De aquel romántico México rural inmortalizado en las películas de la época dorada del cine mexicano, no queda nada.
Hoy 70% de los mexicanos vive en ciudades y todo apunta a que esta tendencia se mantendrá, creando profundos retos de muy diversas índoles, que incluyen el de actualizar los marcos normativos relacionados con los procesos urbanos.
No hay más; es urgente crear condiciones que permitan que las ciudades mexicanas mejoren la calidad de vida de sus habitantes o, ya por lo menos, dejen de ser un factor que multiplique la pobreza.
Y el caso está en que hacer esto implica meter mano a uno de los temas que de siempre se han manejado como intocables en el sistema político mexicano; la autonomía municipal.
Porque no hay de otra, de muy poco sirven los esfuerzos que se hagan a nivel nacional para crear políticas de ordenamiento territorial, si todo esfuerzo termina justo en la línea donde comienza la bendita autonomía de los municipios.
De muy poco sirve crear una política nacional de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, si no se logran crear condiciones para que ésta entre en sintonía con la visión, políticas y regulaciones del ámbito municipal.
Esto es aún más evidente cuando se trata de zonas metropolitanas que se forman sumando municipios que, incluso, en algunos casos pertenecen a diferentes estados.
Patricia Mercado, que preside la comisión de zonas metropolitanas del Senado de la República, ha reconocido esta situación, y ha dicho que es necesario analizar un nuevo pacto que reforme el artículo 115 constitucional y otorgue las herramientas necesarias para hacer frente a los retos que impone la nueva realidad urbana.
Es evidente que hará falta mucho más que la disposición de la Senadora Mercado para considerar siquiera meterle mano a uno de los “grandes legados de nuestra Revolución”... Pero igual de evidente resulta entender la urgencia de crear entornos regulatorios que permitan aspirar a mejorar la planeación de las ciudades mexicanas.
Porque no hay que darle vueltas... El crecimiento de las ciudades y el papel que hoy juegan en las dinámicas social, económica y ambiental, han rebasado por mucho los alcances de una autonomía que, mal entendida, es una condena a un seguro fracaso.
Es más, muchas ciudades enfrentan ya problemas muy graves en materia de planeación y gestión urbana, y la obsolescencia regulatoria se ha convertido en un enorme problema para que federación, estados y municipios, sumen fuerzas para revertir esta situación, creando incluso instancias de carácter metropolitano con capacidades adecuadas al enorme reto que deben enfrentar.
Se trata de un enorme reto en materia de voluntad política y capacidad para sumar voluntades y alcanzar acuerdos, que es al mismo tiempo, la oportunidad histórica para dar un poderoso golpe de timón en favor de un nuevo pacto que gire en torno a las ciudades.
Patricia Mercado habla de la necesidad de crear nuevos institutos de planeación metropolitanos, crear los que aún hacen falta e ir incluso más allá, considerando la posibilidad de crear parlamentos metropolitanos.
Es evidente que la visión municipal no basta para enfrentar una nueva agenda nacional, debe estar firmemente cimentada en sus estructuras urbanas y desde esa posición asumir nuevas realidades y ajustar modelos de gobernanza para poder dar una respuesta integral, que, sin embargo, en esa integralidad reconozca todas las implicaciones de las localías.
No será fácil alcanzar los consensos necesarios para actualizar objetivos y alcances del 115... Pero no hay duda de que es tiempo de quitarle el manto de invulnerabilidad que ha hecha obsoleta la figura del municipio.
Y no se trata de debilitar o desplazar a los gobiernos municipales, sino todo lo contrario, se trata de fortalecerlos y complementarlos para que tengan capacidad de respuesta para conducir la transformación de zonas urbanas que formen parte de una estrategia de desarrollo nacional.
Queda la enorme ventaja de que el gobierno federal ha señalado que el ordenamiento territorial y la agenda urbana están dentro de sus prioridades, lo que aunado a la mayoría que tiene Morena en ambas cámaras, pudiera representar la gran oportunidad de revitalizar al municipio y dar forma en el proceso a las ya muy necesarias instancias de alcance metropolitano.
Será muy interesante saber qué piensa al respecto Román Meyer Falcón, titular de la Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano) y responsable de traducir en hechos la prioridad que el Presidente ha dado tanto en el discurso a la agenda urbana.
Y será muy interesante empezar por perder el miedo para hablar de este tema y entender que, siendo el municipio la célula fundamental de nuestro sistema político, lo menos que podemos hacer es crear condiciones que permitan fortalecer sus capacidades de respuesta ante nuevas realidades.
Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos
Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com
Twitter: @horacio_urbano