza de pagos, así como en la salida de divisas que pasó de 55 millones de dólares para 1953 a 43 millones para 1954.

En este caso, la devaluación se ejerció como su fundamento teórico señala, es decir, como una acción ejercida por la autoridad monetaria central determinando un  tipo de cambio fijo  y estableciendo la relación de cambio que había de seguir el país. Esta determinación del tipo de cambio siguió hasta 1976, pero dada la demanda interna creciente y una inflación acelerada, así como un periodo caracterizado por un incremento del déficit público,  volvió esta paridad insostenible, por tanto, y como medida de ajuste que aún era determinada por las administración pública en turno, el Banco de México decidió cambiar el tipo de régimen cambiario, optando por un régimen de flotación controlada, lo cual implicaba que el Banco de México sólo intervendría ante fluctuaciones bruscas del tipo de cambio. En el inicio de este nuevo régimen, el tipo de cambio nominal pasó a 20.5 pesos por dólar y que hasta principios de los 80 llegara a ser de 48.79 pesos por dólar. Observamos  que, en este periodo, la respuesta ante las variaciones  de las variables económicas internas y externas fue optar nuevamente por una devaluación  que diera  solución a la desestabilización económica del país.

A principios de los años ochenta, el banco de México siguió un mecanismo de flotación controlada, lo cual suscitaría un hecho histórico. En la política cambiaria se establecerían distintos tipos de cambio, siendo unos determinados por el Banco de México y otros por el libre cambio en el mercado de divisas. Esto representó el primer acercamiento hacia la diserción de estos dos términos, ya que, por un lado, se podía observar el efecto de una depreciación en lo que se denominó el tipo de cambio libre y, por otro, también podíamos observar una devaluación en el tipo de cambio controlado, que presentaba pequeños deslices diarios hasta su devaluación en 1985.

Para 1982 las variables económicas del país se caracterizaban por una inflación histórica.  En ese año el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) llegó a ser de 98.4%. Este periodo también se caracterizó por tener economía dependiente de los ingresos petroleros y, ante la caída de los precios del mismo, se hizo mayor la restricción en los ingresos que eran destinados a la deuda externa. Con el impago y ante un aumento constante de la misma, la relación existente entre los servicios de la deuda y los ingresos que se percibieron por exportaciones de bienes y servicios se hizo aún más grande,  lo que llevó a que se tuviera que anunciar una moratoria en las amortizaciones del capital. Estos factores llevaron a México a acatar medidas avaladas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de desarrollo (BID) adoptando un modelo cada vez menos orientado al control de tipos de cambio.

 En el periodo de 1982 y hasta 1994 este proceso siguió su curso. Ante la crisis económica y política suscitada en el país, se determinó pasar a un régimen de flotación cambiaria, es decir, el tipo de cambio pasó a ser determinado libremente por el mercado y que así, todos aquellas operaciones que realizara el Banco de México en lo posterior sería por mecanismos pre anunciados. Es así que se observa el cambio principal en la ocupación de términos en referencia a una devaluación o depreciación cambiaria, por lo menos en cuanto a la historia de México refiere, ya que después de 1994 y hasta hoy día,  todos aquellos sucesos de caída del peso con respecto al dólar son denominados como una depreciación, en tanto que no hay una determinación del tipo de cambio nominal, ya que éste es establecido actualmente por el mercado de divisas. Por ello es que, y como  se señaló antes, el término correcto a utilizarse actualmente es el de depreciación, y este cambio reside en un hecho particular y fundamental, la no intervención de las autoridades en el establecimiento de una paridad cambiaria. Podemos observar que, a lo largo de la historia, la devaluación  fue un instrumento de modificación de distintas variables macroeconómicas y que era utilizado como  mecanismo de estabilización.

El debate entre si las consecuencias de éste fueron benéficas o no, puede darse, pero no es un tema que en particular trate de resolver este pequeño texto, más bien, su intención es llegar a explicar, de manera clara y con una base histórica, la diferencia fundamental entre estos dos términos.

Para finalizar, y como respuesta a todos aquellos que señalan que los debates sobre conceptos no tienen sentido, que son sólo discursos o abstracciones que no llevan a nada, les comparto una de las máximas hegelianas: “Concepto es el pensamiento, el cual devenido activo, puede determinarse, crear, producir; tampoco es mera forma para un contenido, sino que se forma a sí mismo, se da así mismo un contenido y se determina la forma.”

Sitio web de Banxico (2016). Inflación. Disponible en [http://www.banxico.org.mx/portal-inflacion/inflacion.html] (Consultado el 21/01/2016).

Sitio web de Banxico (2016). Regímenes cambiarios en México a partir de 1954. Disponible en[http://www.banxico.org.mx/sistema-financiero/material educativo/basico/%7B51CCA803-9DB0-9162-1CFA-B19CE71599DB%7D.pdf] (Consultado el 21/01/2016).

Sitio web del Financiero (2016) “Ante la devaluación del peso gobierno debe actuar con responsabilidad”. Disponible en [http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/ante-devaluacion-el-peso-gobierno-debe-actuar-con-responsabilidad-marko-cortes.html] (Consultado el 22/01/2016).

Tello, Carlos (2010) Estancamiento económico, desigualdad y pobreza: 1982-2009. Disponible en[http://www.economia.unam.mx/publicaciones/nueva/econunam/pdfs/19/01carlostello19.pdf] (Consultado el 21/01/2016).