Aunque el acuerdo para que Juan Carlos Mondragón Quintana desistiera de su intención de reelegirse como dirigente estatal del PAN fue que el Comité Directivo Estatal de su sucesor —Rafael Micalco Méndez— se repartiera por partes iguales, lo cierto es que éste se integró, en su mayoría, con panistas vinculados al gobernador Rafael Moreno Valle.

De los 30 nuevos miembros del Comité Directivo Estatal del PAN, por lo menos 16 están plenamente identificados con el Ejecutivo estatal, 9 con el nuevo presidente —el diputado federal Rafael Micalco—, 4 con el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y 1 con el titular de la Secotrade, Pablo Rodríguez Regordosa.

Los 16 morenovallistas son la diputada federal Blanca Jiménez Castillo; su asistente y suplente Genoveva Huerta Villegas, y su cuñada Mónica Lara Chávez, directora del Instituto Poblano de las Mujeres; el diputado federal Néstor Gordillo Castillo; el secretario de Desarrollo Social, Salvador Escobedo Zoletto; la presidenta del Sistema DIF estatal y esposa del gobernador, Martha Erika Alonso, y su secretario particular David Rosas Armijo.

La lista la completan el diputado local Jorge Gómez Carranco; la delegada saliente del Registro Agrario Nacional, Violeta Reyes Blanco; los tehuacaneros Sergio Gómez Olivier, Mercedes Bulás Montoro, Carlota Carrillo López —madre de Miguel Abad Carrillo, funcionario de la SGG— y Mónica Rodríguez Canseco. Así como Nancy Edith Flores, de Puebla; Carlos Bravo Martínez, de la zona de la Mixteca; y Fred Ortega Quiroga, de Xicotepec de Juárez.

Los nueve integrantes del CDE del PAN afines a Micalco son el ex secretario de Organización del partido, Félix Hernández Hernández; la secretaria general del ayuntamiento de Puebla, Leonor Popocatl Gutiérrez; el regidor José Luis Carmona Ruiz; la politóloga Margarita Argüelles Gómez; y el ex presidente municipal de Tepeaca, Roberto González Mota. A la lista hay que agregar los nombres de Elizabeth Marines Ramírez —esposa del ex diputado Alfonso Bello Pérez—, Cecilia  Bonaga, de Puebla; Fernando Meneses Morán, de San Martín Texmelucan; y Uriel Quiroz Jiménez, de Izúcar de Matamoros.

Los cuatro panistas del grupo de Eduardo Rivera son: Gerardo Maldonado Balvanera, presidente del Comité Municipal; el secretario de Gobernación del ayuntamiento capitalino, Pablo Montiel Solana; el director de Desarrollo Político del propio ayuntamiento, Miguel Méndez Gutiérrez; y el diputado local Rafael von Raesfeld Porras.

La única integrante del Comité Estatal plenamente identificada con Pablo Rodríguez Regordosa, secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico de la entidad, es María de los Ángeles Garfias López, quien incluso labora en la dependencia como directora de Desarrollo Económico Regional.

Bajo esta circunstancia no es difícil suponer qué rol asumirá la nueva dirigencia estatal panista ni qué grupo será el que lleve mano en el reparto de candidaturas a diputados locales y presidentes municipales en los comicios locales del año entrante.

Con Rafael Micalco, los yunquistas no sólo perderán el control de las estructuras del PAN en Puebla, sino que serán marginados de las principales candidaturas a puestos de elección popular en las elecciones del 2013.

Y si no, al tiempo.

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El jueves pasado, en la comida de fin de año de la Secretaría de Educación Pública (SEP), los cálculos sobre su popularidad le fallaron al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

 

Ante los trabajadores de la dependencia y profesores, el mandatario poblano tomó la palabra para echarse un rollo de esos que acostumbra, mientras camina de lado a lado del templete, con micrófono en mano.

Sólo que unos instantes previos había terminado su discurso el titular de la dependencia, Luis Maldonado Venegas, quien aprovechó su intervención para hacer una larga lista de los logros de la Secretaría en este año, como si se tratara de un informe.

El funcionario cortó su alocución cuando era ya evidente que estaba aburriendo al respetable, por lo que, cuando Moreno Valle Rosas inició su intervención, los trabajadores estaban ya impacientes.

A medio discurso, el gobernador fue interrumpido por gritos que demandaban “bono, bono, bono” y que sepultaron sus palabras.

Y, como le ocurre siempre que está incómodo, el rostro de Rafael Moreno Valle Rosas se enrojeció de manera súbita y, mientras crecía la demanda de “bono, bono, bono”, el mandatario dejó el micrófono.

Minutos después, se retiró molesto del Centro Expositor, al que de por sí había llegado tarde y en donde, por cierto, se negó a comer, a compartir la sal y el pan con los ahí presentes.

Lo malo es que ahora jefes de algunos departamentos y dependencias andan en una cacería de brujas, para —según ellos— castigar a quienes comenzaron con el grito de “bono, bono” que anuló al mandatario poblano y lo hizo enojar.

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Simón dice:

“Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.”

Denis Diderot (1713-1784) Escritor francés.