En vísperas del aniversario número veintitrés del PRD en México, el partido representante de la izquierda en Quintana Roo recibió un golpe más de sus propios militantes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con sede en Jalapa, Veracruz ordenó quitar la candidatura a Joaquín, “el Quino”, González Castro. De esta manera el PRD, nuevamente, se quedó sin candidato al Senado. Los motivos de esta resolución fueron las impugnaciones que los mismos perredistas hicieron a la candidatura de González Castro.
Mucho se ha escrito acerca de lo injusto o no de lo sucedido a “el Quino”. Sin embargo, creo que también resulta importante tener otra lectura de lo sucedido. En primera instancia creo que esta serie de errores, disputas que existen al interior del PRD, está llevando a este organismo político a una debacle electoral en las próximas elecciones. No es casualidad que su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador en diferentes plazas, como en el Estado de México y en Playa del Carmen, haya pedido unidad al partido, que se dejen de pelear y se sumen al proyecto. Este mensaje fue dirigido a los militantes del PRD-PT y Movimiento Ciudadano. Pero si de algo se han dado cuenta los diferentes actores perredistas es que AMLO ya no tiene el mismo liderazgo de 2006, las encuestas lo dicen y ellos saben que la elección presidencial difícilmente la podrán ganar, a menos que pactara una alianza política con Josefina Vázquez Mota. El mensaje de AMLO y la manera en que arropó a González Castro, lo llamó “hombre incorruptible”, poco les importó porque a ellos por simple instinto de supervivencia política decidieron tumbar a “el Quino”.
Esto lo entendieron muy bien las figuras que representan a la izquierda en Quintana Roo: Latifa Muza Simón, Gerardo Mora, Alejandro Luna, Jaime Hernández Zaragoza, Luz María Beristaín y Beatriz García Villanueva, a quienes incomodaba la figura de González Castro, tal vez porque no era afines a sus intereses, no por una cuestión de pertenencia política como se argumentó en su momento. La política se trata de ganar el control de la autoridad pública y los políticos de izquierda que impugnaron a “el Quino” estaban conscientes de que el candidato al Senado no respondía a sus intereses sino a otros grupos. Ahora, lo que es seguro es que el PRD en Quintana Roo va rumbo al despeñadero, este tipo de decisiones sólo benefician a los candidatos del PRI y del PAN.
Lo anterior sólo nos muestra que la izquierda en Quintana Roo y sobre todo en el sur del estado no representa una opción política a la ciudadanía. Es cuestión de mirar a los cuadros del perredismo, siempre en disputa, con una nula disciplina partidista y siempre al mejor postor. Lo lamentable de la izquierda en Quintana Roo, y en el país, es que siempre busca culpables a los “males” que sufre. Sin embargo, los enemigos de la izquierda están en el mismo partido. En veintitrés años de existencia su fracaso como alternativa política se debe a sus malos gobiernos, decisiones erradas y sobre todo a que no han logrado convencer a la ciudadanía de que efectivamente representan un cambio a lo que ellos supuestamente combaten.
Lo que me parece muy delicado es que el PRD trate al electorado como si no fueran capaces de decidir entre ofertas políticas. Si Joaquín González Castro representaba un cuadro digno para el PRD, ahora el nuevo candidato sustituto poco tendrá que hacer en la contienda, porque el partido no es serio ni congruente. Si de por si existe un desencanto de la ciudadanía hacia la clase política, el PRD con sus decisiones sepulta cualquier posibilidad de ganar. En este sentido creo que si el PAN incrementa su proselitismo podría arribar al segundo lugar, dejando a la izquierda en un penoso tercer lugar. El PRD y sus líderes no tienen que echar culpas a nadie, ellos son los responsables de que se debilite la competencia política en el estado. Al final de cuentas, los ciudadanos decidirán por el partido que al menos muestre solidez, unidad y sobre todo certidumbre en cuanto a las decisiones que se tomen.
Lo que se viene
…Cora Amalia Castilla Madrid, candidata suplente al Senado, peca de ingenuidad al no entender porque no sale en la propaganda política…ella es suplente al Senado y esa es la respuesta simple. Además su imagen no entona con la de los demás candidatos. Lo que si queda claro es que la vieja clase política ya perdió el mejor de los sentidos: el sentido común y no sólo eso hasta el pudor y la vergüenza. Primero, Carlos Cardín que fue ridiculizado cuando perdió en las urnas una diputación local y ahora es el principal estratega para ganarle ante quien perdió. Segundo, Joaquín González Castro quien supuestamente es un excelente abogado (ex presidente del Tribunal Superior de Justicia) perdió la candidatura al Senado de la Republica precisamente en el máximo tribunal electoral del país, que chamaqueada ¿o no?, algo similar le pasó al ex rector de la Uqroo, José Luis Pech, que también pensó que ya tenía ganada la candidatura perredista. Lo anterior a pesar de que los dos políticos cuentan con una amplia carrera política. Tercero, por eso los jóvenes políticos se ríen, ojala no aprendan mucho de ellos. Así no se gana ni el respeto ni la autoridad, la autoridad no se impone se reconoce.
Twitter: @roberto_coral
El autor ha sido dos veces presidente del CDE del PRI y ex presidente de la Fundación Colosio