El escenario político y la agenda mediática de los últimos días, están inundados por el análisis sobre la emblemática renuncia de Margarita Zavala; y mire que no es para menos, pues se trata de un sismo que dejó bastante afectadas las estructuras del instituto político blanquiazul.

Quien piense que el Partido Acción Nacional quedó fortalecido después de la salida de la aspirante presidencial, de plano anda a muchos kilómetros del desfile. Salvo el decepcionante senador Ernesto Rufo Appel, que parece seguir viviendo en la política de 1989; y el Presidente Nacional del PAN, Ricardo Anaya, a quien no le queda más que poner cara de que no ha pasado nada, creo que todos tenemos claro que Acción Nacional tiene ya un boquete importante para el 2018.

Y no lo escribo porque Margarita Zavala valga más que el PAN en su conjunto, pues no es así, sino porque su imagen como partido quedó muy dañada ante la sociedad. La renuncia de Margarita demuestra que no fueron capaces de ponerse de acuerdo, ni ella ni los demás. La debilidad debe cargarse en la cuenta de todos, pues ninguna de las partes tuvo el oficio político para amarrar los nudos.

Resulta que Margarita Zavala tampoco es una blanca paloma, pues su renuncia deja al descubierto que sus intereses político familiares, van por encima de los del partido de sus amores, e incluso del eventual plan de gobierno que habrá de ofrecernos en campaña.

El planteamiento es sencillo: si usted y yo estuviéramos en los zapatos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ¿cree que le permitiríamos a AMLO llegar a la presidencia? Desde luego que no, haríamos todo lo necesario para descarrilarlo nuevamente.

Y por eso, de común acuerdo, tienen ya dos contendientes listos para dar la batalla: la propia Margarita que será candidata independiente o del Partido Encuentro Social, según convenga, y el futuro candidato del PRI, que su escribidor apuesta doble contra sencillo a que será José Antonio Meade Kuribreña.

Ella y él iniciarán campañas separadas, pero se irán cuidando la espalda, y medirán quién avanza mejor, para en su momento hacer la declinación estratégica que mejor convenga al proyecto global. Y aquí su columnista apuesta de nuevo a que será ella a favor de él, aunque aún falten siglos políticos para estar en esa coyuntura.

Peña Nieto tendrá en la pista a su Secretario de Hacienda y a la esposa de su socio; y Felipe Calderón tendrá a su esposa y, ¡a su Secretario de Hacienda! Es el PRIAN en todo su potencial, ese que tanto nos ha platicado el propietario de Morena.

Así, el PAN correrá muy diezmado; ya sea solo o con el Frente; y su batalla estará en ganarle el mandado a Margarita, y a Pedro Ferriz de Con, si es que se concreta su candidatura independiente. Resulta que más allá de renuncias y discursos “ciudadanos”, los tres son tan panistas como Manuel Gómez Morín; es lo que venden pues, van por lo mismo.

Por supuesto que Peña y Calderón no se pueden confiar, pues no basta solo con tener dos opciones en la pista, sino que también deben buscar cómo vaciarle votos a AMLO, y bueno, para ello está la Ciudad de México, el principal bastión de Morena. Su opinador aventura que allí lanzarán al doctor José Narro Robles por el PRI; quien tiene gran ascendencia en la UNAM y conecta muy bien con los jóvenes; y a Ricardo Monreal por alguna otra opción política. Entre los dos, sin duda que le pueden drenar muchísimos votos al Peje.

Es la cancha de juego para el 2018, así pretenden pintarla, por eso Andrés Manuel tiene toda la razón cuando menciona que se dirige a la batalla más difícil de su carrera.

Valga decir que el propio AMLO tampoco se ayuda, o que le facilita las cosas al PRIAN, como se quiera ver.

Lo menciono por dos errores estratégicos. Primero, no haberle dado la candidatura de la Ciudad de México a Ricardo Monreal; se equivocó de cabo a rabo Andrés Manuel, se le olvidó que la política no es de afectos, sino de intereses. Y segundo, sigue sin cambiar su discurso, imagen y programa, para poder ganar en los sectores de la población en donde no ha ganado antes; si continúa con la misma base de siempre, le alcanzará para eso, para lo de siempre.

Ojalá que en la fiesta del próximo año, surja algún perfil con la estatura política que el país necesita, mire que ya nos hace falta, ¿o usted cómo la ve?

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted. 

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