Los que apoyan al NAIM y no quieren se consulte, parecen no darse cuenta que, por lo pronto, solo la consulta puede salvarlo. Es una vía abierta más que una puerta cerrada, incluso AMLO corre el riesgo de un autogol porque ¿quién garantiza que algún partido o grupo a favor del NAIM no movilizará votantes? No hay que olvidar que aún estamos en tiempos y terrenos de Enrique Peña Nieto.
Decisión técnica
Vi un Meme de internet que critica a la consulta, muestra a un cirujano en plena operación pidiendo a las enfermeras a su alrededor que voten para ver que órgano debía extirpar, y él iba a obedecer. Me pareció ingenioso pero la comparativa es engañosa: Porque si bien la consulta del aeropuerto comprende a la población en general, la información técnica al respecto se basa en diagnósticos ya concluidos por especialistas, mismos que han sido manifestados en documentos y expuestos en mesas de debate. Es decir, no se le pide al público que haga un estudio de suelos, o un análisis de impacto ambiental, sino que elija con base a las opiniones de los especialistas que ya hicieron esa labor. Volviendo al Meme del doctor, una comparativa más adecuada sería si un doctor recomendase a su enfermo determinada operación; y este o la familia deciden consultarlo con una segunda opinión, o con una tercera, para después decidir qué consideran lo mejor (eso es normal suceda) aun y no sean especialistas en el tema.
Por otro lado, la decisión final involucra cuestiones sensibles para algunos y menos relevantes para otros. Por ejemplo, no veo a Slim alarmado por el impacto ambiental, ni tampoco a activistas cabizbajos por un impacto negativo en los mercados financieros. Bajo estas circunstancias, con opiniones polarizadas, una auténtica guerra de estudios, se vuelve necesario un desahogo que culmine en un consenso social.
Duda razonable
El NAIM es una herencia muy pesada, lo sería para cualquier gobierno, esta excelente que fuese un Hub Internacional (centro de conexión), con un diseño moderno, con gran capacidad ¿pero y si se hunde? está construido sobre una laguna. No se diga el alto impacto ambiental y la corrupción ya comprobada, los terrenos aledaños pertenecen a políticos y empresarios del famoso grupo Atlacomulco. No quisiera imaginar que, de realizarse la obra, años después aparezcan grietas y desniveles sobre las pistas, que obliguen a constantes reparaciones dejando zonas fuera de servicio, en ese tiempo dirán: “¿A quién se le ocurrió construir el mayor aeropuerto de México sobre un pantano? José Luis Luege, extitular de la CONAGUA, afirma que el NAIM se ubica en un área natural de inundación, porque convergen los principales desagües del Valle de México; la zona se hunde entre 20 y 40 centímetros por año por la sobreexplotación del acuífero. Por otro lado, el actual titular de Turismo, Enrique de la Madrid, dijo en entrevista que “el aeropuerto sí se va a hundir, pero parejito; y está calculado”. Lo cual no da mucha confianza. Es como si empezaras a construir tu casa en una zona inundable que va a requerir estarle metiendo dinero a los cimientos, tu esposa te dice -no quiero mi casa aquí-, y tú le dices no te preocupes -todo está calculado, se va a hundir parejito- a la primer cuarteada de pared te lo va a echar en cara, y si le sales con que -ya no podemos hacer nada, no vez la casa ya está terminada - ¡Si te viene dejando!
Hasta la Biblia lo advierte: Mateo 7:24-27
24 “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[a], soplaron los vientos y azotaron[b] aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[c], soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.”
La urgencia, por una irresponsabilidad
La urgencia de la consulta programada del 25 al 28 de octubre se debe a que el gobierno ha acelerado el paso de la construcción en lugar de detenerlo. Su tirada es apurarle lo más que se pueda, para después argüir el avance como un gasto económico mayor, de cancelarse el proyecto. Como diciendo “dale más rápido para que no les quede de otra, y menos se atrevan a cancelar”. Las preguntas son: ¿No es esto una gran irresponsabilidad? Porque si tanto les preocupara la opinión de las calificadoras internacionales ¿no sería más civilizado pausar el avance hasta que se definiera el curso a tomar? Ya que precisamente, este avance deliberado de la obra no solo obliga a una consulta apresurada, sino que sería el culpable principal, de demeritarse la confianza-país como destino de inversión.
Sin duda, lo ideal sería que la consulta la llevase a cabo el INE, pero como Andrés Manuel aun no es presidente constitucional, no puede emplearse dicha institución. Tendrían que pasar varios meses, primero esperar la toma de posesión para hacer uso del 35 Constitucional que fundamenta a las consultas populares, posterior el INE confirmaría una temporalidad. Por lo tanto, dadas las circunstancias, de lo único que dispone AMLO para llevar a cabo la consulta, es del partido Morena y sus legisladores.
¿Al tren maya no?
Los nuevos proyectos propuestos por AMLO, tales como el Tren Maya, el Istmo de Tehuantepec, y la nueva refinería, etc; no generan dudas de su factibilidad al nuevo gobierno puesto que ellos mismos son quienes los proponen (así de obvia es la respuesta), aun así, cabría se sometan a consulta pública, sí y solo sí, existiesen controversias de peso, otras voces con objeciones sustentadas, como actualmente las tiene el NAIM. En este caso el NAIM es bebé de Peña. Retoño heredado a AMLO con todo y sus broncas. Lo fácil es deshacerse de él cancelándolo, sin embargo “el revocar un proyecto transexenal de tan importante magnitud sin un sustento sopesado dejaría un precedente negativo”. Esto aplica a presidentes, gobernadores, o alcaldes. ¿Quién no asegura que la obra en curso es buena y solo se cancela por revanchismo político? Ante ello, solo queda lo que está haciendo López Obrador: Abrir el tema a la opinión pública, a especialistas, organismos públicos y privados, etc., para que en conjunto se defina qué es lo mejor.
Lo que no hizo Peña, escuchar
En su programa Abriendo la conversación de Grupo Fórmula, Ciro Gómez Leyva opinaba que no vale la pena voltear al pasado, que “el hubiera no existe” y no tenía caso señalar las malas decisiones del gobierno de Peña “lo que no se hizo” respecto al aeropuerto. A lo cual difiero, ya que si no se identifica la causa raíz de un problema, los errores se repetirán. Es decir, se debió haber llevado a cabo una consulta desde un inicio, antes de, o al menos abrir el tema hacia opiniones diversas. Esa omisión es la que nos tiene aquí hoy, porque la decisión del NAIM la tomaron unos cuantos, y aunque hubo controversia posterior, en lugar de escuchar hubo más cerrazón, y la maraña siguió creciendo como una bola de nieve.
Decisiones unilaterales, sin tomar en cuenta al pueblo, sin duda serán el sello del gobierno de Peña Nieto, no solo por el NAIM, sino también por el fracaso de las reformas del Pacto por México, mismas que no contemplaron las necesidades del ciudadano de a pie, y terminaron siendo reprobadas en las urnas.
No hay salvación, las cosas no se hicieron bien de inicio, y cualquiera que sea el resultado de la consulta será duramente criticado. Así se despide el PRI de México, boleando una granada de mano, el último coletazo del dinosaurio, antes de caer al precipicio.